Borja Jiménez sigue, de momento, en el banquillo del Deportivo

Y eso que dentro de lo parca que es la política de comunicación en Riazor, la información emitida por el club ni siquiera nombra al técnico en la vuelta al trabajo ayer en las Instalaciones de Abegondo.

Si el abulense aguanta una semana más al frente del equipo gallego, tendrá otro reto importante delante. Con su plantilla minada moralmente, recibe en su estadio al cuarto clasificado: el Rayo Majadahonda. Sólo con cuatro puntos de ventaja sobre los madrileños.

Y además, lo hará con bajas importantísimas en su equipo. Porque no podrá contar con dos de sus máximos goleadores. Miku sigue lesionado y Quiles fue expulsado el pasado domingo en el choque frente al Celta B. También tiene la duda del lateral Trilli, con problemas físicos.

El Deportivo se encuentra en una situación crítica, después de ver cómo de aventajar al Racing en seis puntos ahora se encuentra a nueve y con la diferencia de goles perdida. Tiene muy pocas opciones de alcanzar a los de Guillermo Fernández Romo y, por lo tanto, aspirar al título y el ascenso directo, y asimismo se le está complicando el segundo puesto, ya que los perseguidores se le están echando encima. El sexto clasificado, ya fuera de las plazas de play off, la Unión Deportiva Logroñés, se encuentra a tan solo cuatro puntos.

La crisis deportivista se ha visto agravada en grandes proporciones después de la dolorosísima derrota del domingo contra el filial del Celta, su eterno rival, en Balaídos. Un resultado que ha mermado aún más si cabe la credibilidad del entorno en un Borja Jiménez que, de momento, se aferra al cargo.