Balance de 99 días de gestión antes de medirse al Barakaldo

Todo lo ensayado en la pretemporada quedó a un lado cuando, en el primer compromiso liguero, el míster pasó al 3-5-2. Un sistema que dio unos resultados aceptables en el marcador, pero no en lo visual. El pasado sábado, en Laredo, el dibujo pasó al clásico 4-4-2 y el Racing fue una caricatura. Por eso, este sábado Rozada prepara un nuevo planteamiento. Lo ha escondido a lo largo de la semana, pero todo apunta a que podría optar por un 4-1-4-1 que permita alinear al mismo tiempo a Pablo Torre y Cejudo. Dos jugadores que den fútbol a un equipo de cuya promesa de llevar el peso de los partidos no hay ni rastro.

Todo ello en una cita trampa, frente a un Barakaldo que aspiraba a meterse en los puestos de ascenso y a día de hoy ocupa el farolillo rojo de la clasificación. Cualquier día es bueno para un punto de inflexión, pensarán en el club vizcaíno.

En el once de Rozada, la defensa parece clara, ante las bajas por lesión de Figueras y Pablo Andrade. Ceballos y Maynau en las bandas. Óscar Gil y Matic, en el centro. Sólo Mantilla, en el flanco derecho, podría cambiar la zaga del pasado sábado en San Lorenzo.

Con hueco para los dos jugones en la parcela ofensiva, una de las dudas es saber quién ocupará el puesto de enlace entre la zaga y la medular. Íñigo Sainz-Maza no estuvo fino en Laredo; y Nana, menos aún. Villapalos, que hasta el momento ha estado lejos de lo esperado, podría tener una oportunidad para resarcirse.

Álvaro Bustos tiene muchas opciones de volver al extremo izquierdo y en el contrario, Soko apunta a debutante. El asturiano buscará así la profundidad que el Racing no tuvo en un terreno de juego bastante más pequeño como en San Lorenzo.

Y en la punta de ataque jugará el que el míster considere que menos mal lo está haciendo. Jon Ander está tocado; Cédric está muy lejos de lo que se espera de él. De hecho, el técnico no se mostró nada contento con el rendimiento del nigeriano en el derbi cántabro. Y Balboa, aunque tampoco ha dejado muchas notas positivas, al menos mostró ante el Laredo más movilidad y capacidad de lucha. Lo que está claro es que, el que juegue, está prácticamente obligado a aprovechar sus minutos, porque el puesto de '9' en el Racing está más barato que nunca.

Todo ello sin perder de vista que el cuadro santanderino afronta unos días de mucho meneo. Desde este sábado hasta el próximo 20 de diciembre, el Racing tiene en el calendario seis partidos: cinco de Liga y uno de Copa del Rey. Y esta misma semana, el miércoles disputará su partido aplazado frente al Leioa por un caso de covid en el conjunto vasco, antes de visitar el próximo fin de semana a uno de los rivales directos en la lucha por el título en este subgrupo: la Real Sociedad B.

Elegir once futbolistas es más o menos sencillo, aunque al técnico le suponga un pequeño quebradero de cabeza. Pero lo verdaderamente complicado para Javi Rozada y, en consecuencia, para el Racing, es encontrar su identidad. Su verdadero yo. Porque los aficionados verdiblancos, en sus casas, ante la imposibilidad de acudir a su templo de los Campos de Sport, siguen sin reconocer a su equipo a simple vista. Defiende relativamente bien y de actitud poco se le puede criticar. Sin embargo, del centro del campo hacia adelante es un conjunto sin ideas. Tedioso. Predecible. Y en esto del fútbol no basta con dominar un área. Hay que manejarse con destreza en las dos.

Sin embargo, si se prefiere apreciar la botella medio llena, este partido de este sábado frente al Barakaldo, junto al aplazado del miércoles contra el Leioa, son una fantástica oportunidad para darle la vuelta al calcetín. Porque con dos partidos menos que los tres equipos que encabezan la competición -Bilbao Athletic, Amorebieta y Alavés B-, los de Javi Rozada pueden colocarse como líderes en solitario si vencen sus dos próximos compromisos. Y desde arriba, a través del espejo retrovisor, todo se ve mucho mejor.

Sin público en la grada, es más difícil testar el sentir de la afición con respecto a la marcha y la imagen del equipo. Pero Rozada necesita encontrar cuanto antes un libro de estilo. Una filosofía sobre la que debe versar su Racing. Porque de ese conjunto intenso, dominador, vertical y permanente habitante en campo rival, sólo se le ha encontrado la primera de las características. Han pasado 99 días desde el inicio de esta peculiar pretemporada. Ya es tiempo de asentar.