Tranquilo y pausado. Tiene prisa, no se le nota, pero la tiene. Y es por hacerlo bien. «Por eso hay que ir poco a poco y con tiempo». Cosas de entrenadores. Guillermo Fernández Romo (Madrid, 1978) dirige las riendas del nuevo Racing desde el despacho - ... hace ya más de dos meses- y mañana comenzará a hacerlo desde el 'prao'. Tiene plenos poderes, aunque él no quiere «esas etiquetas». No quiere oír la palabra ascenso, pero ha venido a «ascender a este equipo». No quiere que el reto despiste por la exigencia que requiere. Admite que esta misión le llega en «el mejor momento personal».
-Mañana empieza a alternar el despacho con el vestuario, ¿lo tiene todo preparado?
-Todo ultimado. Sólo esperamos ya que lleguen los jugadores, que lo hagan en las mejores condiciones y que pasen por estos protocolos; controles, test y reconocimientos. Que los que son de fuera se ubiquen cuanto antes en sus pisos y solo piensen en fútbol.
-Queda un mes y medio para la Liga, ¿poco o suficiente?
-Era imperante tener tiempo. No empezar ni los primeros ni los últimos. Quiero que se creen vínculos y no se entre con prisa. Que la primera semana no haya partidos, ni haya dobles sesiones...
-¿Qué tal lleva ser plenipotenciario en materia deportiva?
-No me doy esos plenos poderes ni me pongo tantas etiquetas como me buscan. No hay una figura de director deportivo al uso, pero sí hay un club que trabaja. A mí no me han dado unas llaves y me ha dicho: 'Haz lo que quieras'. No creo que sea así ni mucho menos yo lo puedo hacer. Hay otra manera de hacer las cosas y a mí me ha dado esa confianza con otros compañeros, con mucha gente, con una dirección general, con otros departamentos... Aunque yo pueda tener esas etiquetas, y forman parte de mi responsabilidad y las acepto y las asumo, no es tanto que Guillermo lo haga todo.
«No, pero se ha demostrado que gracias a esa decisión he podido volver ahora»
¿SE FUE Y PENSÓ EN VOLVER?
-Pero a usted le dijeron: 'Va a ser entrenador y el que haga la plantilla'. Y aceptó
-Sí, porque así me lo contaron ellos. Si a mí me hubiera llamado el director deportivo y me hubiese contratado, seguramente hubiera dicho que sí también. Tuve la suerte de que me llamaron otros equipos, pero hablé con la gente de mi confianza y les dije que quería volver al Racing. El equipo, la ciudad, el club, el escudo ya estaban en mi prioridad, pero me lo explicaron como me lo explicaron y era un reto aún mayor.
-¿Cuando se fue del Racing pensaba en volver en estas condiciones?
-No. Está claro que no. Pero creo que el tiempo ha demostrado que por esa decisión he podido volver. En aquel momento me fui a entrenar al Ejea, el equipo con menor presupuesto y recién ascendido. Fue una decisión honesta por mi parte. Quizás tenía que haberla tomado antes y no haber movilizado tanto profesional, pero la ciudad, el Racing, el club... Era una idea de proyecto ganador en su día, pero creo que me vino bien. Me fui y tuve tres temporadas muy buenas.
-Quedó claro que a usted le gusta entrenar.
-Llevo veinte años. No tengo una historia maravillosa detrás, una lesión de cuando era jugador o una vocación, pero de esto que empiezas y te gusta. Te formas, te superas, tienes desparpajo de dejar la casa e irte. Esta será la temporada número quince fuera de casa y es lo que me gusta. Me ha tocado hacer otras cosas. En la categoría en la que me he movido muchas veces es la posibilidad de completar tu salario; adjunto a la dirección deportiva, en el Betis me tocó hacer la captación de talento. En el campo, de primero, de segundo y eso me ha permitido tener más claro lo que quiero.
«Equilibrio. Que una victoria no nos suba a los altares y una derrota no nos baje al suelo»
-¿Es este el mayor reto de su carrera?
-Como primer entrenador, sí. Sí es el mayor reto, Ser capaces de ascender. En Cornellá no jugabas con esa obligatoriedad de ascender, sí de ganar siempre, pero no con la de ascender. No creo que tenga que vender yo aquí que estoy preparado, pero sí es cierto que me llega en el mejor momento personal.
-¿No le cuesta asumir tanta responsabilidad?
-No es asumirlo sino saber cómo llevarlo. Está muy claro que queremos ganar todos los partidos, pero no los vamos a ganar. Siento fastidiar la ilusión a alguno. Esto es fútbol y hay estados de ánimo, suerte, mala suerte, tiempos, arbitrajes... Hay que tener un equilibrio y que una victoria no te suba a los altares y una derrota te baje al suelo.
-¿Sabe usted que el año pasado fue la peor temporada de la historia del club?
-No lo sabía. Y si coges el año anterior también se venía de no ganar. Creo que todo eso, lo sabemos todos. Hay que individualizar mucho esa ilusión. Con nosotros van a ver un equipo joven, con hambre, con energía y que va a querer hacer una temporada muy buena, pero no puedo decir que vamos a ganar todos los partidos. Hay que salir con esa intención, pero...
-¿El objetivo es ascender? Es para que luego no haya malos entendidos.
