Caer de pie o pegarse un trompazo

Las cosas han cambiado mucho por los Campos de Sport en apenas dos semanas. Y eso que los últimos siete días han sido moviditos a orillas de la Segunda playa de El Sardinero. La victoria frente al Mirandés ha devuelto la sonrisa al personal, aunque es una alegría endeble, porque un tropiezo puede devolver otra vez la tensión al entorno. La paciencia no sobra camino de tres años en Segunda División B. Pero lo que es cierto es que ganar al a priori principal rival por el título liguero ha hecho ver las cosas al racinguismo de una manera más optimista. Hace apenas catorce días la grada despedía al equipo con una pitada pese al triunfo frente al Gernika y el técnico estaba con el agua al cuello. Con buen rollo, todo es menos complicado.

Dentro de ese proceso de estabilización se encuentran los dos recientes fichajes del Racing. Las caras nuevas siempre ayudan. Frescura. Ahora hace falta que aporten también sobre el césped. Franco Acosta y Borja Lázaro han venido, de momento supuestamente, para elevar el nivel de la plantilla de cara a lo que se viene. Lo más importante. El uruguayo debutó en Anduva, aunque sin tiempo para mucho. El madrileño ha llegado como contratación de referencia para solucionar los graves problemas ofensivos del conjunto cántabro. Salvo sorpresa, ambos estarán hoy en el banquillo.

En parte, porque César Díaz se ha empeñado en hacerse imprescindible. El delantero pasó un inicio de temporada aciago. De vuelta a la competición tras su larga lesión, su rendimiento en los meses anteriores no fue positivo. Tampoco dispuso de muchas oportunidades como delantero. Sin embargo, desde que empezó el rún-rún del fichaje de un ‘9’, no ha parado de marcar. Tres tantos en tres partidos. Seis puntos para el Racing. Por eso, porque se lo ha ganado sobre el césped, el manchego será hoy titular junto a Dani Aquino, aunque parece que su titularidad tiene fecha de caducidad en cuanto Borja Lázaro empiece a rendir como se espera.

Por cierto, un Dani Aquino que ha tenido esta semana un acto de conciliación con la afición. El murciano llevaba tres semanas sin acudir a saludar a La Gradona. Gobela, El Sardinero y Anduva. Ni siquiera tras la victoria frente al Mirandés el jugador estrella del Racing devolvió los aplausos a la afición verdiblanca, molesto por los pitos de jornadas anteriores. Sus declaraciones de esta semana, fiel a sus opiniones, caldearon un poco más el ambiente. La reunión del jueves parece haber devuelto las aguas a su cauce, aunque será una incógnita la actitud que tomen la grada y el propio futbolista de cara al choque de esta tarde.

Por lo demás, el equipo titular será el mismo de hace siete días. Con la única novedad de Borja Granero en el centro de la defensa en sustitución del tocado Gonzalo. El valenciano vuelve al equipo tras su sanción y formará pareja junto a Paco Regalón, ambos escoltados por Córcoles y Julen Castañeda. Este efecto dominó permitirá a un Sergio Ruiz en forma seguir entre los elegidos, en el doble pivote, al lado de Antonio Tomás. Óscar Fernández, indiscutible, permanecerá en la derecha y en la izquierda es donde se cuece alguna duda. Álex García completó una actuación correcta en Miranda de Ebro, en detrimento de un Héber que sigue lejos de su mejor versión. Viadero tendrá que decidir por quién se decanta para el flanco zurdo del ataque.

Enfrente, el Racing se encontrará al protagonista de la canción de Mecano. ‘Me colé en una fiesta’. Invitado inesperado. Lo que parecía a principio de temporada una batalla a dos entre el equipo cántabro y el Mirandés, cuenta ahora con un rival que se ha ganado el derecho a pelear por el título con total merecimiento. El Sporting B, recién ascendido de Tercera División, no partía como candidato a la parte alta. Sin embargo, a estas alturas de la película, ya nadie puede discutirlo. De momento, a ver quién les echa abajo. Velocidad, contraataque, desparpajo y nada que perder. Las mejores virtudes de un filial, liderado por el exracinguista Isma Cerro. El conjunto de Ángel Viadero puede colocarse hoy a dos puntos de la cabeza, a tiro de piedra, o por el contrario, quedarse a unos ocho puntos que pueden convertirse en misión casi imposible.

El partido de esta tarde tiene un segundo objetivo mucho más complejo: el de remontar la diferencia de goles creada en el estrepitoso choque de ida, en el que el Racing cayó por tres goles a uno en El Molinón. Una misión muy complicada de cara a evitar, en un futuro no muy lejano, el problema que tuvo el equipo cántabro, por ejemplo, la pasada campaña frente a la Cultural Leonesa. Al final, puede marcar la diferencia entre la gloria y el fracaso.

El Racing hoy será gato o tostada. Los felinos siempre caen de pie. Solventes, seguros y eficaces. Equilibrio. Preparado para seguir su camino con garantías. Por su parte, el pan con mantequilla y mermelada siempre cae del lado de los condimentos. De lo rico. Y después, su destino es la basura. Ya no hay quien lo aproveche. Un empate dejaría las cosas como están, a la espera de lo que haga el Mirandés y con un partido menos en el horizonte. Se avecina una jornada importante en los Campos de Sport. Sólo falta saber si el Racing estará a la altura.