
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Caras largas, miradas cabizbajas y pocas sonrisas. Esa sido la tónica del entrenamiento matinal del Racing, el primero tras el empate a última hora ante la Ponferradina y después del cese de Iván Ania. Los jugadores saltaron al terreno de juego pasadas las 10.30, minutos después de que el cuerpo técnico encabezado por el técnico asturiano se despidiera de ellos en el interior de las Instalaciones Nando Yosu. El míster se dirigió posteriormente al Sardinero para recoger sus enseres y finiquitar su etapa como técnico racinguista.
La sesión estuvo dirigida por Paco Imbernón, ayudante de Ania, y por Luis Prieto, readaptador del primer equipo, que se encargó de que los jugadores titulares ante la Ponferradina se recuperasen del esfuerzo. Los suplentes y no convocados trabajaron a las órdenes de Imbernón y de dos miembros del cuerpo técnico del filial, el preparador físico José Ángel Gutiérrez y Dorronsoro, entrenador de porteros. Con Ania se han marchado el segundo entrenador, César Negredo, el preparador físico Pablo Gutiérrez y el entrenador de porteros, Fabián Fernández.
El que no ha estado por La Albericia es Cristóbal Parralo, el nuevo técnico del Racing, que está previsto que el miércoles dirija su primera sesión de entrenamiento en las instalaciones Nando Yosu. El ambiente en La Albericia era de pesadumbre. Iván Ania había cuajado entre los empleados del club, que mostraban su pesar por su marcha dentro de una atmósfera en la que todos eran conscientes de la adversa situación actual y de que el fútbol no acumula memoria, ni siquiera si lleva consigo el regreso al fútbol profesional.
Tras dar unas vueltas al campo, los titulares ante la Ponferradina se han retirado hacia el interior del edificio de las instalaciones para ponerse a las órdenes de Luis Prieto, mientras que los suplentes y no convocados han realizado primero unos rondos y luego juegos reducidos a las órdenes de Imbernón. A medida que avanzaban los minutos el ambiente se ha ido distendiendo pese al temporal reinante sobre el campo, con lluvia intensa y un viento que dificultaba los movimientos del balón.
Iván Crespo y Luca Zidane han trabajado con Pedro Dorronsoro, el preparador de porteros del Rayo Cantabria. Posteriormente se han incorporado al trabajo con el resto de sus compañeros para realizar un ejercicio con porterías en el que ha subido la intensidad del entrenamiento. Y es que ahora todos parten de cero y muchos saben que se abre un nuevo horizonte en su temporada, algo que se reflejaba en la mirada de algunos. Tristeza por la marcha de Ania, pero esperanza ante la posibilidad de contar con más minutos.
Acostumbrados a la intensidad impuesta por el míster asturiano, la lluvia amortiguaba las órdenes de Imbernón, una sucesión de sonidos más tímidos que en semanas precedentes. No era el día para sonrisas. Pese a su interinidad, el alicantino quiso imprimir parte de su sello y los jugadores se ejercitaron hasta casi las 12.00, cuando los once jugadores sobre el césped se retiraban cabizbajos y sin apenas hablar. Turno para descansar y para ponerse las pilas. El trabajo que tienen por delante es duro.
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Ana del Castillo
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