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Lo de José Alberto va de récord. Se mire como se mire. Sus números mejoran casi todos los registros ofensivos de la categoría y pulverizan los de su antecesor, Guillermo Fernández Romo. El actual entrenador racinguista, con la victoria del pasado viernes ante el ... Ibiza suma 29 puntos en 18 partidos, por los 18 que obtuvo Romo en veinte jornadas. Es obvio que el cambio le ha sentado bien a un equipo que roza la permanencia y que depende de él mismo a cinco fechas para que acabe el campeonato. Pero es que la cosa no queda ahí, puesto que elaborando una hipotética clasificación desde su llegada -jornada 21- el Racing tan solo sería superado por el Granada en obtención de puntos y únicamente por el Albacete en goles a favor. Un rodillo verdiblanco.
«Tenemos que mejorar en atacar. Habrá que entrenar más porque eso cuesta más tiempo aprenderlo. Defender es más sencillo», declaró José Alberto la primera semana en Santander. Su equipo goleó 0 a 3 en el debut como entrenador en Cartagena. Su deseo se cumplió y aunque en varias jornadas después su discurso no concordaba con los actos con el paso del tiempo, los datos sí le dan la razón. Ha dirigido 18 partidos de Liga y ha sumado 29 puntos. Sólo el Granada, su víctima hace una semana, con 32, le supera.
18 puntos consiguió el técnico durante el tiempo que dirigió al Racing esta temporada.
10 goles anotó en los 20 partidos que dirigió al Racing esta campaña.
20 partidos fue lo que estuvo al frente del banquillo del Racing en Segunda División.
17 goles encajó el Racing con el madrileño como entrenador del equipo.
29 puntos es el bagaje del entrenador en su etapa al frente del Racing.
24 goles anotó su equipo en los 18 partidos que ha sido el entrenador del Racing.
18 jornadas ha dirigido al equipo esta temporada desde que llegase en diciembre.
20 tantos ha recibido su equipo desde que es el responsable técnico de la plantilla.
Actualmente, a falta de que se complete la jornada de este fin de semana, ninguno de los equipos que se encuentran en puestos de play off de ascenso a Primera -a excepción de los nazaríes- acumula mejor renta. El líder, el Eibar, ha conseguido los mismos 29 que el Racing; el Alavés, 21; Las Palmas, 25; y Levante y Albacete, 26. El ritmo de José Alberto y su Racing es poderoso y le ha permitido estar en la situación actual, con ocho puntos de ventaja sobre el descenso, a la espera de que mañana se juegue la batalla de las batallas entre un Huesca (47) muy apurado y un Málaga (39) que ahora mismo marca la zona del abismo.
'Pero, no se vayan todavía aún hay más...' La capacidad goleadora del equipo con el asturiano al frente ha redoblado su eficacia. Su puntería es mucho más certera, y eso que lleva dos triunfos consecutivos por la mínima. El Racing de José Alberto ha marcado en sus 18 partidos 24 goles, algo que tampoco supera nadie más que el Albacete (26). Medalla de plata de la categoría en puntos y goles anotados, ahí es nada. Ni siquiera el Granada (22), que sería el líder en esa hipotética clasificación ficticia contabilizando los partidos desde que llegase José Alberto al banquillo racinguista, tiene un mejor registro. Es obvio que el estilo de fútbol que el conjunto verdiblanco practica ahora no tiene nada que ver con el que empezó practicando cuando arrancó la Liga. «Si no sabemos para dónde correr, corramos para arriba», decía el asturiano hace unas semanas, precisamente cuando su equipo encadenó una racha de tres partidos en los que no hizo otra cosa que perdonar la posibilidad de sentenciar la permanencia. Empató sobre la bocina -para ser precisos más allá de ella, en el minuto 97 - ante el Lugo (1-1) y después perdió de forma consecutiva ante el Levante (0-1) y Burgos (2-1). En esas tres jornadas el Málaga se acercó peligrosamente y el fantasma del descenso volvió a aparecer. El equipo no miraba la portería contraria y la cosa cambió ante el Albacete (4-1), pero se desdibujó con el Zaragoza, en La Romareda (4-1), donde se apuntó a otro récord compartido: acabar con nueve jugadores un encuentro por dos expulsiones. Antes tan solo había ocurrido tres veces en la historia de la categoría.
Después, ya es sabido, dos goles de Baturina, uno ante el Granada y otro contra el Ibiza, le han devuelto la tranquilidad y le han colocado con unos números que costaba imaginar en diciembre cuando apareció en La Albericia.
Es obvio que Romo ya es historia. El madrileño aparece en los mejores recuerdos del club, con el ascenso y el título histórico de la Primera RFEF, pero también en el baúl junto al séquito de entrenadores que se ha tragado el banquillo racinguista. El discurso defensivo y conservador, que combinado con la calidad catapultó al Racing al ascenso, se desvaneció en el primer tercio de Liga en Segunda. Sus números así lo atestiguan; con el madrileño el equipo sumó 18 puntos en veinte partidos, nueve menos que los de su sustituto y a este aún le quedan dos jornadas para mejorarlo. Quizás el dato que más llama la atención es la capacidad goleadora de ambas etapas; si bien con Romo, el conjuntó sumó nueve goles en las primeras 18 jornadas -por establecer una comparación real-, el equipo, con José Alberto ha anotado 24 en las mismas comparecencias. La diferencia es significativa. Casi triplica la eficacia ofensiva del actual Racing con el de principios de temporada.
Habría varias explicaciones a esta tremenda distancia que existe entre los números de goles marcados; la primera, probablemente apunta a la filosofía y planteamiento de partida en las pizarras de los dos entrenadores. Sin embargo, en la segunda, quizás no tenga tanta culpa -por llamarle de algún modo- Romo ya que Jordi Mboula se destapó tras su destitución y Roko Baturina apareció al poco de marcharse el madrileño. Entre los dos futbolistas suman diez goles, un tercio de todos los que ha marcado el Racing en lo que va de curso. Romo confió cien por cien en Mboula, de hecho lo mantuvo en el once titular pese a que el catalán firmó tardes de auténtico desacierto. El extremo no fue capaz de marcar un solo gol con el madrileño como jefe de la plantilla y, caprichos del destino, fue cesar en el cargo y convertirse en el máximo goleador con seis tantos que sacaron al equipo de la zona del descenso y mantuvo la esperanza de la salvación.
En eso no se le puede reprochar nada al anterior técnico. Como tampoco se le pueden pedir explicaciones por no aprovechar a Roko Baturina, que con cuatro dianas le ha dado al Racing doce puntos. Nada de nada. El croata fue el refuerzo del invierno que el propio Romo había solicitado -no a él, pero sí un delantero- y para cuando llegó y empezó a aportar la capacidad ofensiva el madrileño ya estaba en su casa.
Quedan cinco partidos y al Racing debería de servirle un triunfo más o a lo sumo dos. Ser más exigentes para firmar la permanencia sería una sorpresa, entre otras cosas porque tan solo ha hecho falta una vez en la última década más de cincuenta puntos para quedarse en Segunda. Fue esa temporada en que el Deportivo de La Coruña los hizo, pero se fue a Segunda B por el golaverage particular. Los de José Alberto con los 47 actuales están hoy -habrá que ver cuando acabe la jornada- a tres puntos del noveno clasificado. Al Racing le queda jugar a domicilio con el Mirandés y el Oviedo, que puede que no se juegen nada, y con Eibar y Cartagena, en El Sardinero, que la lógica invita a pensar que solo los eibarreses podrían llegar a El Sardinero con urgencias. Ojo, dejen a José Alberto maniobrar que está de dulce.
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