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Cinco victorias y tres empates. 18 puntos rescatados. El arte de darle la vuelta a una situación complicada. Para llegar lejos no solo hay ... que saber aprovechar el viento que sopla a favor sino también avanzar cuando azota en contra. Por cosas como esas, el Racing está cuarto clasificado y a dos puntos del ascenso directo a falta de nueve jornadas. No hay mucho más que decir. Para ser uno de los equipos revelación de la Liga –si no el que más– hay que sacar resultados imprevistos y superar situaciones comprometidas. Cinco partidos que empezó perdiendo los acabo ganando y otros tres, al menos los empató. Esos 18 puntos son un 33% del botín que ahora mismo le mantienen en los puestos de privilegio. Creer en sí mismo y no rendirse antes de tiempo es uno de los apartados que no pueden faltar en la agenda de un aspirante al ascenso.
El Racing le dio la vuelta y terminó ganando al Cartagena, Levante, Leganés, Tenerife y Sporting de Gijón. Con todos ellos entró en el cuerpo a cuerpo, como si fuera un boxeador que no tiene miedo a perder y lanza manos buscando una ganadora. Al Cartagena le neutralizó por dos veces la ventaja y y con empate a dos no bajó los brazos y un gol de Peque en los minutos finales le dio la victoria al cuadro cántabro. Fue el primer triunfo a domicilio. En la última jugada del partido se les fue un balón a los murcianos rozando el palo de Ezkieta. Se heló la sangre, pero fue el principio de una larga historia. A partir de entonces el equipo empezó a creer. Se olvidó de lo de jugar fuera y en casa y comenzó su galopada. Era la jornada 11. Con el Levante hizo lo propio, en la 16; dos veces se puso por delante el equipo granota y dos veces le empató el Racing. Y después... Otros dos tantos para golear a un rival que aspiraba a puestos de play off. Acabó 2 a 4 y porque pitó el árbitro.
Un gol de Arana ante los ilicitanos en el minuto 53 logró neutralizar el tanto local y sumar su primer punto fuera.
El Racing empezó perdiendo y no se rindió. Un gol de Peque le dio la primera victoria a domicilio.
Dos veces se puso por delante el Levante, pero dos veces empató. Al final, le sobraron los goles.
El gol de Peque en el minuto 79 igualaba las dos ventajas de los asturianos en el Carlos Tartiere y rescataba un punto.
Otra vez Peque, con un gol en la segunda parte, volteaba el marcador adverso del conjunto líder de la categoría.
Con el tiempo cumplido, Peque de penalti firmaba las tablas después de ir perdiendo a domicilio.
Los canarios se pusieron dos veces por delante pero el Racing acabó holgado y volcado en la portería canaria.
De película. Tiempo cumplido y perdiendo todo el partido y media vuelta. Peque, de penalti, tres puntos.
Esos dos fueron como visitante. En casa, pocas veces se le han puesto por delante, pero en aquellas en las que sucedió apareció la fe. En la jornada 28 el Racing superó al líder, el Leganés. Probablemente ha sido el mejor equipo que ha pasado por El Sardinero.Serio, disciplinado y con mucha calidad. No en vano es el líder. En el minuto siete se puso por delante con un gol de Diego García y realmente el Racing no estaba dando la talla. El estadio buscaba una jugada salvadora que volviese a meter al equipo en el partido y llegó.En el minuto 47 un golazo de Íñigo Vicente empató la contienda y desde entonces el encuentro fue otro. Ocasiones, partido abierto e incertidumbre. El Leganés se dio cuenta de que en Santander no iba a ser fácil ganar y así fue. Un penalti convertido por Peque le dio el triunfo al Racing y la sorpresa de la jornada. En El Sardinero también pasó algo parecido con el Tenerife, a quien la derrota ante los de José Alberto le dejó fuera de la lucha por los puestos de fase de ascenso.
18 puntos
logró sumar el Racing en ocho partidos que empezó perdiendo
De nuevo ese guión que tanto le gusta al Racing;una primera parte en la que no pasa nada.Un equipo que no encuentra su sitio y de repente, en la segunda todo se descontrola. La segunda mitad es el reino de los verdiblancos. Son líderes en esa franja de tiempo. Otra vez dos ventajas para los rivales que se pusieron 0 a 1 y 1 a 2. Ver para creer. Pero el ímpetu de los locales les permitió acabar sobrados. Marcó Manu Hernando en el minuto 79 y remató la faena Andrés Martín en el 83. Los últimos diez minutos son un cheque en blanco. Cuando las cosas se vuelven inciertas, cuando las pizarras se borran y los jugadores corren sin órdenes es cuando el Racing saca provecho. «Me gusta el Rock and Roll», decía José Alberto. Le gusta, y por las palabras que mencionó ayer le va a seguir gustando. «No vamos a cambiar». Al Tenerife le ganó por 4 a 2 y se colocó a tiro de piedra de un objetivo que ya a nadie le parece una quimera.
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Aquel día ante el Tenerife marcaron jugadores que no están acostumbrados a hacer goles, lo que aún arroja más mérito al envite. Anotó Morante, lo hizo Sangalli, Andrés Martín y hasta Manu Hernando, un defensa que salió al rescate.
El hombre gol. Un tanto suyo en los últimos minutos supuso catorce puntos de los 18
Ante Cartagena, Levante y Sporting. El Racing logró superar dos desventajas y conseguir la victoria
En sus cinco remontadas absolutas, el Racing encajó nueve goles y sumó 16 tantos
La última remontada fue de guión de película y aún tiene con el pelo erizado a más de uno. En El Molinón, con el tiempo cumplido, con dos ventajas neutralizadas y con un gol de penalti. Ah, y ante un rival directo al que la derrota le pesará más de la cuenta. Ni José Alberto diseñó una jugada así. Peque, de nuevo, de penalti le dio el triunfo al equipo, que no se contentó con un empate en campo contrario y que le hubiera mantenido las distancias con su rival después de ir 75 minutos por detrás en el marcador.
Y cuando no pudo ganar, al menos sumó. Lo hizo en la jornada 4 ante el Elche, que por aquel entonces –también ahora– era uno de los gallos de la categoría y un candidato al ascenso. Fue al Martínez Valero y un gol del Nico Castro le puso contra las cuerdas en la primera parte. Pero después del descanso llegó la 'Albertina', esa medicina que reciben los jugadores en el intermedio y un gol de Arana le daba el primer punto a domicilio a un equipo que buscaba situarse en una zona noble de la tabla. Ese era el objetivo, no más. Y así fue.
Y la misma operación ocurrió con el Oviedo, pero esta vez en un partido en el que el Racing no fue mejor que los asturianos hasta que el partido se volvió loco. Ahí, y ya con las tácticas por los aires, fue cuando los verdiblancos empezaron a sentirse cómodos y en ese correcalles, Peque, el hombre gol, empató la contienda, en el 79, y tuvo ocasiones para haber sumado otra diana más que hubiese supuesto la remontada absoluta.
La última muesca llegó ante el Racing de Ferrol en A Malata y cuando a los gallegos nadie les tosía. Peque de penalti –parece el día de la marmota– en el minuto 93 firmaba las tablas. Un punto que hizo daño a su tocayo, que perdió su privilegiada condición de revelación para concedérsela a los racinguistas. Desde entonces, el Racing persigue una ilusión o es la ilusión la que le persigue a él. Aún nadie se ha puesto de acuerdo.
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