Secciones
Servicios
Destacamos
El director deportivo del Racing se quedó trabajando en la noche del domingo en los Campos de Sport. Ultimando la llegada de Cristóbal Parralo antes de efectuar la destitución de Iván Ania. Pero hacía apenas unas horas que la grada de los Campos de Sport ... le había señalado como principal culpable de la situación del equipo. Por delante incluso del entrenador. Así que al final tomó la única decisión posible, en un momento en el que es prácticamente imposible fichar con garantías -sólo futbolistas en paro-. Pero no tiene por qué ser una solución al problema. Molina se ha quedado sin parapeto y si el nuevo técnico no mejora el asunto, el máximo responsable de la parcela técnica quedará solo ante el peligro.
El fútbol tiene estas cosas. El papel plenipotenciario, omnipresente en todas las decisiones deportivas se le han vuelto en contra al director deportivo con la bronca de un importante sector de la grada que, hasta hace apenas unos meses, le idolatraba. El 'chutismo' era casi religión. Pero decisiones como la de cerrar los entrenamientos al público y la evidente mala confección de la plantilla han llevado a la afición, con especial incidencia en La Gradona, a cantar por primera vez el «Chuti, vete ya».
La relación de Molina con Iván Ania, antes inseparables, empezó a resquebrajarse ya pasado el ascenso y cada vez era más difícil ver juntos a ambos. Síntoma inequívoco de la desconfianza creciente sobre la figura del entrenador, que ayer llegó a su culminación absoluta.
Ahora, Molina tendrá que esperar a que Cristóbal Parralo dé con la tecla que Ania no ha encontrado. Si no lo hace, el director deportivo tendrá aún la bala del mercado invernal. Un proyectil que queda aún más mermado con la contratación del nuevo entrenador. Si antes eran poco más de 300.000 euros para salir de compras, ahora se verán reducidos ostensiblemente. A ver si llega a un acuerdo para la salida de algún futbolista, como David Barral, que le permita obtener algo más de chance económica, además de los reajustes que vaya haciendo LaLiga, ya que el margen salarial es cambiante semana a semana.
A la plantilla le faltan bastantes cosas, pero donde Molina tendrá que acertar es en la contratación del delantero. Una posición en la que, hasta ahora, no ha demostrado demasiada fortuna. No ha encontrado el jugador diferencial. La pasada campaña, el mejor de los arietes fue un Jon Ander que venía procedente del Amorebieta y su lesión avanzada la temporada trastocó los planes. Aún así, fue el máximo goleador del equipo con diez goles, por delante de hombres como Dani Segovia o David Barral. El gaditano, pese a su espectacular trayectoria, no cumplió con las expectativas.
Cuando Jon Ander cayó lesionado, el director deportivo también trató de contratar un nueve para el tramo final de la competición. Fracasó en su intento y, finalmente, decidió ocupar la vacante con el juvenil Tresaco, al que los problemas físicos no le permitieron disputar más de ocho minutos.
Y este verano fichó a Nuha como hipotético complemento para la delantera, antes de que David Rodríguez llegase como futbolista ofensivo de referencia. Todo apuntaba bien con un jugador, el máximo goleador histórico de Segunda División, y que venía, no de aventuras exóticas, sino de esa misma categoría. Pero el talaverano tampoco ha funcionado. El propio Chuti Molina reconoció que su opción era la de Juan Muñoz, pero debido a las limitaciones económicas, no pudo alcanzar su objetivo.
El caso es que de los fichajes que han llegado el pasado verano a Santander, sólo Luca y Yoda han ofrecido un salto de calidad al equipo, por lo que el mes de enero es la gran esperanza para el manchego. Y si ahí tampoco acierta, la labor del director deportivo quedará completamente al descubierto. Después de una temporada, la pasada, en la que cumplió con el objetivo de devolver al club al fútbol profesional y en la que supo manejar con acierto uno de los presupuestos más altos de la Segunda División B -sus predecesores, con algo menos de dinero, no lo consiguieron-, ahora que está al frente de uno de los hermanos pobres de la categoría y con algunos futbolistas de la pasada campaña, que por rendimiento y por caché, lastran al equipo, no le está yendo tan bien y han comenzado las críticas de la afición.
Evidentemente, y aunque una parte de la grada haya pedido su salida, la destitución del director deportivo, al menos hasta enero, no iba a suponer cambios trascendentales en la marcha del equipo. Su labor cobra fuerza tanto en verano como en el mes de enero, cuando se abren sendas ventanas de fichajes. Ahí tendrá la oportunidad de resarcirse y ganarse de nuevo el favor de la afición.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.