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Los Campos de Sport hacen sitio. Se aprietan para dar cabida a todo aquel que no quiera perderse el decimoséptimo lleno de su historia que se avecina para el domingo coincidiendo con la visita del Sporting a Santander. Lo que empezó como un sueño ... está a punto de cumplirse y si alguien, en algún momento, subestimó la fortaleza del racinguismo es que no conoce lo que significa este sentimiento. A tres días para el partido ya no quedan más localidades que en Preferencia Oeste y Sur y la conexión Gijón-Santander es cada vez más fluida en busca de una entrada que echarse a la cartera. Los seguidores del Sporting agotaron las 1.350 que envió el Racing para sus aficionados y tratan de conseguir a través de la web racinguista o de conocidos en Cantabria una localidad para que nadie tenga que contárselo.
El lleno del estadio está muy cerca. Sería la decimoséptima ocasión en que se cuelgue el cartel de no hay billetes desde que en 1988 se inaugurarán los nuevos Campos. Lo realmente insólito no es que se logre algo así, si no que se produzca en la jornada 28, a falta de más de tres meses para que concluya la Liga y en un duelo entre el último y el decimosexto. Inaudito. El Racing es colista y tan solo ha sido capaz de ganar tres partidos en el presente campeonato y aún así tiene la suficiente fuerza para arrastrar a una masa social enfadada y resignada para que le apoye. Es obvio que el atractivo que despierta el duelo con el Sporting de Gijón, por la rivalidad sana que ha existido y existirá contribuye a que las cifras aumenten, sin embargo lo verdaderamente llamativo es que aún quedan catorce jornadas para el desenlace final.
Lo que diferencia el más que presumible lleno de los nuevos Campos de Sport del domingo con todos los predecesores es fundamentalmente la situación del Racing y lo que estaba en juego en el envite. A excepción de las visitas de los grandes, el Barcelona y el Real Madrid, que independientemente de la posición en la tabla siempre fueron reclamo suficiente para que los aficionados se volcasen con el Racing, en el resto de llenos siempre hubo en juego un premio gordo. En el primero de todos, el de la temporada 1991-91, el ascenso a Primera fue la zanahoria que hizo seguir a la muchedumbre para terminar subiéndose a las ventanas o a las vallas –donde hiciese falta– y reunir a más de 25.000 espectadores. Nunca se repitió aquella asistencia debido a la normativa que posteriormente se aprobó y que obligaba a que todos los aficionados tuvieran su asiento correspondiente. En aquel famoso partido de promoción contra el Espanyol –entonces Español– se tocó la gloria.
Federación de Peñas. Amigos de Germán, La 1905, Afayaizos, Antidio, El Canijo, El Castillo de Salas, Catrina, El Cencerru, El Cruce, El Sueve, Infarto, Inter, La Laguna, Llaranes, Llavianu, Maliayo, Manjarín, Mate Bilic, Matusso, Mieres, Miluca, Molinón, Moreda, Nacho Cases, Orbayu, Parrochu, Pericote, Portería Sur, Pravia, Redondo, Canella, San Martín, Sidrería Sporting, Sobia, Sufridores, La Tayuela, La Tiendina, Valles del Esva, Veguín y la sportinguista Villa de Pravia.
Unipes. Portal Sportinguista, El Ferrerín, El Alleranu, Sentimiento, Ébano, Noceda, Tremañes, Langreo, Sobiñagu, Enrique Castro 'Quini', Los Guajes, Triskel, Onde Vamos Ahora, Villa de Nava, El Chango y De Madrid al Cielo. *Hay otras catorce peñas que buscan entradas.
Sin federación. Peña Isma.
A partir de aquel, en 2001-02 el equipo se jugó otro ascenso a Primera ante el Atlético y en la campaña 2007-08 la afición se apretó para entrar en el estadio.En este último curso fue la posible clasificación para la UEFA la que movió a la gente, en aquellos dos partidos de vital trascendencia ante el Deportivo y el Osasuna. Esa misma campaña, como no podía ser de otra manera, El Sardinero se llenó hasta la bandera en el partido de ida de la semifinal de Copa del Rey ante el Getafe. Era la primera vez en la historia de un club casi centenario que lograba llegar tan lejos en el torneo del KO y los seguidores no querían perdérselo.
La temporada en la que el club debutó en Europa, la 2008-09, la visita del Sporting –precisamente–, la del Barcelona y la del Getafe, este en la última jornada de Liga, completaron el aforo del estadio. Tras ese curso, los Campos de Sport se quedaron sin sitio para nadie en tres ocasiones y todas ellas con un cometido similar: ascender. En dos de las tres ocasiones se consiguió; la primera, en la 13-14, con Paco Fernández como entrenador y ante el Llagostera. En la segunda, pese al apoyo incondicional y masivo de los verdiblancos el final no fue feliz; fue en la 15-16 frente al Barcelona B y tras caer 1 a 4 acabaría el equipo apeado de su camino al fútbol profesional en el partido de vuelta en el Mini Estadi.
El último recuerdo es de los que aún despiertan hormigueo en los racinguistas por lo reciente y por lo celebrado. En mayo de 2019 el estadio santanderino se quedó sin entradas para acoger el partido de ida del play off de ascenso a Segunda contra el Atlético Baleares. El gentío dejó ojiplático a los jugadores del equipo insular, pero pese a ello el Racing no fue capaz de ganarle y tuvo que solventar la eliminatoria en Palma, a domicilio.
En total, 16 tardes, alguna ya casi noche, en las que no hubo sitio para nadie y ahora se prepara una más. El aforo del estadio actualmente ronda los 21.000, sin que la cifra sea exacta puesto que aún hay una serie de asientos estropeados que no están disponibles, de ahí que las cifras de las últimas fiestas no sean similares. En cualquier caso, reunir a 21.000 espectadores en un partido de Segunda División y en mitad del campeonato sin que aún se haya llegado a la parte más caliente y decisiva del curso no está al alcance de muchos equipos. En la Segunda División, hasta el momento, tan solo lo han logrado el Zaragoza, con el dato para nada baladí de sus 33.640 socios. De hecho, el club maño acumula una asistencia media en la presente campaña a su estadio de 21.474 espectadores. Lo que ocurre en la capital aragonesa –salvando las distancias– es también digno de elogio. En la actualidad lucha por el ascenso a Primera, pero en situaciones delicadas su afición tampoco falla. Precisamente el Sporting reunió a más de 18.000 seguidores en la pasada jornada cuando su equipo se enfrentó al Mirandés (2-2).
Sea como fuere, lo que ocurre en Santander es digno de valorar. Actualmente, El Sardinero es el séptimo campo con mayor asistencia media de la categoría, eso sí, superado por seis clubes que le doblan en número de socios al Racing, que pertenecen a ciudades mucho mayores que Santander o que simplemente sus estadios tienen un aforo muy superior al santanderino. Así las cosas, el campo líder de esta simbólica clasificación es La Romareda (21.474), seguido de El Molinón (17.452), Riazor (16.166), Ramón de Carranza (15.521), La Rosaleda (15.123) y Carlos Tartiere (12.403).
Entre unos y otros, racinguistas y sportinguistas, se las ingeniarán para que el domingo no se vea cemento –como se decía antiguamente– por ningún lado. La fiesta está garantizada y lo mejor de todo es que aún quedan siete partidos más este curso. Ojo, que el racinguismo no descansa y amenaza con repetir la gesta alguna vez más antes de que la temporada termine.
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Marcos Menocal
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