El gol anulado y el VAR de la discordia

Hay tecnología que en lugar de quitar puestos de trabajo los multiplica. Por ejemplo, con el VAR se añaden cuatro empleos más en un partido de fútbol. Cuatro colegiados se sientan en una sala cerrada provista de varias pantallas y cámaras en la que se graba todo. Vídeo y audio. La sala VOR es algo así como el ojo que todo lo ve y ayuda a chequear las jugadas dudosas para evitar desaciertos arbitrales. O al menos con esa intención fue creada. Pero el margen de error siempre está ahí y no son pocos los equipos que se ven perjudicados cada semana por la intervención del VAR.

Si se les pudiese preguntar uno a uno a los racinguistas que estuvieron en los Campos de Sport el domingo –y a los que lo vieron por televisión también– si el Racing fue damnificado por la revisión de alguna jugada, seguramente un buen puñado aseguraría que sí sin pestañear. Los de José Alberto iban por debajo en el marcador. El Zaragoza se había adelantado con un gol tempranero, pero al Racing le bastaba un único punto para lograr su objetivos. Solo tenía que empatar. Y lo hizo.

Saúl avanzó unos metros en conducción y conectó con Íñigo Vicente, que devolvió la pelota al canterano. El de Vioño de Piélagos puso un centro y el meta de los maños, Édgar Badía, aguantó en la portería. Un jugador del Zaragoza peinó la pelota de cabeza para sacarla del área y en el rechace ocurrió. En una décima de segundo Andrés Martín se marcó un remate sutil, pero de lo más efectivo y el balón besó la red. El sevillano estaba feliz. Lo celebraba como loco junto al resto de sus compañeros y pedía a la grada que animase. El gol del empate. 1-1. El Racing amarraba el play off. Lo malo fue que lo hizo solo por unos minutos. Los que tardó el colegiado del VAR, Sagues Oscoz (C. Vasco) en cominar a Galech Apezteguía (C. Navarro), el árbitro del partido a revisar la jugada.

En medio de una pitada monumental la incertidumbre reinaba en El Sardinero mientras una conversación, en ese momento secreta, se cocía en la sala VOR. Los aficionados verdiblancos no dudaron en mostrar su malestar al equipo arbitral. «Manos arriba, es un atraco», retumbaba el estadio cuando el colegiado decretó que anulaba el gol.

Horas después, cuando la Federación Española de Fútbol hizo públicos, como cada jornada, los audios de las revisiones del VAR, el enfado de los racinguistas fue a más todavía. El diálogo de Sagues Oscoz con Galech Apezteguía ha cabreado a más de uno, sobre todo porque el vasco le sugiere al navarro lo que tiene que ver y de alguna manera lo condiciona. «Josu, te recomiendo un 'On field' review por una potencial falta del jugador número 15 sobre el defensor del Zaragoza. Ven a verla por favor», le comenta en un primer momento, a lo que Galech Apezteguía responde: «Lo miro, no te preocupes, tranquilo». Y lo hizo.

Pero mientras revisionaba la jugada desde el VAR volvieron a indicarle: «Josu, lo que te voy a poner es cómo el jugador defensor despeja la cabeza y luego viene el jugador número 15 del Racing y le golpea con los brazos y con su cabeza. Y luego te la doy un poquito más abierta y con intensidad». El '15' del Racing era Rubén Alves, que chocó de manera involuntaria con un jugador del Zaragoza al saltar para hacerse con la pelota. Aunque en el momento del choque, el futbolista maño ya había despejado la pelota de cabeza.

«Vale, sí. Llega tarde, despeja el defensor y es el delantero el que le acaba derribando. Falta a favor del Zaragoza», decretó el árbitro, y anuló el gol del Racing, a pesar de que para muchos, José Alberto incluido, lo que había ocurrido era una mera disputa de balón. «Para mí es gol», decía contundente el entrenador verdiblanco en la rueda de prensa tras el partido. «El tanto anulado siempre depende del listón en el que el árbitro ponga la medición de las faltas. Para mí es una disputa de balón. Creo que no hay nada», explicaba. Aunque el VAR nació para despejar dudas y garantizar, en teoría, arbitrajes más justos, a veces también comete patinazos y multiplica los errores y cabreos.

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