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Un manteo de bienvenida y al 'tajo'. Un tanto especial, lo cierto. Porque lo llaman 'cangrejo' y es un acto en el que al protagonista, ... en este caso Roko Baturina, lo rodean sus compañeros y simulando a un crustáceo con pies y manos en el suelo el 'reo' tiene que tratar de tocar a uno de los demás. No es nada sencillo, creánlo. Así, con esta broma, recibieron al delantero croata sus compañeros de equipo, algunos de ellos amigos ya que hace seis meses compartieron la misma taquilla que este martes volvió a abrir en La Albericia. Después de la ceremonia de apertura, una pequeña charla entre José Alberto, Pablo Álvarez y Baturina y al trabajo sin más protocolo. Un par de palmadas con Pol Moreno, un abrazo con Íñigo Sainz-Maza y a la rutina. El delantero croata recuperó su sitio en el Racing en el mismo lugar donde lo dejo al cierre de la pasada temporada. Apenas se notó en La Albericia que el croata fuera el primer fichaje del mercado de invierno. Su adaptación fue tan buena el pasado mes de enero –el de 2023– que en la segunda ocasión ya era un alumno aventajado: habla castellano, saluda a los empleados por el nombre y, lo más importante, futbolísticamente todos le conocen.
«Ahí, tu ponla ahí», se escuchó en los primeros lances del partidillo. Baturina le señalaba a Íñigo Vicente dónde quería la pelota y el mago de Derio sin mirar ya sabía el lugar que señalaba. Delgado, rápido y contundente. Tal y como lo dejó cuando se fue. Baturina se colocó en la punta de ataque en los ensayos con espacios reducidos que programó José Alberto y su equipo.
Este martes no era un día normal. Se mire por donde se mire. No suele ser habitual que un jugador al que el Racing quiere atar y no puede por falta de recursos, termine regresando a los seis meses cedido con opción de compra. El empeño que desde el mes de octubre puso el jugador por regresar se concretó. Eso y, lógicamente, el visto bueno y aprobación de Mikel Martija y José Alberto, que coincidieron desde el primer minuto en que el croata era el jugador que necesitaba el equipo. Primero porque la plantilla no tiene un delantero así; segundo porque a ambos mandatarios les convence el futbolista y, tercero, porque su adaptación iba a ser instantánea. De todo ello, esto último sí se puede dar fe desde la valla. El jugador se vistió de verdiblanco y parecía que no había pasado nada.
Los más de cuarenta minutos que duró el partidillo sirvieron para comprobar que mantiene ese instinto con el que destacó la pasada temporada. Definición a la primera, fuerte golpeo, desmarque corto y capacidad de esfuerzo. Se le vio extramotivado a la hora de trabajar sin balón, quizás porque era su primer día y eso siempre empuja. Ahora bien, los que le conocen saben que no es una pose. Aún se le puede recordar colorado como un cangrejo –como el del juego de bienvenida– en Ponferrada el día de su debut el curso pasado. Peleó y defendió hasta donde pudo y no se dejó nada.Hoy también. Se detuvo un par de veces, se inclinó hacia delante y se apoyó sobre sus muslos para tomar aire. Aprovechó los momentos en que la pelota estaba fuera del campo para ello. Y en cuanto pudo, a la carga. En compromiso también aprobó el año pasado, por eso también está en Santander de vuelta.
A José Alberto le encaja perfectamente en su libreta. El perfil del croata es diferente al de Juan Carlos Arana, más dinámico, con mayor virtud para el regate y la asociación, pero sin esa altura y las dotes para fijar la defensa rival. No coincidieron en el equipo, en primer lugar porque en los ensayos los equipos son reducidos y nunca es una prueba con fuego real y, en segundo, porque realmente al cuerpo técnico lo que le interesa es poder tener dos planes diferentes bien trabajados. Baturina llega con el rol de ser la alternativa al canario, de entrada, y con permiso de lo que pueda aportar Ekain. Está en forma, viene de jugar en Portugal –no todo lo que deseaba, por eso está aquí– y todo apunta a que el domingo debutará en su segunda etapa como racinguista.
Al empezar el entrenamiento José Alberto separó por líneas a los jugadores y los entremezcló. Delanteros con defensas... La intención era trabajar los ejercicios de salida de presión rival. Ahí, a Baturina le tocó apretar y encimar. Con eso ya contaba. Y tanto. No le debió sorprender. Y es que en una de esas llamadas prematuras, allá por el mes de octubre, que recibió José Alberto del croata ya le señalaba al técnico que echaba de menos esa forma de jugar. Allí, en Portugal, su equipo jugaba de otro modo y el delantero reconocía que en Santander salieron las cosas bien.Fueron confesiones que con el tiempo han acabado en una nueva amistad.
Quedan aún cuatro entrenamientos para el partido de Liga ante el Cartagena (domingo, 14.00 horas) y serán suficientes para que Baturina entre en algún plan del cuerpo técnico. Lo que sí resultaría extraño es que ahora que tiene dos delanteros diferentes en la plantilla, el entrenador racinguista cambie la hoja y coloque a los dos en el dibujo. Hoy no trabajó con esa posibilidad. No coincidieron Arana y Baturina en el mismo equipo y lo de jugar con dos delanteros tampoco es algo que haya utilizado José Alberto, al menos hasta ahora. Ahora bien, es cierto que tampoco había tenido a dos jugadores que pudieran colmarle las exigencias que busca en ataque. Ahora sí, así que... Lo mismo se le ve al Racing con dos puntas en ocasiones especiales.
«Racinguistas, he vuelto. El domingo nos vemos». Hasta hoy es lo único que se le ha escuchado. El domingo hablará en el campo.
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