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«Después de casi cuatro meses es complicado, pero he sentido el apoyo de todos», confesaba Pablo Bobadilla ayer en La Albericia, tras entrenarse con el grupo por primera vez tras su lesión de hombro, que le obligó a pasar por el quirófano y le ... ha tenido de baja todo el año. Han sido muchos días de «trabajo en la sombra; en el gimnasio». Y ahora el riojano solo piensa en una cosa: «Tengo ganas de demostrar que soy un buen jugador».
Bobadilla explicó sus sensaciones. La lesión «al principio es muy dura», pero cuando se asimila «se trata de readaptar el cuerpo y ponerte a punto». El central, que es muy complicado que entre en la lista para Anduva, señala que desde fuera ha visto a un equipo que «ha competido bien» pese a que «nadie le ha regalado nada». Y a estas alturas, el riojano está contento con lo que se ha hecho, pero advierte de que «no se puede pensar más que en Miranda. Que nadie se engañe».
Ayer, la novedad positiva fue su presencia ya a pleno rendimiento –ya pisó el césped con sus compañeros la semana pasada– con el grupo, mientras que la negativa –aunque no constituyó ninguna sorpresa–, las ausencias Rubén Alves y Germán.
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