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En el imperio racinguista nunca se pone el sol, parafraseando al rey Felipe II. Si los accionistas verdiblancos ocupan todos los continentes, los abonados, en menor medida, hacen lo propio, siempre con el hándicap de que reservar una localidad para no utilizarla es ... un auténtico acto de fe. De Santander -de donde procede el 63,63 por ciento de los socios, según los datos facilitados por el club- hasta Singapur, pasando por Ceuta. Los casi 11.000 abonados del Racing se reparten por toda Cantabria, media España y parte del extranjero.
Lo de ponerle al Racing el apellido 'de Santander' siempre trae debate. Para los racinguistas, el Racing es el Racing. Y lo cierto es que, desde los Campos de Sport, el magnetismo verdiblanco atrae a aficionados de toda Cantabria. Como dice Rulo en su canción del Centenario, «de Santander hasta Mataporquera. Desde Castro Urdiales hasta Unquera». Después de la capital, el municipio que más abonados aporta a la entidad verdiblanca es el vecino de Camargo, con 6,93 por ciento.
En el epicentro de la comarca del Besaya, pese a que la Gimnástica ha ganado adeptos con su ascenso a Segunda División B, Torrelavega sigue aportando muchos aficionados racinguistas. En concreto, un 3,64 por ciento que coloca al municipio como el tercero de la lista.
Los enclaves más cercanos, por lógica, son los que más abonados racinguistas tienen censados. La facilidad de desplazamiento hasta El Sardinero convence a los seguidores verdiblancos que deciden sacarse el carné. Es el caso de Piélagos, con un 3,48 por ciento de los socios; El Astillero, con un 3,17; Bezana, 1,95 y Medio Cudeyo, 1,27.
A medida que se debilita la influencia racinguista a causa de la distancia, disminuyen también los porcentajes. La zona de Santoña, Laredo y Colindres se mantiene fuerte, con 1,16, 0,64 y 0,99 por ciento, respectivamente. A las esquinas de Cantabria también llegan los abonados racinguistas. Castro Urdiales cuenta con un 0,64 por ciento de los abonados; lo mismo que Reinosa y San Vicente de la Barquera, con un 0,32. Y así, municipio a municipio. A más lejanía, más esfuerzo cada quince días por ver al equipo de sus amores. Porque esto se hace todo por amor. En total, todos esos municipios -excluidos los de los anteriores párrafos- acumulan un 16,98 por ciento de los socios racinguistas. Un buen 'puñao'.
Y luego están los exiliados y los racinguistas adquiridos. La colonia madrileña es la más numerosa. Supera el centenar. Son bastantes los abonados que residen en la capital y que, en cuanto pueden y los horarios se lo permiten, cogen el coche y 'suben' a Santander para ver al Racing. Si no, se tienen que conformar con juntarse en un bar e imaginarse en los Campos de Sport con el carné en la cartera. El caso es que los seguidores verdiblancos en la Comunidad de Madrid estarían en el 'top 6' de la lista si fuesen un municipio de Cantabria. Según los datos que maneja el club, un 1,49 por ciento de los abonados racinguistas se encuentra allí.
Municipio | % de abonados
1. Camargo | 6,93
2. Torrelavega | 3,64
3. Piélagos | 3,48
4. El Astillero | 3,17
5. Bezana | 1,95
Comunidad | % de abonados
1. Madrid | 1,49
2. Castilla y León | 0,29
3. Asturias | 0,16
4. País Vasco | 0,14
5. Andalucía | 0,02
Dentro del territorio español le siguen las Comunidades Autónomas limítrofes, como Castilla y León (0,29), Asturias (0,16) y País Vasco (0,14). Hasta Andalucía, Cataluña y Ceuta también se han enviado abonos verdiblancos para la presente temporada. El 2,25 por ciento de los abonados racinguistas se encuentra dentro del país, pero fuera de la tierruca.
Hasta esos puntos e incluso más allá. Porque sí, porque en el extranjero también hay abonados racinguistas. Son cifras mínimas, pero el hecho es mucho más que una anécdota. Prácticamente una acción desinteresada por apoyar al club ante la casi total imposibilidad de acudir a los partidos del equipo como local. Estados Unidos -es el que tiene alguno más-, Argentina, México, Inglaterra, Escocia, Luxemburgo, Francia, Emiratos Árabes Unidos y Singapur tienen a algún abonado racinguista plantando la bandera verdiblanca en sus tierras. Casi nada.
Y todos estos datos cobran aún más relevancia cuando el equipo se encuentra sumido en su sótano deportivo. En su peor etapa a nivel futbolístico de toda su historia. Los años de UEFA y rivales de postín quedaron atrás, pero el racinguismo, a su manera y en mayor o menor medida, sigue respondiendo. Si el fútbol no entiende de fronteras, el racinguismo tampoco. Uno de Santander, otro de Reinosa, otro de Sevilla y otro de Luxemburgo. No es el comienzo de un chiste. Puede ser, cualquier domingo de fútbol en los Campos de Sport, un pedazo de la desmejorada grada verdiblanca. Aunque el hormigón y los asientos de plástico lloren de pena, sus ocupantes se mantienen fuertes y unidos. Aunque llueva o sople Sur. O el Monzón, qué más da. En la verde montaña o en el desierto arábigo.
Todos, los 10.940, con un mismo deseo que, si se cumple, a buen seguro ampliará la familia y las fronteras racinguistas: el ascenso a Segunda División. Para que la vuelta al fútbol profesional del equipo cántabro permita que se vuelva a hablar en todo el planeta del Racing y no sea sólo por cosas malas, como en los últimos años en los que ha pasado de todo en los Campos de Sport de El Sardinero. De Santander al mundo.
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