Secciones
Servicios
Destacamos
Marcos Menocal
Domingo, 26 de febrero 2017, 07:58
Cuando uno le escucha es inevitable no dejar de mirarle. Incluso aquel que le conoce desde pequeño tiene dudas;esa voz ronca, áspera y potente es la misma.Idéntica. Manu Preciado no puede negar el enorme parecido con su padre. Han pasado cinco años desde ... que se marchó el mayor de los Preciado; cinco primaveras desde que su corazón latió con tanta fuerza que se partió.Desde entonces, el de Manu no ha hecho otra cosa que empeñarse en seguir hacia delante.«Los dos chiquillos que he tenido me han dado mucha alegría». Como para no. Hoy no faltará a la cita;descubrirá la estrella con su nombre en el paseo de la fama de Tetuán, junto a la de Nando Yosu, «alguien que tenía tanta relación con mi padre que parecía de la familia».
Más tarde acudirá al palco de los Campos de Sport y «dónde haga falta». Reconoce que «es un placer ver cómo se le sigue queriendo», aunque tampoco esconde ese nudo en la garganta que «se pone en todos estos eventos». Ya no es «el cabra loca de antes», y no se rinde. «Quiero ser entrenador. Sé que llegar al nivel de mi padre es impensable, pero hay que intentarlo...». Vive en Liencres, le gusta salir a pescar con su barquito y ver «a los chavales de la cantera». Es feliz, «unos ratos más que otros» y cada mañana se acoda en la ventana a ver salir el sol.
¿Cómo le va a Manu Preciado?
Bien, con tranquilidad.Estos días un poco más nervioso y con los sentimientos un poco más alterados, pero bien. A gusto.
Entrenador, empresario, emprendedor... No tiene mucho tiempo, anda siempre ocupado.
No paro. En verano todavía ando más liado. El fútbol te quita mucho tiempo si lo quieres hacer bien. Entre lo que dedicas al equipo, luego lo que se te va en ver partidos y a los chavales. Tengo un negocio al que le tengo que dedicar también tiempo y andamos ahí con el socio intentando crecer. Hay que ganarse la vida.
Pero usted lo que quiere es ser entrenador, ¿eso ha cambiado?
No para nada. Andamos ahora sacando el Nivel III; en junio lo tendré y a la espera de que me llame algún equipo de Tercera o uno de Juvenil División de Honor. Ahora andamos en el Rayo Cantabria de Liga Nacional.Estoy contento y a gusto. Aprendiendo. Hasta ahora no me fue mal, aunque es lógico que quieras mejorar cada vez más. Llegar al nivel de mi padre es impensable. Es un mundo complicado y hay que ir agotando etapas.
Su padre se marchó sin tiempo para despedirse hace cinco años. Desde entonces usted camina un poco más solo, ¿cómo ha sido para usted?
Nunca es fácil.Olvidar a mi padre es muy complicado, no hay más que ver lo que se le quiere. Cada año se repiten las muestras de cariño y te vuelves a dar cuenta de lo que significó para muchos. Trato de estar en todos los eventos; al principio fue muy duro.El remover los sentimientos se hacía difícil.Ahora estoy más entero, aunque cuando pasan unos días estás tocado. Es normal. Reconozco que los chiquillos me han dado mucha alegría. Te hacen sonreír y todo es poco con ellos.
En Santander, Gijón, Valencia... En muchos lugares, el legado de su padre sigue presente. Hoy en Tetuán se descubrirá una forma original de mantener para siempre el brillo de su padre a través de su estrella.
Allí estaremos. No deja de ser un reconocimiento por el que volver a estar orgulloso;compartirá el detalle con otros cántabros que han hecho grandes cosas.Es una pasada ver cómo le quiere la gente. Iré con mi mujer. Mi abuela no está para muchos trotes y mi abuelo anda ingresado, un poco pachucho.
Entre su padre y Nando Yosu se repartirán el cariño. Juntos también en esto. Inseparables.
Nando era alguien especial.Por cómo se llevaba con mi padre a mi me parece de la familia. Allá dónde iba como entrenador se lo llevaba de jugador o de lo que fuese. Siempre estuvieron juntos y les tocó pasar muchas cosas. Me hace mucha ilusión que también se les reconozca a la vez. Está claro que hay muchas personas que se merecen muchos recuerdos, pero Nando... no hay día que no pase por el Sardinero, junto al Hotel Chiqui, y no me acuerde de él
Después de todo, ¿apellidarse Preciado le ha abierto las puertas o le ha cerrado alguna?
No me ha abierto mucho. Hay veces en que lo que hace es que te miren con lupa. El primer año, cuando salí del Bansande sí que me ayudó; me llamaron del Internacional, probablemente porque me conocían por mi padre. Allí me lo curré e hicimos un buen año.Subimos al equipo y los chavales lo hicieron muy bien. También es cierto que yo hablo como mi padre, tengo la voz igual que él y eso me trajo problemas con los árbitros.Pero ahora estoy encantado.
Los años le han calmado.Los que le conocen lo aseguran.
Sí. Los chiquillos me han calmado. Ya no soy el cabra loca de antes. Además tengo un segundo entrenador que es como el Mono Burgos y no calla. Sólo habla él. (Sonríe).
Si algún día tiene que marcharse a entrenar fuera, ¿dudaría?
No.Lo hablé con mi mujer y lo haríamos.Hay que intentarlo hasta el final. Aunque aquí soy feliz;reformé la casa de mis abuelos, vivo en Liencres, donde siempre quise vivir, y estoy muy a gusto.
Pero no sólo tiene ojos para el fútbol, ¿qué más le roba el tiempo?
Me gusta salir a pescar.Tengo un barquito y lo uso para todo;bonitos, maganos... Me gusta hacer pesca submarina. Ya no salgo tanto con los amigos, una vez cada dos meses, ahora me apetecen otras cosas.
¿Cómo ve al Racing?
Estoy esperando que me llame (sonríe). Confío muchísimo en Ángel Viadero, pero es complicado.Creo que si quedan campeones ascenderán fijo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.