El Racing se supera una vez más y pierde en el minuto 100

Aunque el penalti no señalado a Álvaro Cejudo, la expulsión de Mario Ortiz y la no segunda amarilla de Aguza tras desequilibrar a Dani Toribio han repercutido en detrimento del equipo cántabro, en el vestuario verdiblanco empieza a brotar la autocrítica. Especialmente por la gestión de los últimos minutos, en los que los verdiblancos se han dejado ya cinco puntos que a la larga se pueden echar mucho de menos. Es la necesidad del hermano pobre de la categoría.

El calendario también ha sido poco benévolo para el Racing en este arranque de la temporada. Que sí, que hay que jugar contra todos, pero los de Ania ya se han enfrentado a tres de los gallos de la categoría -aunque también es cierto que le tocó medirse con el Málaga más débil en décadas por el enroque de su jeque-. Y, para intentar romper su mala dinámica inicial, este viernes por la noche (21.00 horas) tendrá que verse las caras con un Miura: el líder, Cádiz. Difícil para cambiar de tercio, pero ideal si llega el primer triunfo para subir la moral de las tropas. De las del césped, de las del banquillo y de las de la grada.

El técnico ve la luz por algunas zonas del terreno de juego, pero las catastróficas desdichas, o las malditas coincidencias, se ceban con otras. El asturiano recupera a una de sus piezas esenciales, el meta Luca Zidane, después de encontrarse durante dos jornadas sin los dos porteros del primer equipo. También vuelve Moi, aunque probablemente el lateral izquierdo será para Abraham Minero frente a un rival con puñales en las bandas. Pero por la derecha, otra vez se han alineado los astros para dejar al míster sin efectivos. Como pasó bajo en la delantera en la primera jornada y posteriormente en el doble pivote y en la portería. La convocatoria de un futbolista propio por el combinado nacional siempre es una alegría, pero en Segunda División suele llegar de manera inoportuna, como es el caso. Y el Racing se ha quedado sin Aitor Buñuel, citado por la selección sub 21. Pero además, circunstancias del fútbol, esa llamada llega justo antes de la visita de un Cádiz que cedió este verano a David Carmona al equipo cántabro. Y el andaluz llegó con la fea cláusula del miedo en su contrato. Así que esta noche tampoco estará sobre el terreno de juego. La lógica dice que el lateral derecho titular será el canterano Íñigo Sainz-Maza, salvo que Ania decida apostar por un Nico Hidalgo que ya mostró sus carencias en ese puesto la pasada temporada. Lo de sacar a Olaortua a la banda parece más remoto.

En el centro de la zaga, después de dar descanso a Figueras, hacer debutar a Alexis y el error de Olaortua en Las Palmas, quizá el asturiano tire de veteranía y coloque al catalán y al malagueño en la retaguardia. Aunque el vasco tiene la ventaja de la velocidad en un choque en el que el delantero rival, el exracinguista Caye Quintana, presume de movilidad en ataque. O al menos eso dice Iván Ania.

En el doble pivote, el Racing cuenta con tres jugadores para dos puestos. Mario Ortiz es el fijo. Y la otra posición se la disputarán Aris Nkaka y Sergio Ruiz. Por la banda izquierda del ataque Enzo Lombardo parece inamovible y por la derecha, pese al potencial de Nico Hidalgo, el rendimiento de Yoda tiene la puerta cerrada para el motrileño.

Y en la dupla ofensiva, Cejudo está rindiendo a un buen nivel como mediapunta. En el puesto de '9' puede haber novedades. Barral no acaba de cumplir con lo esperado; el juego de Nuha, tras su buen partido en Las Palmas, se ajusta más a un choque lejos de los Campos de Sport, así que puede ser la oportunidad ideal para un David Rodríguez llamado a ser la esperanza ofensiva verdiblanca y que aún no ha debutado con la camiseta racinguista. El talaverano, titular o no, debería tener ya hoy sus primeros minutos de la temporada.

El Racing tendrá enfrente a Álvaro Cervera, técnico del Cádiz, ecuatoguineano de nacimiento pero santanderino de pacer. De buen recuerdo como jugador verdiblanco; de malo como entrenador racinguista y de nefasto como míster rival. Disputó 75 encuentros en Primera División con el equipo cántabro y en 2012 dejó en la estacada al Recreativo -literalmente, porque se bajó del autobús del club para viajar a Santander- para dirigir al equipo de su ciudad. Pero lo que él vio como una oportunidad era un auténtico marrón, en un club en plena descomposición y en barrena hacia el descenso. Su balance fue de tres puntos de 39 posibles. Tres empates y diez derrotas. El destino le dio la opción de resarcirse de aquel mal trago. Después de tomar las riendas de un Cádiz medio muerto, que se coló en el play off de ascenso a Segunda casi de casualidad, lo llevó a la categoría superior, dejando en la cuneta en la segunda eliminatoria al Racing de Pedro Munitis. Otra concatenación de castastróficas desdichas en verde y blanco.

Los caminos se vuelven a juntar. «Este libro, como en el diccionario, contiene la palabra 'nervioso', que significa 'preocupado por algo' -podrías sentirte nervioso, por ejemplo, si te sirvieran helado de pasas como postre, porque te preocuparía que te supiese horrible- mientras que la palabra 'ansioso', que significa 'consternado por una terrible preocupación', es lo que sentirías si te sirviesen un cocodrilo vivo como postre, porque estarías consternado por una terrible preocupación al no saber si podrías comerte tu postre antes de que él te comiera a ti», dice uno de los pasajes de Lemony Snicket. O también podrías estar nervioso y ansioso si acumulas cuatro encuentros consecutivos sin ganar. De ahí la importancia de la victoria de esta noche, porque sería dar un paso más hacia la consternación.