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El instante en que el balón besa el fondo de la red. Los aficionados levantándose de un brinco de los asientos en un estallido de alegría y un grito que asoma a sus labios y que es de sobra conocido. Algo así como la catarsis ... del fútbol. El gol. Porque al final este deporte trata de que la pelotita entre. De marcar más que el rival y ganar el partido. Y aunque cualquier miembro del equipo puede metamorfosearse en goleador y saborear esa sensación, la labor de perforar la red rival recae en el delantero. Ya sean de cabeza, de fantasía, de chilena, bonitos, feos, de empujar... Da igual. El caso es marcar.
Pero en el Racing no acaba de aparecer ese hombre que desenfunde antes que nadie en el área rival. El equipo no tiene gol. Pisa área con dificultad. No le han pitado ni un penalti. Apenas crea ocasiones y cuando las materializa llegan en segundas jugadas. Y es que lo de los delanteros en el Racing no es un problema. Es un problemón. Cedric es el encargado de marcar las diferencias esta temporada, pero todavía no se ha estrenado. Aunque no se ha ido de vacío en todos los partidos. No hace goles, pero da asistencias. Sí que logró marcar en su debut Balboa. Ante el Bilbao Athletic y nada más salir. Pero el máximo goleador del equipo en lo que va de Liga es Jon Ander con dos goles, aunque comparte la distinción con Martín Solar después de la actuación del canterano ante el Barakaldo. Y el cántabro no es un delantero.
El vasco no es el atacante con más minutos, pero ha sabido rentabilizarlos. Tras su positivo por coronavirus es probable que se pierda algún partido más que sus compañeros, al menos hasta estar físicamente al 100% después de superar el covid. El 'bicho' le ha dejado fuera de juego en el peor momento. Pero Jon Ander ya está más que curtido en estos contratiempos. No es la primera vez que la fortuna le juega una mala pasada. En la temporada del último ascenso, la 2018-19, el ariete era el máximo goleador del equipo -con 10 tantos en 26 partidos- cuando una rotura de ligamento cruzado anterior y de los dos meniscos en el mes de marzo le hizo perderse el resto de la temporada. Entonces el Racing que comandaba Ania se quedó con dos delanteros específicos en la plantilla: David Barral y Dani Segovia. El primero marcó seis goles en 14 partidos y tuvo más bien poca presencia en el equipo; mientras que el madrileño, que había llegado en el mercado de invierno, hizo siete dianas en 23 encuentros. Ninguno de los dos colmó las expectativas de los racinguistas, que esperaban un ratio mayor de goles.
Dani Aquino: 23 goles en 36 jornadas en su primera temporada, la 2016-17.
Abdón Prats: Llegó en el mercado de invierno en la 16-17. Marcó 10 tantos en 14 partidos.
Borja Lázaro: En la 17-18 hizo 8 dianas en 13 partidos en la peor temporada del Racing.
Dani Segovia: El ariete sumó 7 goles en 23 partidos a las órdenes de Ania en la 18-19.
El matrimonio del Racing con el gol hace tiempo que hace aguas. Se está convirtiendo en un mal casi endémico. Los delanteros que han recalado en el equipo en los últimos años no han funcionado como se esperaba y hay que mirar por el retrovisor para encontrar un hombre-gol entre los verdiblancos en Segunda B. En la campaña 16-17 Dani Aquino y Abdón Prats se colgaron el cartel. El murciano se plantó en Santander para convertir su nombre en sinónimo de efectividad, aunque sus 23 goles en 36 partidos no bastaron para cambiar las cabañas por los palacios y lograr el ascenso a Segunda. Ni siquiera con la ayuda de Abdón Prats, que llegó en el mercado de invierno y sumó 10 goles en 14 partidos. Si se invita a dejar volar la imaginación de los aficionados verdiblancos, seguramente el número de dianas que el mallorquín hubiera hecho desde el inicio de temporada podría resultar obsceno.
En la campaña siguiente, la 17-18, Aquino bajó la persiana. En el que ya es el peor Racing de la historia, con debacle en Zubieta incluida y cambio de entrenador -Viadero por Pouso- el delantero hizo 13 goles. Borja Lázaro había llegado en el mercado de invierno con la vitola de killer, pero el madrileño solo hizo ocho tantos. Los mismos que Coulibaly en la 2015-16 con Dioni como compañero con 13 dianas en toda la temporada.
Ya de vuelta al presente, el Racing aprueba con nota en labores defensivas, pero hay una cosa que le falta: frescura en el área. La afición aguarda la pegada como los personajes de Samuel Beckett en 'Esperando a Godot', solo que Godot nunca llega. La pegada se confía que sí.
En el resto de grupos de Segunda División B los delanteros con más goles en su cuenta superan el casillero del Racing. En el grupo I los tres máximos goleadores son delanteros puros y cuentan con cuatro dianas cada uno. Son Uche, del Valladolid Promesas; un viejo conocido de los verdiblancos, Dioni, que ahora está en la Cultural Leonesa y Javier Martón, del Covadonga. Por su parte, en el grupo III, la historia se repite. Tres arietes con cuatro goles por cabeza. Raúl, del Lleida Esportiu; Davo, del Ibiza, yFranNavarro, del Valencia Mestalla.
Como si se hubiese pasado un lápiz por papel de calco de nuevo tres delanteros copan los puestos de máximo goleador en el Grupo IV. Cervero, del Atlético Sanluqueño; Hugo Díaz, del Linares y Chumbi, del Real Murcia.
La nota discordante la pone Hugo Duro, del Real Madrid Castilla que juega en el Grupo V. El delantero blanco cuenta con cinco goles anotados en su cuenta. En el grupo II, el del Racing, Joel Rodríguez, del Osasuna B, es quien más dianas ha sumado, un total de cuatro.
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