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A Pedro Munitis le va muy bien en Sabadell. Aunque el pasado domingo perdiese frente al Castellón. Caer contra el conjunto orellut entraría en la previsión de casi cualquiera en Primera RFEF si no fuese porque el cántabro y su equipo llegaban a la cita ... después de doce partidos sin hincar la rodilla. Casi nada. La derrota no empaña la labor del técnico del Barrio Pesquero.
Porque ha conseguido lo que parecía imposible. Llegó en la decimocuarta jornada de Liga, en sustitución de Antonio Hidalgo. Y el equipo arlequinado, recién descendido de Segunda División, corría el riesgo de caer otra categoría más después de sumar dos triunfos en trece partidos disputados. En plazas de peligro. Pese a perder en casa contra el actual tercer clasificado, el Andorra (0-1), y caer eliminado en la Copa en sus dos primeros encuentros en el banquillo de la Nova Creu Alta, Pedro Munitis fue capaz de levantar a su vestuario. Tanto, que en el Sabadell ya se han olvidado del peligro del descenso y ahora piensan incluso en pelear por colarse en el play off de ascenso, que ahora tiene a siete puntos. Del infierno al cielo. Después de lo mal que lo han pasado, ya no se ponen techo.
Doce encuentros sin derrotas, con un balance de siete victorias y cinco empates. Pero en los que, además, han tumbado a algunos de los gallos del grupo II de la categoría. Como al Villarreal B, otro de los aspirantes al título, al que el Sabadell vapuleó en tierras castellonenses (0-3).
O el memorable partido en el Carlos Belmonte, feudo del actual líder, el Albacete, donde los catalanes aguantaron estoicamente para empatar a uno después de jugar una hora del encuentro con un futbolista menos.
«El equipo no se ha dejado caer y esto es algo más que una dinámica. Ni ganar lo anterior te hace ganar al próximo ni perder hoy te hace perder lo siguiente. Creo que el equipo necesita desconectar un par de días. Otra piedra en el camino que hemos tenido que sortear», dijo Pedro Munitis tras la derrota contra el Castellón en un encuentro que «el equipo no ha merecido perder». Después de algunos sinsabores desde que comenzó su carrera en los banquillos, el del Barrio Pesquero ya se merecía disfrutar.
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