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Ladislao Kubala, el astro del Barcelona, reaparecía después de una lesión. Los aficionados racinguistas fueron testigos de aquel regreso durante el partido liguero que se disputó el 3 de febrero de 1953 en los Campos de Sport. La presencia de Kubala fue muy valorada por ... el público santanderino, aunque era consciente de que iba a perjudicar a su equipo. Sin embargo, aquel día sería mucho más trascendente la presencia de un joven que debutaba con el Racing y que marcaría una época en el fútbol español.
Natural de Guarnizo, el fútbol ya venía corriendo por las venas de Francisco Gento López desde su nacimiento. Su padre, Antonio, fue uno de los pioneros de la Cultural de Guarnizo, y su madre, Prudencia, de quien se dice que heredó la velocidad, jugaba al fútbol en partidos informales de mujeres. Después de practicar con retales apelotonados y amarrados para mantener su redondez, en su primer partido con un balón de verdad ya pusieron a Gento de extremo izquierdo. Fue en el equipo del Frente de Juventudes. Luego jugaría en el Frajanas, el Nueva Montaña y el Unión Club, donde participaría en el Torneo Los Barrios, destapándose como uno de los mejores, y anotando diez goles en un solo partido. ¿Cómo iba a dejarle escapar el Racing?
Jugaba en el Unión Club y soñaba que jugaba en el Racing cuando asistía a los partidos. Uno de ellos le impresionó. Fue en los Campos de Sport contra el San Lorenzo de Almagro, uno de los mejores equipos del mundo en aquellos momentos. Pero su admiración no era para los argentinos, sino para el racinguista Rafael Alsúa. Qué lejos estaba entonces de suponer que pronto sería su compañero, porque el Racing le incorporó a su filial, el Rayo Cantabria, y un buen día, después de un partido, un directivo racinguista entró en el vestuario y le dijo que se fuera con él. «¿Para qué?», preguntó Gento. «Para jugar contra el Barcelona», le respondió.
Y allí estaba Paco Gento, en el once que se iba a enfrentar al Barcelona de Kubala. El entrenador racinguista, Juanito Ochoa, formó a Ortega, Gallo, Barrenechea, Ruiz, Villita, Nando, Felipe, Martínez, León, Alsúa y Gento.
El Racing se adelantó en el marcador con un remate de cabeza de León, que se anticipó a la acción de Ramallets. En la segunda parte, los racinguistas presionaron la portería rival y Gento, que tenía una pegada contundente con la zurda, lanzaría dos saques de esquina seguidos. El segundo de ellos, rematado a la red por Felipe, estableció el 2-0. La reacción del Barcelona, con un Kubala repleto de aciertos, logró remontar el resultado en quince minutos con un 2-3 que parecía sentenciar el partido. Pero en el minuto 40, León recibió un pase dentro del área y pasó atrás a Alsúa que remató el empate final (3-3).
Gento marcaría su primer gol con el Racing al mes siguiente, en El Sardinero, en el partido contra la Real Sociedad. Los donostiarras se habían adelantado en el minuto 11 de la segunda parte, pero tres minutos después, Alsúa inició una jugada que continuó con un pase abierto a la izquierda. Allí estaba Gento para internarse con el balón y, después de salvar una zancadilla del defensa Bernal, cruzó un disparo potente por el que nada pudo hacer el meta Eizaguirre.
El otro gol liguero de Gento fue contra el Sevilla en los Campos de Sport. El Racing iba ganando 3-1 gracias a dos goles de Martínez y otro de Alsúa, que había rematado un saque de esquina lanzado precisamente por Gento. Con ese resultado acabó la primera parte. En el segundo periodo, León y Magritas trenzaron una jugada que terminó en un disparo de este último que el guardameta no pudo retener, y que aprovechó Gento para rematar el 4-1.
El tercer y último gol de Gento con el Racing fue en la Copa del Generalísimo contra el Granada, anotando uno de los seis que darían la victoria a los santanderinos en los Campos de Sport.
La luz de Gento brillaría demasiado y su tiempo en Santander fue tan breve como rápidas sus carreras por la banda. Tenía un contrato de cinco temporadas con el Racing, pero solo jugó catorce partidos. Luis Guijarro, uno de los primeros intermediarios del fútbol en España, fue el que puso en contacto al jugador con el Real Madrid. Cuando los aficionados vieron a Guijarro por los Campos de Sport presintieron la marcha del chaval. Algunos intentaron evitarlo por la fuerza, así que el fichaje tuvo que formalizarse escondidos en un garaje. Así se inició lo que sería la etapa deportiva de quien sería el mejor extremo izquierdo del mundo.
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