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El Leioa empató en el último minuto.

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El Leioa empató en el último minuto. Daniel Pedriza
Fútbol | Racing

Un título en diferido

El Racing estropeó un gran partido en el último minuto y tuvo que esperar para ser campeón

Sergio Herrero

Leioa

Sábado, 27 de abril 2019, 07:48

Dicen, cuentan, que a apenas unos kilómetros de Sarriena nació la palabra alirón. Aunque los relatos no saben si centrarse en Ortuella o en Muskiz. Tampoco importa mucho. Los mineros de una empresa inglesa que explotaba un yacimiento de hierro buscaban la mejor materia prima, porque, cuanto más pura, más dinero se llevaban al bolsillo. Así que, cuando encontraban una buena mena de hierro, lo que estallaba no era la dinamita, sino la euforia de los trabajadores: «All iron! All iron! (¡Todo hierro! ¡Todo hierro)», gritaban. Motivos para celebrar. Y el Racing se aseguró esta tarde en Leioa tocar metal. Bueno, realmente se lo agenció ya casi en el autobús de vuelta a casa. Después de un gran partido, con momentos de lo mejorcito de la temporada, se dejó llevar en los últimos minutos y

Para picar piedra en Sarriena, Iván Ania se inventó una nueva alineación. Y van 35.

Leioa

Iturrioz, Mikel Fernández, Crespo (Cortés, min. 46), Córdoba, Juaristi (Luáriz, min. 46), Egiluz, Chirri Monje, Gorka Garai (Ibrahima, min. 74), Yurrebaso, Fran Sota y Morcillo.

1

-

1

Racing

Iván Crespo, Buñuel, Julen, Óscar Gil, Olaortua, Kitoko, Mario Ortiz, Nico Hidalgo (Cayarga, min. 65), Noguera (Sergio Ruiz, min. 77), Cejudo y Barral (Tresaco, min. 83).

  • Árbitro Mena Gimeno/García Gallegos (Comité Valenciano). Amonestó al local Crespo.

  • Goles 0-1, min. 16: Noguera. 1-1, min. 89:Luáriz.

  • Incidencias Sarriena. Con césped blando, en una tarde fría, desapacible y lluviosa en algunos momentos

  • El Público Unos 700 espectadores en las instalaciones del club vizcaíno, de ellos, más de 500 aficionados racinguistas que acompañaron a su equipo

  • El detalle El colegiado principal se lesionó en el minuto 34 de partido. Se solicitó un árbitro por megafonía, pero ante la ausencia de otro posible juez, el resto de la primera parte fue dirigida por uno de los asistentes, con la ayuda de uno solo de sus compañeros desde la banda. Después se encontró un sustituto.

El Racing, pico y pala, salió fuerte. Se camufló dentro de ese fútbol de hollín y barro que sabía se iba a encontrar en la tarde de ayer. En este intento eterno por salir del túnel. Presión alta, robo y castigo... Quizáel equipo verdiblanco necesitaba una motivación especial como la del título liguero al fondo de la galería para mostrar su mejor cara. Barral tuvo una ocasión clarísima en la parte inicial del choque. Un centro desde la derecha de Buñuel lo remató de cabeza el gaditano, pero la pelota se fue al lateral de la red. No entró, aunque sí ofreció luz sobre el camino que debía seguir el Racing.

Sin embargo, y pese a que

El Racing bajó al pozo de Sarriena con chaqué verdiblanco en lugar de con buzo azul. Y en medio de la oscuridad que ofrecía la poblada defensa del Leioa, el equipo de Iván Ania fue capaz de elaborar una jugda espectacular. De lado a lado. Toque y toque. El juego que echaba de menos la parroquia verdiblanca. Dentro del área, entre un infinito de piernas, Barral sacó un taconazo que habilitó la entrada de Noguera. El madrileño lo hizo fácil. Al costado derecho. 0-1. El conjunto cántabro se metía en la jaula ascensora y subía de nivel. La copa de campeón estaba un poquito más cerca.

El suceso cortó el ritmo del partido y también de un Leioa que había avanzado sin mucho peligro en busca del empate. El Racing aprovechó los huecos dejados por el equipo vasco y en una contra llevada por Noguera, Barral entró por el vértice del área, pero el tiro del andaluz se marchó demasiado cruzado, justo antes del descanso.

El equipo cántabro inició la segunda parte con otra acción de oro de muchos kilátes. All gold! Cejudo y Noguera se la inventaron. Hicieron un rondo entre la defensa local. El tiro final del andaluz desde la frontal se marchó por encima del larguero. Instantes después fue Nico Hidalgo el que probó fortuna con la misma suerte. Mientras tanto y aunque al Racing por delante en el marcador le importaba poco, la Unión Deportiva Logroñés cogía ventaja en Las Gaunas frente al Mirandés. El nombre del club cántabro empezaba a grabarse en la peana del trofeo.

El Leioa lo intentó con una

El Racing se aficionó a lo brillante y volvió a ejecutar una acción de pura magia. Una triangulación en la banda derecha le llegó a la internada de Buñuel. El centro atrás del navarro lo remató Barral, pero su intentó lo despejó el meta Iturrioz a saque de esquina. Otra oportunidad que tuvo contestación vasca, con un tiro mordido de Luáriz que atrapó Iván Crespo.

Pensando ya en amarrar el punto de torneo que afrontaba el Racing, el técnico verdiblanco metió aún más músculo en el centro del campo.

Con los deberes hechos, el Racing ya casi pedía la hora y se dejaba llevar sólo en alguna contra que pudiese cerrar definitivamente la contienda. Ya hasta por la megafonía de Sarriena daban por hecho el título del conjunto cántabro y anunciaban la prohibición a los aficionados de saltar al césped, pero los verdiblancos le quitaron la emoción a la tarde. En el minuto 89, Luáriz vio caer el balón entre los centrales racinguistas y lo mandó al caldero. La celebración debía ser en diferido, a la espera de que el Mirandés no diese la vuelta al marcador en Logroño. Y gracias, porque Olaortua cometió un penalti clarísimo en el tiempo añadido.

No hay nada peor que al punto final de los finales no le sigan unos puntos suspensivos... Eso fue precisamente lo que al Racing le ocurrió el pasado mes de mayo. Hace ya un año. Menos una semana, para ser exactos. Se quedó sin nada ... que decir. Mudo. Cayó con tanto estrépito el día más indicado que todo lo demás estaba de más. Se le secaron las lágrimas de tanto llorar. Fue en Anoeta, allí firmó el peor final de todos. Sin embargo, hoy todo es distinto. Hoy sí que le puede poner punto final a la temporada regular y colgarle los puntos suspensivos a un futuro prometedor. Hoy es cuando depende de sí mismo para cerrar el primero de los objetivos, ser campeón, y quedarse después sólo a una carta: ascender.

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