Secciones
Servicios
Destacamos
FRANCISCO APAOLAZA/ DM
Miércoles, 30 de noviembre 2016, 14:14
Corre el mes de junio en Cádiz. El Racing ha perdido contra el Cádiz C.F. en el estadio Ramón de Carranza. Al terminar el partido, los jugadores salen del campo y se encuentran con una docena de racinguistas acérrimos que han cruzado España para ... apoyar a su equipo. Álvaro Peña se hace fotos con ellos y, cuando termina, la policía los echa de la zona. Según el parte policial, el jugador les recrimina el gesto: «No vengáis a tocarles los cojones», dijo Peña cuando los agentes le impedían que se hiciera fotos con los seguidores racinguistas que así se lo habían pedido.
Esta frase le valió una multa de 3.000 euros. Es el precio de aplicar la Ley Mordaza a un jugador que salió en defensa de los seguidores cántabros que habían acudido hasta la otra punta de España para ver al equipo. No solo el jugador del Racing, sino también una de las aficionadas que se acercó a fotografiarse con él fue multada.
El caso del Racing no ha sido el único, y no es de extrañar que este miércoles la oposición tenga entre ceja y ceja tumbar la polémica Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, o como se la conoce comúnmente, la 'ley mordaza', por la delgada línea que separa la libertad de expresión de la defensa al honor y la intimidad en la que se arrogan quienes la defienden. Para ello, el PSOE planteará una moción para derogarla, porque desde que el Gobierno de Rajoy aprobara el texto, la actualidad se ha llenado de historias que han puesto a la sociedad de uñas contra el texto que hoy podría desaparecer si la oposición doblega al PP.
1. La foto de la detención
En el mes de marzo, el periodista de la revista vasca 'Argia' cubre la detención en Eibar de Naroa Ariznabarreta, una joven que no se había presentado en el juicio por el corte de la autopista A-8 en protesta por la ilegalización de Segui en 2007. Ese día sube una foto de la actuación policial a las redes sociales. Le multan por publicar sin autorización una imagen en la que, según la policía, es posible identificar a los agentes. Le piden 601 euros. La foto abre un debate sobre la libertad de expresión y provoca numerosas concentraciones de protesta.
2. Andrés acompaña a una amiga
En enero de este año, en Barcelona, decenas de personas protestan a favor del cierre de un Centro de Internamiento de Inmigrantes. De pronto, un fotoperiodista sufre un ataque epiléptico. Su novia pide ayuda a Andrés García Berrio, conocido suyo, abogado y portavoz de la concentración. La policía le multa por desobediencia a la autoridad, por obstaculizar el trabajo de los agentes al acceder a la zona restringida y negarse a revolver al espacio habilitado para la manifestación. Según García Berrio, solo respondía a la llamada de su amiga, que le pidió que le prestara ayuda.
3. «Aparcan donde les sale»
Una vecina de la localidad valenciana de Petrel (Alicante) transita por la calle cuando se encuentra un coche de la policía municipal estacionado en una plaza reservada para minusválidos. Ella se indigna, saca el móvil, hace una foto y la cuelga en Facebook. «Aparcas el coche donde te sale de los cojones y encima no te multan». Ese es el pie de foto. Su perfil era público, así que a las 48 horas, le notifican una multa de 800 euros. Los agentes aclararon que acudían a una llamada urgente. Unos días después, la Subdelegación de Gobierno de Alicante desestima la denuncia, pero la noticia ya corre por las redes.
4. Todos los gatos son bonitos
Esta denuncia también se desestima y, en cambio, sirve para ridiculizar la Ley. Una mujer pasea frente al estadio Vicente Calderón con un bolso en el que se pueden leer las siglas ACAB, que usualmente se utilizan en el mundo ultra como el acrónimo de All Cops Are Bastards (Todos los policías son unos bastardos). La denuncian por suponer un insulto a la policía pese a que en su bolso se lee All Cats Are Beautiful, 'Todos los gatos son bonitos'. Posteriormente se desestima la denuncia, no así la de un joven que lucía en una protesta estudiantil de Bilbao la camiseta auténtica de ACAB y que sí que fue multado.
5. Otra de aparcamientos
Juan Carlos Puyoles es un cerrajero de 37 años de Pizarra, en Málaga que recibe una llamada de urgencia a la una de la mañana. Sin embargo, no puede sacar la furgoneta al haber un coche mal aparcado. Según su testimonio, llama a la policía y no resuelven su problema. Llevado por su enfado, cuelga este mensaje en las redes: «Es la una y estoy llamando a la policía y no está operativa, pero sí que paran a tomar café por las mañanas en el pueblo de al lado». Lo multan por «falta de respeto y consideración» a la autoridad. Este ha sido el segundo motivo de denuncias por la citada ley después de la tenencia y consumo de drogas en la vía pública.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.