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José María Maguregui acumuló en dos etapas lo que nadie, nueve temporadas;de la 72-73 a la 76-77 y de la 83-84 a la 86-87. Una vez cinco y otra, cuatro cursos seguidos
Un banquillo siempre de alquiler

Un banquillo siempre de alquiler

Han pasado 27 temporadas desde que Felines completase dos cursos seguidos como técnico del Racing

Viernes, 15 de noviembre 2019, 07:16

Casi tres décadas. 27 años para ser más exactos, desde que un entrenador, Félix Bardera Sierra 'Felines', lograse lo que ahora se puede calificar como una gesta en toda regla:completar como entrenador del Racing dos temporadas consecutivas. Ahí es nada. Ni el del Atlético de Madrid, ni los más codiciados, los del Barça o el Real Madrid... Ningún banquillo es más caliente que el del Racing. Treinta técnicos han dirigido al club cántabro en estos 27 años; algunos con éxitos sonoros, otros con fracasos estrepitosos. Los ha habido que han salido 'corriendo' y los hay que los han invitado a salir con vehemencia... El banquillo del Racing siempre está de alquiler.

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La reciente destitución de Iván Ania el pasado lunes viene a reafirmar un hecho más que plausible y es que el puesto de entrenador racinguista es volátil. Al asturiano le ocurrió lo mismo que a Paco Fernández, que logró hacer historia al lograr el ascenso a Segunda desde el pozo de la Segunda B y la temporada siguiente se fue al paro. De héroes a villanos. En el banquillo del Racing ha ocurrido de todo desde aquella etapa en la que Felines logró ascender a Segunda División en su primera campaña como míster verdibalnco y clasificar en décima posisición al equipo en la división de plata el curso siguiente. El abulense salió de Santander rumbo al Talavera para posteriormente dirigir al Rayo Vallecano, conjunto en el que ya había trabajado antes venirse a entrenar a El Sardinero. Antes de Felines –nobleza obliga– se habían dado dos casos un tanto inusuales en el Racing; el primero, protagonizado por José María Maguregui, el inolvidable entrenador vasco que completó cuatro temporadas consecutivas –desde 1983 a 1987–, en las que firmó un ascenso a Primera el primer curso, dos permanencias y luego un descenso a Segunda. Antes, Magueregui fue capaz de lograr lo que nadie: sumar cinco campañas seguidas entre la 72-73 y la 76-77. A medio camino entre la volatilidad permanente y el empadronamiento que casi logró el vasco en el banquillo verdiblanco se sitúa Manuel Fernández Mora 'Moruca', que repitió de manera consecutiva en tres ocasiones entre 1980 y 1983. De los pocos que se hizo casi inquilino habitual del banquillo más caliente.

Nando Yosu, Marcelino, Portugal, Preciado y Benítez repitieron en varias etapas, pero no consecutivas

Exceptuando a estos dos 'supervivientes', el cargo en el que debutará Cristóbal Parralo el próximo domingo en el Anxo Carro frente al Lugo es algo muy deseado pero con fecha de caducidad. Tras Felines llegó al Racing Francisco García Gómez 'Paquito' (92-93) y lo hizo para hacer historia. El asturiano subió al Racing a Primera en aquella inolvidable fase de promoción ante el Espanyol –con el solitario gol de Pineda– en la que El Sardinero acogió a más de 22.000 espectadores –récord histórico–. Pues ni con esas; ese verano dejó el cargo para fichar por el Rayo Vallecano. Ya en Primera se hizo con el alquiler del banquillo racinguista Javier Irureta, quien firmó un temporadón clasificando al Racing en octava posición. El vasco salió de Santander rumbo al Athletic de Bilbao y de allí hizo carrera por los mejores clubes de España hasta ganar la Liga con el Deportivo de La Coruña. Un año. Ni más ni menos. Paquito e Irureta se fueron como héroes.

Entre ceses y despedidas

Con el técnico vasco se acabaron las etapas de : 'Si breve y bueno, dos veces bueno'. Tras el irundarra llegó el turno de un cántabro, Vicente Miera. El de Montaña fichó por el Racing después de ser campeón olímpico en Barcelona y de dirigir a varios equipos de Primera (Sporting, Oviedo, Espanyol...) y tras hacer una campaña meritoria y clasificar al equipo en media tabla repitió temporada, pero cuando faltaba un tercio de la misma fue destituido (94-96). Lo sustituyó Nando Yosu, y en aquella ocasión comenzó a escribirse la leyenda del técnico de Munguía. 'Nandín' logró la permanencia cuando ya en El Sardinero se preparaban para hacer las maletas. Fue el primero de cuatro milagros que el desaparecido entrenador cumplió con su eterna varita mágica. Yosu salvó al equipo, pero el club después de agradecerle los servicios prestados al vasco comenzó un nuevo proyecto y decidió encargarle el puesto de entrendor a otro pasisano, Marcos Alonso. El que fuese futbolista del Atlético de Madrid o el Barcelona –entre otros, además de internacional con España–, se vino de 'alquiler' al banquillo del Racing después de haberse estrenado como tal en el del Rayo Vallecano (96-98). Tras un curso aceptable en el que logro mantener al equipo entre los mejores en Primera, la siguiente temporada fue destituido con el Racing en puestos de descenso y al borde del abismo. Otro técnico que se quedó sin completar su segunda campaña. Lo sustituyó el mago 'Nandín' y de nuevo, bingo. El Racing salvó la categoría después de rozar el desastre. Era la segunda vez que el vasco llegaba al rescate de un equipo y tras el cese de dos cántabros. Primero fue Miera y después, Marcos Alonso.

