Cedric se queda sin sitio

Sin embargo, la que tenía que ser su eclosión en Segunda se ha convertido en una campaña, 29 jornadas después, de transición. El futbolista apenas cuenta para el nuevo entrenador, que ya le ha indicado que quiere mucho más de él. En la práctica, sus dificultades son mucho mayores: no convence a un nuevo cuerpo técnico con el que además el grupo ha protagonizado una gran recuperación.

Las claves hay que buscarlas en distintos factores. Por una parte, el salto de categoría, pero eso ya lo sabía un Racing que aun así contaba con el futbolista. Otra es el relevo en el banquillo. Cedric, que ya estaba en el equipo cuando Guillermo Fernández Romo legó a Santander, se ganó la confianza del madrileño a base de constancia y de goles. Sin embargo, el cambio de liderazgo en el vestuario no le ha beneficiado. José Alberto busca otro tipo de futbolista que aporte además más presión a la línea defensiva rival.

Por si fuera poco el máximo goleador del año pasado no ha tenido ninguna fortuna. Comenzó ya renqueante la temporada, con unas molestias de origen desconocido que no solo le condenaron al banquillo o a quedarse sin jugar en las primeras jornadas de Liga, sino que además le dejaron tocado anímicamente. La frustración de desconocer de dónde venían sus problemas terminó con el diagnóstico de hernia cervical. Pero al mismo tiempo la operación le mantuvo inactivo hasta enero, cuando progresivamente ha ido entrando en la dinámica de trabajo del equipo. Sin embargo, apenas entra en los planes de José Alberto. Precisamente en el momento en que debía tener la confianza para regresar, no ha contado con los minutos que necesitaba. Otros futbolistas más en forma le han tapado la progresión.

La llegada de Roko Baturina le ha puesto las cosas aún más complicadas. La alarmante falta de efectividad del Racing y las malas cifras goleadoras de sus delanteros (un tanto suma Gassama y dos Matheus) poco menos que obligaron a Mikel Martija a fichar otro 'nueve'. Nada tuvo que ver con el rendimiento de Cedric, en aquellos meses lesionado, con la falta de gol del equipo, pero cuando ya se encontraba recuperado, a visto aterrizar un futbolista más para competir por el puesto. Uno que, además, al menos por el momento, agrada mucho más a José Alberto López.

Con todo este cúmulo de circunstancias, el club llegó a plantearle como solución una cesión al delantero con la esperanza de que, disponiendo de minutos pudiera recuperar su mejor nivel -y, de paso, convencer a su nuevo entrenador-, pero el futbolista confiaba en sus capacidades para convertirse en el deseado fichaje invernal.

Cuando se hizo cargo del Racing, aún sin Baturina en el equipo, José Alberto sí dio algunos minutos a Cedric. Reapareció el 14 de enero, tras cuatro meses y medio de baja, para jugar un rato en la victoria (2-0) frente al Sporting. Ya cuando calentaba los Campos de Sport le aplaudieron y después le recibieron con una ovación. El propio futbolista reconoció que había atravesado momentos difíciles, pero se mostró más animado y confiado, con el paso de las semanas, en recuperar su mejor versión. Le pesaban aún esos meses de inactividad.

Volvió a tener unos minutos en Mendizorroza, aunque cuando ya el Racing no tenía opciones en un partido en el que cayó por 3-0 ante el Alavés. Desde entonces, nada. Entra en las convocatorias, pero no está en la competencia por un puesto en el once titular. La jerarquía está clara: por este orden, Baturina y Matheus. Son los preferidos por el cuerpo técnico, dejando el papel de tercero en discordia a Gassama, titular hace unos meses, y Cedric.

Ninguno de los dos han convencido a José Alberto y Pablo Álvarez durante los entrenamientos. O cambian mucho las cosas o tendrá muy pocos minutos, lo que supone un contrapié para la que había sido la planificación estratégica del Racing. Una planificación que, al margen de las muchas circunstancias que se han conjurado en contra del hispanonigeriano, tenía en aquel momento otros criterios y responsables, puesto que no solo José Alberto, sino tampoco el director deportivo, Mikel Martija, habían llegado aún a La Albericia.

En consecuencia, y ya con la ventana invernal de fichajes cerrada hace un mes, el club deberá plantearse en verano qué sucede con un futbolista que demostró en Primera RFEF ser una pieza útil, pero que al menos por el momento no encuentra su lugar en Segunda División. Las trece jornadas que restan hasta el final de la temporada pueden marcar su futuro.