Una derrota que duele menos

Dijo el míster verdiblanco en la rueda de prensa previa al choque que su idea pasaba por hacer dos equipos diferentes para las dos jornadas restantes. En esta primera hubo cambios, pero no tantos como se podía prever. Cuatro novedades en la alineación, con la entrada de Mario García en el lateral izquierdo; la de Pombo, en la mediapunta; la de Marco Sangalli, en el extremo zurdo y la de Sekou Gassama en la delantera.

En una cita intrascendente, estaba a prueba la ambición de un Racing cuya actitud ha sido innegociable desde el pasado mes de diciembre. Nadie iba a reprochar a estas alturas un pie levantado del acelerador, pero ahí estaba la oportunidad para alzar unas decimucas la nota final.

El equipo cántabro le cedió el protagonismo a los de casa y Ezkieta tuvo que trabajar. Un balón filtrado al área permitió a Borja Bastón darse la media vuelta para sacar un duro latigazo raso que el portero navarro repelió para evitar el tanto. En el otro lado del campo, fue Juergen el que, con un zurdazo, obligó a Braat a meter las manos con muchos apuros. De momento, y con mucho menos en juego, había bastante más intensidad en el Carlos Tartiere que en el infumable Giro de Italia.

Es verdad que la satisfacción del deber cumplido ayudaba en el lucimiento de quien lo buscaba. Así, el local Borja Sánchez agarró un balón pasado. Tenía opción de disparo. Y fue lo que hizo Borja Sánchez, pero rizando el rizo. Con rosca, puso la mira en la escuadra del palo largo, pero la pelota se marchó fuera. Lo que seguro que no le hizo tanta gracia al míster racinguista fue ver la facilidad con la que, poco después, Dani Calvo iba a superar a la defensa verdiblanca. El jugador ovetense se elevó sobre la zaga para cabecear adentro un saque de córner.

Para José Alberto y para Álvaro Cervera la Segunda División es el patio de su casa. Su dominio de la categoría, con estilos diferentes, es máximo. Y el mandamiento número 1 del Cerverismo dice: 'Defenderás la renta obtenida como a tu padre y a tu madre'. Aunque cualquier creencia tiene crisis de fe y más cuando la relajación es por una buena causa. Un tiro de Pombo, que iba muy bien colocado, lo sacó Braat con una buena mano abajo, junto al poste. El meta estuvo rápido para quitarle el balón de la bota a un Dani Fernández que llegaba al rechace. Un rato después, ambos protagonistas repitieron la acción, esta vez con un intento de zurda del aragonés. El Racing tomó el control del juego, pero empeñado en entrar por el centro, con escasa imaginación en la zona de creación y aún menos 'punch' en los últimos metros. Así, pegando sin fuerza al saco, se llegó al descanso del encuentro.

Fue el Oviedo el que golpeó primero a la salida de los vestuarios. Ezkieta sacó con las piernas un remate centrado de Leo Sequeira. Probablemente el Racing tenía mejores intenciones, pero los asturianos confiaban más en su libreto. Y así, el 1-0 no tenía mucha pinta de moverse. Salvo iluminación. Si algo ha demostrado el canterano Mario García, que este domingo se estrenaba como titular, es que sus centros con la zurda no los pone ninguno de los mayores de la plantilla. Un centro suyo, un caramelo, desde la izquierda lo cabeceó Mboula, pero el balón no encontró portería.

El catalán, junto con Dani Fernández, iba a ser sustituido acto seguido. Yeray y Unai Medina fueron sus reemplazos. En la siguiente acción, el colegiado iba a anular un gol de Aldasoro por una presunta falta previa de Pombo. El choque estaba más abierto y, cien metros más allá, Borja Bastón mandó el balón al travesaño. En su ruleta de reparto de minutos, José Alberto retiró a Marco Sangalli para dar entrada a Peque. Un tiro de libre directo de Pombo desde la frontal, muy centrado, lo atrapó Braat plácidamente. Lo volvió a intentar el aragonés al rematar un pase atrás de Mario García, pero su tiro con la zurda se marchó cerca del poste.

Por mucho que probó, Jorge Pombo se marchó de vacío, ya que poco después fue sustituido por Arturo Molina. Junto a él se marchó un prácticamente inédito, como casi toda la temporada, Sekou Gassama. Matheus Aiás entró en su lugar.

Empecinado en jugar, sin éxito, por el centro, al Racing se le acababa el tiempo para cerrar este primer trámite con un mejor sabor de boca. La tuvieron los verdiblancos. Mario García se atrevió con un duro disparo desde fuera del área que Braat tuvo que despejar como pudo. Por allí pasaba Matheus Aiás para recoger el rechace, con todo a favor, pero el brasileño mandó el balón al travesaño. Se perdió la cuenta de los tiros a la madera del paulista esta temporada. Posteriormente, el delantero no llegó a un pase de Unai Medina que se paseó por delante de la meta asturiana.

Y el choque no dio para mucho más. Poco más de lo que se podía esperar de un compromiso sin la tensión competitiva que dicta la clasificación y con la resaca del objetivo cumplido. El racinguismo, más que satisfecho, quiere que lleguen ya las vacaciones para coger fuerzas y empezar a pensar en la siguiente temporada. Pero, de momento, queda otro trámite más. En casa, ante el Cartagena. Despedida y cierre.