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Cristóbal Parralo, en el banquillo de A Malata. R. FERROL
El carácter de Cristóbal Parralo
Fútbol

El carácter de Cristóbal Parralo

Viejo conocido ·

De salir como un señor de La Albericia tras plantarle cara a Chuti Molina a ser sancionado por un cabezazo al técnico rival

Sergio Herrero

Santander

Domingo, 19 de enero 2025, 01:00

Pese a su talante aparentemente tranquilo y su exquisita educación en el trato corto, Cristóbal Parralo (Priego de Córdoba, 21 de agosto de 1967) es un tipo con carácter. Mucho. Tanto como para plantarle cara al volcánico Chuti Molina y darle con la puerta en las narices. 'Ahí te quedas', le vino a decir en las Instalaciones Nando Yosu de La Albericia el técnico andaluz en aquella nefasta temporada de la pandemia. Quedó como un señor.

Como su etapa en el Racing se vio frustrada, se fue al otro Racing, al de Ferrol. Pero hoy no podrá sentarse en el banquillo visitante de los Campos de Sport a causa, también, de su fuerte carácter. Hace unas jornadas, en La Romareda, se encaró con el técnico del Zaragoza, David Navarro, y le pegó un cabezazo. No tardó en darse cuenta de la que había liado. «No es buen ejemplo para el fútbol; ha sido terrible», dijo el exfutbolista. Los responsables de imponer el castigo fueron bastante benévolos. Cuatro partidos. Los mismos que a su homólogo zaragocista.

Cristóbal llegó a Santander en noviembre de 2019, cuando el idilio entre Iván Ania y Chuti Molina ya estaba completamente roto. El director deportivo tenía ya fichado a Sergi Barjuán, pero la futura publicación en El Diario de la incorporación del catalán soliviantó al manchego -una vez más-, rompió el acuerdo y se fue a por el plan B.

El cordobés lo intentó. Desde lo táctico hasta lo anímico. Con un Javier Manjarín que le hizo de cicerone en La Albericia, cerraba todas las sesiones de entrenamiento chocando las manos de sus futbolistas. Pero la plantilla tampoco daba para mucho más. Luego llegó José Luis Oltra y también dio igual.

Sin embargo, en el Racing de Ferrol sacó su potencial. Ascendió al equipo gallego a Segunda División y la temporada pasada lo convirtió en una de las sensaciones, especialmente durante la primera vuelta. En El Sardinero dio un auténtico clinic de pegada. 1-3. Con Héber en plan Figo.

De ahí, seguir creciendo. Era la idea para esta temporada en A Malata. Pero la planificación ha fallado por completo. El equipo se encuentra en una situación muy delicada. Puestos de descenso. Aún así, la directiva ferrolana mantiene la confianza en el cordobés. Algo raro en este vertiginoso mundillo. Eso sí, aunque no parece sobrevolar el ultimátum sobre su banquillo, la de Santander puede ser una de sus últimas oportunidades.

Eso, el Cristóbal técnico, que antes de los Racing había dirigido al Deportivo y al Alcorcón. Para los que ya lucimos canas, para los que vivimos la anterior fiebre de los cromos en los noventa, Cristóbal Parralo era aquel mítico lateral primero del Oviedo y después del -entonces- Español, que antes había ganado la Copa de Europa en Wembley con el Barcelona y que se retiró en un Paris Saint Germain que aún no era un PSG con el dinero por castigo. Ahora, en el banquillo del Racing de Ferrol, intentará que su carácter y su dilatada experiencia le permitan caminar hacia una permanencia que en el otro Racing, el de aquí, no logró.

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