Ángel Lavín recibe el tercer grado

El exdirigente verdiblanco ha cumplido ya más de un tercio de su condena e incluso ha disfrutado de algún permiso penitenciario en las últimas semanas. Y todo apunta a que se verá beneficiado por la concesión del tercer grado. La próxima semana podría estrenar ya su nuevo régimen.

Precisamente, el 26 de septiembre de 2022, momento en el que Harry debía ingresar en prisión, Lavín acudió al CIS José Hierro, desde donde solicitó comenzar la condena ya en tercer grado. Aunque en Madrid aceptaron la solicitud, en Cantabria, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, a instancias de la fiscal delegada, denegó la concesión y se quedó con el segundo grado incicial que impuso la Junta de Tratamiento por unanimidad. Una conclusión argumentada en que no tenía pinta que Harry fuese a pagar los 216.400 euros de pena por responsabilidad civil al Racing.

La sentencia por la que Lavín fue condenado a tres años y medio de cárcel, después reducidos a 33 meses por la Audiencia Provincial de Cantabria, calificaba su comportamiento como presidente de «desleal», ya que a pesar de estar el Racing en concurso de acreedores y «al borde de la desaparición», adoptó decisiones con «argucia» y el «único fin de gestionar el club, por él o también por terceros, de modo opaco».

La titular de Juzgado consideró «particularmente relevante» un contrato que suscribió con una empresa (Blu Sistemas y Proyectos) que no tenía personal, trabajadores, sede social, capital, ni «demás elementos que se requieren para el funcionamiento normal» y que añadía que estaba «desde el año 2009 en adelante en causa de disolución y sin actividad alguna».

También mencionaba la jueza el sueldo de 72.000 euros que se impuso Lavín como responsable del Racing entre 2012-2014, sin dar conocimiento de ello a los administradores concursales que se ocupaban de la gestión en ese momento.

Según queda probado en la sentencia, ya firme, Harry fue el único presidente en la historia de la entidad en percibir un salario, que indicó que iba a donar a la Fundación del club, algo que no hizo porque la entidad no se constituyó. «Yo era director ejecutivo y si no cobrase sería un fraude a la Seguridad Social», se defendió el expresidente durante el juicio.

La concesión a Harry del tercer grado penitenciario es un paso más, en este caso ya cercano a su final definitivo, de un proceso que ha durado más de una década, desde que en noviembre de 2012 la Asociación de Exfutbolistas del Racing presentase una querella contra Ángel Lavín y su antecesor y mentor, Francisco Pernía.

Precisamente, el otro expresidente era la otra gran pata de este asunto judicial. Sin embargo, Pernía logró burlar la cárcel, mientras que Harry, que cargó con otra condena por intento de amaño de un partido contra el Girona de la que el de Cóbreces también se libró, se convirtió en el primer presidente de un club de fútbol que acaba en prisión por su gestión fraudulenta.

El Tribunal Supremo absolvió a Pernía de administración desleal al frente del Racing y le condenó a un año de cárcel por apropiación. Una pena que, tras reducir en tres años la pena inicial de la Audiencia Provincial de Cantabria, permitió al exdirigente verdiblanco evitar pisar la cárcel. Aún queda pendiente saber si la nueva directiva del Racing será capaz de recuperar la Acción Social de Responsabilidad contra Harry, Pernía y el abogado Horst Webber, que el Grupo Pitma decidió abandonar.