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El 'catenaccio' se le atraviesa a este Racing
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El 'catenaccio' se le atraviesa a este RacingEl Racing de José Alberto es vértigo, velocidad, verticalidad y talento en zona ofensiva. Sin embargo, todo en el fútbol tiene un antídoto. Una ... kryptonita. Y la del equipo verdiblanco es el 'catenaccio'. Cuando al cuadro cántabro le ponen el cerrojo enfrente, se le complica la cosa. Se le nubla la vista. Sin espacios, no vuela. Eso le pasó el lunes frente al Cartagena. Igual que el curso anterior también frente al cuadro murciano. O ante el Zaragoza, donde un nervioso Racing se dejó gran parte de la clasificación para el play off de ascenso a Primera División. Y así, unas cuantas veces. Si a la dificultad para entrar en el área rival se le une el acierto enemigo en alguna contra, adiós.
«Es difícil estar atacando todo el partido contra once tíos por detrás del balón», dijo José Alberto tras la primera derrota racinguista de la temporada. Un duelo que terminó con un 69,3 por ciento de posesión favorable a los locales. De poco sirvió.
Por momentos, el choque frente al Cartagena pareció una partida de futbolín. De esas en las que uno defiende muy bien y el otro mueve de un lado a otro la pelota para hallar un hueco. Andrés Martín, Íñigo Vicente, Camara... Controlaban, pisaban, miraban, volvían a pisar, amagaban... Así, ene veces. Desesperación. Sin metros para inventar, estos futbolistas pierden gran parte de su potencial. Y qué decir de Juan Carlos Arana, rodeado de futbolistas rivales a cada momento. El canario entró muy poco en juego a causa del importante tráfico en su parcela.
El Racing no va a cambiar su modus operandi, y en cierto modo es entendible. Lo que le funciona casi siempre no tiene por qué dejarse de hacer. Sin embargo, es un hecho constatado que los extremos a pierna cambiada estrechan aún más el campo, lo que ayuda a la defensa en su labor destructiva. El Racing de José Alberto se guarda otro arma, que es la del dos contra uno. La subida de los laterales. Abiertos en banda. En el caso de este pasado lunes, Clément Michelin y Mario García. El francés y el cántabro lo intentaron contra el Cartagena, pero no tuvieron éxito. Después, ya con cero a dos en el marcador y Suleiman Camara haciendo las veces de carrilero zurdo, sí que se consiguió ese efecto, aunque ya fuese tarde. Pero el gol verdiblanco, anotado por Andrés Martín, llega precisamente tras un balón colgado por el catalán desde el flanco zurdo.
El Racing de José Alberto está creado para otras cosas. Para correr, para pasar rápido, para robar alto, para presionar tras pérdida... En esas tareas, futbolistas como los hasta hora titulares Unai Vencedor o Aritz Aldasoro, el capitán Íñigo Sainz-Maza o incluso el último en llegar, Maguette Gueye, funcionan como relojes. Pero, con casi un setenta por ciento de posesión, hace falta creatividad, que no es la virtud de ninguno de ellos. A la desesperada, como frente al Cartagena, José Alberto ubicó a Íñigo Vicente en esa posición en busca de más pie, como dicen los modernos. Y sí, lo consiguió, pero también perdió talento y percusión en la zona ofensiva al alejar al mago de Derio de la zona de peligro. Está claro que el Racing no contrató un centrocampista de ese perfil más ofensivo en el pasado mercado veraniego. Es verdad que José Alberto prefiere otras características, pero para estos momentos puntuales, se antoja necesario.
Pues ya hubiese firmado el Racing haber empatado a cero el pasado lunes frente al Cartagena. Pero no. Porque además del desacierto verdiblanco hasta que Andrés Martín hizo el 1-2, el cuadro murciano tuvo salidas al contraataque muy peligrosas, que le hicieron daño a los cántabros. Especialmente decisivas, una al borde del descanso, que provocó el penalti que propició el 0-1, y la posterior, en la segunda parte, agravada por el error de Jokin Ezkieta en su intento de despeje. El hecho de ser un equipo ofensivo ya supone correr riesgos en parcela defensiva, pero además, cuando uno va perdiendo y el ataque es continuo, los espacios atrás son más dañinos si el contrincante los sabe encontrar.
Lo de cerrarse atrás es un planteamiento tan válido como los demás, pese a que los talibanes del 'jogo bonito' se lleven las manos a la cabeza cuando ven a un equipo defender como el Cartagena el pasado lunes. En una categoría tan igualada como la Segunda División, cada uno utiliza sus armas. No está el tema para regalar puntos y ser valiente como el Racing es una elección. El cuadro murciano ya es reincidente en estas lides. La pasada temporada llegaba también en una situación muy delicada a Santander y, con una propuesta similar. 0-2, tres puntos y para casa. Los verdiblancos se tuvieron que conformar con un 71,3 por ciento de posesión. En la penúltima jornada del curso anterior, ante un Zaragoza en lucha por la permanencia, los nervios del Racing permitieron el 0-1 en el minuto 3 y, a partir de ahí, autobús maño y a vivir, hasta que en el noventa llegó el segundo. Otro inútil 70,3 por ciento de posesión para los verdiblancos. O contra el Alcorcón, en la jornada 34. El equipo madrileño, prácticamente desahuciado, se llevó el triunfo de Santander en un partido en el que nueve de cada diez habría vencido el Racing. Sin embargo, la propuesta del exverdiblanco Mehdi Nafti surtió efecto para darle un triunfo inesperado a su equipo. Porque el 'catenaccio' se le atraviesa a este Racing
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