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En ocasiones ni siquiera hacer todo bien garantiza un buen resultado. Lo ha comprobado el Racing, al que el césped de los Campos de Sport le dio ayer otro susto y le hizo perder media jornada de trabajo. Todo porque la primera remesa de tepes ... estaba defectuosa o al menos no en las condiciones que los operarios de la empresa encargada de colocarlos consideraban óptimas.
Por la tarde ya se detectó el problema: no tenían el calibre adecuado. Y el club fue expeditivo: había que retirar la escasa superficie colocada, como se hizo por la tarde, y extender los tapines de un segundo camión que, ya con las características demandadas, comenzaron a colocarse a media tarde. En resultado, un susto ante lo ajustado de los plazos y buena parte de la jornada de trabajo perdida, pero el club confía en que los trabajos se desarrollen ya hoy con completa normalidad.
De hecho, las últimas horas laborales de ayer sí que fueron productivas, con los tapines desplegado con normalidad y su apisonado para sentarlos. Más allá del lógico retraso del día perdido, no se ha visto comprometida, o así lo estima el club tras analizar la situación, la disputa del próximo partido. Tampoco debería provocar que la nueva superficie no haya enraizado y sufra mucho estrés en su estreno frente al Sporting, o al menos así se espera.
Hasta que por la tarde se vio solucionado, el contratiempo generó inquietud ante el escaso margen de tiempo del que se disponía para actuar, a once días para que el Racing reciba al Sporting, el sábado 14 en la quinta jornada de Liga. El ligero retraso, que no preocupaba al club, estuvo a punto de convertirse en un serio contratiempo pese a los más de 100.000 euros que el Racing ha invertido para solucionar el problema, contratando a una nueva empresa Novo Verd, para que hiciera los trabajos de primera mano mientras sigue pagando el mantenimiento a Royal Green, que también está reconstruyendo desde las pasadas vacaciones el campo 1 de La Albericia.
El estado del terreno de juego era una de las grandes preocupaciones de José Alberto López la temporada pasada. Para solucionar este problema estacional pero recurrente, la directiva decidió renovar por completo el campo 1 y actuar también en El Sardinero. En este caso, con un servicio de mantenimiento de una empresa especializada que garantizara el buen estado del césped durante todo el año. Sin embargo, fue al revés. Al comenzar la Liga el estado del terreno de juego era desastroso. No le convencieron al club las explicaciones ofrecidas por la concesionaria –se especuló con un hongo o bacteria– ni las soluciones que le ofrecían a futuro.A un futuro no tan a corto plazo como deseaba.
Tras consultar a especialistas se decidió cambiar el césped por completo en un tiempo muy limitado, pero aun así el mayor margen disponible: durante esas casi tres semanas que dejaban libres la tercera y cuarta jornada, en las que el equipo ha jugado y jugará a domicilio. Consideraba que la firma titular le había fallado, de modo que buscó una alternativa con la condición de que el nuevo encargo no se subcontratara, sino que lo llevaran a cabo los especialistas de la empresa de primera mano.
En un principio todo transcurrió según lo previsto: dos días después del partido de la segunda jornada ante el Eibar ya se habría retirado el antiguo césped y a continuación se sustituyó la arena y se llevaron a cabo los trabajos de nivelado.
Los tapines ya habían llegado a Santander, de modo que ayer mismo –con un ligero retraso, pero aún con margen– se comenzaron a colocar sobre el firme de los Campos de Sport.
Y así surgió el problema. Los operarios comprobaron que algo no iba bien. No solo no avanzaran al ritmo previsto, sino que algunos rollos eran difíciles de romper y otros, sencillamente, se rompían. Trataban de recomponerlos ya sobre el terreno en un intento por asentar el nuevo césped, pero ni es una buena señal ni en ocasiones era posible, y a las pocas horas se habían desechado ya varios metros cuadrados.
El mayor problema radicaba en el calendario. Lo habitual es efectuar estas actuaciones en verano, cuando se detiene la competición. Pero el Racing, que había hecho los deberes invertido una significativa cantidad, se ha topado con una situación sobrevenida. Tanto que decidió cambiar el terreno de juego con la competición en marcha como medida de urgencia.
Ahora dispone de once días no solo para extender y ajustar el nuevo césped, una tarea más o menos rutinaria si no surgen dificultades como las de ayer, sino para que después los tapines enraícen. Un proceso, este sí, para el que es necesario el paso del tiempo (al menos una semana, y se recomiendas más) un riego abundante y un imponderable: que la meteorología favorezca más o menos. De ahí que el contratiempo de ayer diera un susto. Pero si no se conjuran más circunstancias ElSardinero tendrá en breve su nuevo tapiz.
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