-En mi presentación ya lo comentó el presidente y no voy yo a decir algo que ya dijo él. Todos lo tenemos en la cabeza. Pero yo en mi día a día no voy a utilizarlo. Ni después de ganar un día, ni de ganar cinco seguidos porque creo que eso no ayuda. Hay que tenerlo claro y hacerlo. Hay que generar un buen día a día, exigente, de mejora, de potenciar, que nosotros mejoraremos y eso es lo que nos tiene que llevar a esa palabra. No creo que tengáis la oportunidad de estar en una charla mía, pero no usaré esa palabra del ascenso. Quizás se lo diré el martes, y luego lo quitaremos de nuestro lenguaje. No quiero que la palabra se vuelva más grande de lo que tenemos que hacer.
«No me gustan esas etiquetas. Asumo la responsabilidad, pero Guillermo no lo hace todo solo»
-Se ha dado prisa, tiene la plantilla casi hecha ya.
-La Segunda B es un mercado difícil, muy abierto, muy libre y con algunos jugadores hay que hacerlo con tiempo. Nosotros hemos querido firmar capacidades, y después perfil humano y profesional acorde a lo que queremos construir y es verdad que ese contexto nos ha hecho atraer a jugadores que queríamos. Se han juntado los tiempos de los jugadores y hemos podido. Ahora estamos con el tiempo de otros jugadores a los que hay que verles. Ahora igual hay algunos jugadores que quieren venir y nosotros queremos esperar. La plantilla es un organismo vivo y ya veremos. De aquí a que empiece la Liga van a pasar cosas; gente que venga, gente que salga. Hemos incorporado jugadores que queríamos.
-Responda: Pablo Torre.
-Le veo como un jugador diferente, dominante. El trato con él cuando me reuní -me reuní con todos cuando llegué- me pareció un chaval maduro. Joven, pero con las ideas claras. Y lo más importante es que cuando lo pones en el campo con el balón demuestra que no es un juvenil. Puede ser un jugador muy importante. Todos le valoramos mucho y como a todos los chavales jóvenes hay que exigirles aquello que por edad están preparados para ello pero é será importante.
-Nueva categoría. Ahora todos son rivales de verdad.
-Antes pasabas a una Segunda B en la que cinco o seis equipos no disputaban el play off y ahora son doce o trece los que quieren ascender. El paso es importante. Todos lo que hemos estado en esta categoría demandábamos esto; una categoría más profesional, en la que hubiera igualdad y eso es lo que vamos a tener. Eso te obliga a un nivel de acierto, de concentración, de no fallar, porque la gente está haciendo grandes equipos.
-¿Quiénes son sus rivales?
-El Dépor está por delante en todo. Pero estos equipos como el Extremadura, el Sanse, Unionistas o Badajoz, los mismos filiales... El Racing de Ferrol que ha hecho grandes inversiones. Todos serán rivales.
-Un play off en sede única, ¿se queda sin El Sardinero?
-Pierdes esa fuerza y esa energía, pero si nos pasa eso, si tenemos que jugarnos un ascenso en una sede única seguro que nuestra masa social nos va a acompañar.
«Protagonista, pero en el resultado. El tener la pelota sin hacer daño no está en mi cabeza»
-¿Cómo juegan los equipos de Guille Romo?
-A lo mejor me dirán: ¡Qué poco claro lo tiene mi entrenador! Tenemos que ir construyéndolo. Más que de juego hablaría de valores, de fuerza, de equipo, de rendimiento, de repliegue... Hay que jugar sin perder nuestra personalidad, que por los fichajes se ve. Y si un día necesitamos diez pases para crear la mejor ocasión, pues bien,. Y si otro con tres lo hacemos, pues también.
-¿Quiere que su Racing sea protagonista?
-Protagonista en el resultado. En el juego, entendido por tener la pelota siempre pero sin hacer daño, diría que no lo tengo en la cabeza.
-¿Siente que tiene el respaldo del club en lo que hace?
-Sí. Total. Cuando me llamó Alfredo -presidente- después de haber estado aquí lo sentí.
-Dígale algo a la afición.
-Que confíe. Cuando tienes esa confianza se genera una energía imparable. Que confíe en nosotros. Ya sé que ahora es un acto de fe, pero venimos a ser de los suyos y a conseguir ascender con ellos. A los aficionados hay que darles más que pedirles.
«Firmar jugadores sólo por sus números es un error. No creo en eso. Necesitamos hambre»
-Es una portería muy cubierta. En el caso de Iván Crespo, el club entendió que era un cambio de ciclo. Queríamos una portería joven y ambiciosa y porteros equilibrados. Lucas y Miquel tienen ese perfil. El caso de Ramón Juan -ex del Cornellá-, nos interesaba, pero no ha sido un tema de lentitud sino que él tenía claro que si salía un equipo de Segunda diría que sí.
-Y Álvaro Mantilla y Juan Gutiérrez, que es un jugador que confío en él y me ha gustado en el Ebro y ya cuando estuve aquí íbamos a subirle. Hay que ver a Jorrín y no sólo hay que mirar quién viene y sí quién está. Hay que generarles el espacio y que lo aprovechen y a partir de ahí la responsabilidad tiene que estar en los jugadores que ya tienen una trayectoria. Saben lo que es estar arriba, pasarlo mal, jugar play off... Hay que construir ese buen equipo.
-Tenemos chicos que hay que ver y hay alguna polivalencia pero lo idóneo es traer un defensa más.
-Creo que estamos bien cubiertos. Pero creo que esto está vivo y si hay algún déficit habrá que mejorarlo.
-Cedric, Harper, Carlos, Musy... Hay diferentes perfiles. Hay que estar atentos a lo que da el mercado, pero si se nos quedaran los cuatro estaríamos completos.
-No va en los números y sí en la capacidad. Firmar sólo por números sería un error. No creo en eso. Hay que firmar gente con hambre, que se adapte.
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