El Ayuntamiento toma nota de los cambios que requiere LaLiga para los Campos de Sport

A eso de las once y media de la mañana esperaba en el estadio a la primera edil, a quien acompañó el concejal de Deportes, Felipe Pérez Manso, una delegación de LaLiga, encabezada por Roberto Bermúdez de Castro, encargado de las Relaciones Institucionales. Junto a ellos, la tercera pata del banco, el Racing, que estuvo representado por el presidente, Alfredo Pérez; y el director general, Víctor Alonso. Cada una de las tres partes implicadas ejerció su rol, con LaLiga supervisando las instalaciones e imponiendo los deberes a sus otros dos compañeros de reunión que esta vez, fueron de oyentes. «Queremos acertar y que el proyecto que debemos aprobar, con sus trámites y exigencias legales, se adecúe a los requerimientos de LaLiga. La mejor manera de conocer qué es lo que hay que hacer es escucharlo de primera mano. De esta manera, el expediente que llevaremos al pleno para su aprobación será el idóneo», añadía Igual.

Las tres partes compartieron la mañana. Pasearon por fuera y entraron al interior del estadio para repartir las tareas a realizar. «Para presentar un informe detallado de lo que se necesita, lo más acertado es verse y hablar con esa parte para no desviar el tiro ni equivocarnos en lo que se debe hacer y aprobar», insistió la alcaldesa. La novedad, precisamente, en la reunión de este martes fue la presencia del Ayuntamiento de Santander, puesto que LaLiga tan solo tiene relación con el Racing y es al club al que le comunica las normas y requisitos que se requieren para cumplir con los reglamentos del fútbol profesional. No obstante, la entidad verdiblanca, al jugar de prestado en El Sardinero, dado que es una propiedad municipal, depende del Ayuntamiento y es a él a quien debe hacerle llegar las obligaciones competitivas.

Ahora, y desde este martes, en la Casona ya conocen de primera mano qué urge y cómo se ha de hacer. Este miércoles, a primera hora de la mañana, está previsto que se reúnan nuevamente los miembros del consejo de administración del Instituto Municipal de Deportes, y en dicho encuentro se presentará el informe, que este martes a última hora sufría modificaciones y ampliaciones. Si todo está correcto, si los puntos del día son los que deben y la tramitación está preparada, la alcaldesa, que es la presidenta del consejo rector, dará paso al siguiente peldaño, que será acudir al pleno municipal para su aprobación y posterior ejecución. Ahora bien, puede que nuevamente existan irregularidades o que no se den cumplimiento a las exigencias legales, algo que pospondría la situación en el tiempo. O, por otro lado, tampoco es descartable que del informe que se presentará este miércoles por la mañana reciban la luz verde algunos epígrafes y no otros, por lo que se produciría un paso adelante parcial.

En cualquier caso, la presencia de la alcaldesa este martes en la reunión tripartita de los Campos de Sport de El Sardinero sirvió también para aportar confianza y certeza a LaLiga de que los trabajos urgentes y obligatorios que requiere el estadio se cumplirán. Es evidente que de todos los que ya figuran en la lista de deberes que la LFP le hizo llegar al club este martes, el que más atención suscitó fue el de la remodelación de la iluminación, con los 162 focos que han de ser sustituidos. Sin esa obra, al Racing no le dejarán competir –ni tan siquiera ser inscrito en la competición–, y ahora la alcaldesa lo sabe de primera mano. De las posibles soluciones que se han puesto en la mesa en la Casona, la que parece más viable –como adelantó El Diario– es la que contempla una desviación de los remanentes del IMD para poder acometer los arreglos de la luz del estadio. En la propuesta que este miércoles pasará por el consejo rector, se reflejará una partida de 915.000 euros para dicho arreglo, pero no será el único punto en el orden del día. Habrá más. Y será labor del secretario del Ayuntamiento, junto con la alcaldesa, el comprobar la validez de todo o de parte para llevarlo al pleno.

Los arreglos del estadio se han convertido en uno de los temas más recurrentes del racinguismo –una vez que el éxito deportivo del ascenso ya se ha digerido–. Es algo delicado y que ha producido discordia y descontento entre los aficionados, que a fin de cuentas son los usuarios principales. El paso del tiempo y la dejadez, primero de gestores del club que actuaron de 'okupas' y después de la incertidumbre sobre a quién compete arreglar qué y cuándo, los desperfectos que se originan han deparado que el estadio presente un estado ciertamente preocupante. Los accesos al campo, el estado de las torretas de luz, los asientos, las estructuras de los marcadores electrónicos –muy deterioradas por el salitre que les azota–... Han sido siempre una tema de polémica que la imposibilidad de renovar el convenio entre el Ayuntamiento y el Racing ha impedido poner negro sobre blanco. Esa indefinición que se extrae del rudimentario documento firmado hace décadas ha sumido al campo en un continuo intercambio de golpes.

Algunos de los arreglos durante estos últimos años, incluso, se ha presentado ya no como importantes para cumplir con las exigencias deportivas, sino para evitar cualquier riesgo para los espectadores o viandantes, ya que una posible caída de algún foco o de la estructura, maltrecha y deteriorada, del exterior podría suponer un disgusto. A pesar de ello, los intentos por renovar el convenio y establecer cuáles son las funciones de cada una de las partes, el Ayuntamiento como casero de la instalación, y el Racing, como inquilino, han sido baldíos.

El ascenso de categoría ha acelerado un poco más la situación, dado que las exigencias competitivas son mayores y las carencias que se han ido sumando también. En esta última etapa, las prisas por poner al día la instalación han deparado también que las propuestas y soluciones se hayan detenido en una maraña de tramitaciones y de plazos legales. Lo que podía haberse arreglado mucho antes se encuentra ahora contra las cuerdas en cuanto a tiempo se refiere, puesto que todo ha de pasar por el pleno municipal y todo debe cumplir unos periodos de licitación y ejecución que impedirán que se superen antes de que comience la Liga.

Las diferencias de criterio entre las fuerzas políticas en el Ayuntamiento han propiciado aún más esa demora, que ahora corre con prisa. Sea como fuere, las luces son ahora el caballo de batalla en un estadio que requiere una remodelación integral para que el club no se quede atrás de todos los rivales con los que el Racing se verá las caras a partir del mes de agosto. Pese a que ponerle parches no es ni debe ser la solución, lo cierto es que sin esta venda no habría nada que hacer.