Tras los dos milagros de Nando Yosu, el club pensó que el vasco se había ganado el premio de darle el banquillo para él desde del principio. Hasta el momento lo había 'alquilado' por semanas y en aquella temporada (98-99) partió de inicio con un contrato firmado por un curso entero. Ni siquiera 'Nandín' aguantó lo vaivenes del efimero puesto de entrenador racinguista. El eterno técnico apenas duró unas jornadas y en el mercado de invierno el Racing se trajó a Gustavo Benítez, a quien se le recordará por aquel fútbol dinámico con un equipo repleto de internacionales y del que salieron Pedro Munitis o Salva Ballesta, jugador revelación y pichichi en Primera, respectivamente (98-00).

Félix Bardera 'Felines' es el último entrenador del Racing que ha logrado mantener el cargo durante dos temporadas completas. El asturiano ascendió al equipo en la 90-91 y lo clasificó décimo en Segunda a la siguiente campaña.

Un trampolín, un infierno y una bicoca

El banquillo del Racing ha servido de escaparate para unos como Irureta, Marcelin0, Setién o Preciado que dieron el salto a grandes equipos después de ser inquilinos del de El Sardinero. Incluso y pese a todo, al propio Iván Ania le servirá con el tiempo. En cambio para otros fue un regalo envenenado como los dos últimos cántabros, Ángel Viadero –actualemente en Marruecos– o Pedro Munitis, que tras su salida no han podido encontrar un acomodo mejor. También para otros fue una bicoca, como lo fue para Juan Carlos Mandiá que llegaba de Segunda o Carlos Pouso a quien el banquillo racinguista recuperó del anonimato, pese a que el desenlace fue fatal. A otros los medio jubiló, como Andoni Goikoetxea que no dirigió más a un equipo de la élite. A Paco Fernández no le cundió del todo su éxito en El Sardinero.

El paraguayo se marchó de Santander tras acumular una temporada y media para volver al final de la siguiente –en marzo de 2001– como medida de urgencia tras el desastre que protagonizaron Andoni Goikoetxea primero y Goyo Manzano, después. Aquel curso (00-01) alquilaron el banquillo verdiblanco tres entrenadores y ninguno pudo enderezar el rumbo de un equipo que acabó descendiendo a Segunda División. Al paraguayo le renovaron el crédito, pero le duró ocho jornadas, momento en el que pasó de héroe a villano y fue destituido. Lo sustituyó un mitó del racinguismo, Quique Setién, que se estrenó por todo lo alto: ascenso a Primera. El gol ante el Atlético de Madrid de Moratón, el capitán racinguista, le dio el boleto a la élite. Inolvidable. El 'flaco' desde entonces no ha querido volver a ocupar el famoso banquillo. De hecho, tras el éxito le dio el regalo a Manolo Preciado  (02-03) que después de enamorar a la afición cedió el puesto a Chuchi Cos y Piterman.

Una etapa disparatada

Tras la experiencia 'paranormal' del ucranio –un presidente metido a entrenador– que duró unos meses, la siguiente temporada el técnico que ocupó el volátil banco de El Sardinero fue Lucas Alcaraz (03-05), que mantuvo al Racing de manera honrosa en Primera el primer año y cesó el segundo sumido en una crisis de resultados sin solución. Sin embargo, el efecto 'Nandín' volvió a surgir. El vasco se sacó el tercer conejo de su chistera y dejó al equipo en Primera. Formó dúo con Preciado (05-06) en el arranque de la temporada siguiente para volver a sacarse, esta vez de la manga, el as más complicado hasta entonces. El inolvidable y carismático técnico de El Astillero dimitió y fue 'Nandín' quien volvió a salvar al equipo. Ya no habría más milagros.

A partir de ahí, la historia es más reciente. Miguel Ángel Portugal (06-07) logró un décimo puesto y se marchó al Real Madrid. Después fue Marcelino García Toral (07-08) el que metió en la UEFA al Racing. Ambos se fueron voluntariamente. Llegaría JuanRamón López Muñiz (08-09), salvó al equipo y fue cesado. En la temporada 2009-10 el banquillo se lo repartieron Juan Carlos Mandiá, Juanjo González y Portugal. El curso siguiente (10-11) el madrileño le cedió el banquillo a un Marcelino que rescató al lcub del naufragio con Ali Syed asombrando al fútbol mundial con sus desmanes. La temporada siguiente comenzó la caída (11-12); ni Héctor Cúper, Juanjo González y Álvaro Cervera solucionaron el entuerto. A Segunda. En la 2012-13, Fabri, José Aurelio Gay y Alejandro Menéndez no evitaron el descenso a Segunda B. Caos. La siguiente (13-14) fue la de la alegría del ascenso con Paco Fernández que pasó de ser adorado a salir por la puerta de atrás mediado el curso después. Con Javier Pinillos como atrezzo unos días –el exportero racinguista puso el carné para que Pedro Munitis pudiera entrenar en la sombra– el equipo descendió a Segunda B. Nadie lo evitó. El del Barrio Pesquero continuó en el cargo y no logró el ascenso. Se marchó.

Tras Munitis (14-16) se repitió la madición; Ángel Viadero completó una tenmporada y a la siguiente, adiós (16-18). Carlos Pouso (18) alquiló el banquillo el final de la campaña pero firmó el mayor desastre de la historia: ni se clasificó para el play off de ascenso. Después, aún está reciente; llegó Iván Ania, ascendió a Segunda, saboreó el éxito y... El siguiente curso, destituido. Ahora es Cristóbal Parralo el que ocupa el tambaleante banquillo racinguista y en su contrato existe una cláusula de renovación si consigue la permanencia. A por ello va. Suerte.

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