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Hace una década, el Racing andaba pegándose por Europa con algunos de los clubes fuertes del continente, como Mánchester City o Paris Saint Germain, entre otros. Y en 2012, aún estaba entre la élite del fútbol español. Para su rival de mañana -18.00 horas-, ... cualquier tiempo pasado también fue mejor. En el año 2000 ganó una Liga y se codeaba con Barcelona y Real Madrid, y en temporadas posteriores se agenció dos supercopas y una Copa del Rey. Coqueteó con la Segunda División, pero volvió a Primera para, en 2018, caer definitivamente a su pozo particular. En ambos casos, en el cántabro y en el gallego, los momentos de penurias han llegado por el despilfarro incontrolado. Y ahora, ambos se ven las caras en los Campos de Sport en un partido trascendental sin ningún título en juego. Todo lo contrario, con el evidente deshonor, para el derrotado, de portar un farolillo rojo colgado del cuello.
El Racing llega a la cita como penúltimo clasificado. Con apenas diez puntos en doce encuentros disputados. Y, lo que es más preocupante, sólo una victoria en este primer tramo de la competición, que, sumado a la racha anterior, lleva a un único triunfo en los últimos 22 partidos oficiales. Casi nada. Por eso, aunque no parece que haya ultimátum desde el club, se trata de una cita importante no sólo para el equipo, sino también para su entrenador. Los malos resultados empiezan a agotar el crédito logrado con mérito por Iván Ania tras el ascenso verdiblanco a Segunda División.
Dicen que 'cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar'. Y en Riazor hace un par de semanas destituyeron al entrenador, Juan Antonio Anquela, a causa del bajo rendimiento de su equipo. Luis César Sampedro fue su sustituto aunque, de momento, la situación no ha mejorado. Los dos encuentros que ha dirigido se han saldado con sendas derrotas contundentes -3-0 contra Las Palmas y 0-2 frente al Málaga-. Los blanquiazules son colistas, con apenas ocho puntos, fruto de un triunfo y cinco empates. Si el Racing ya preveía que iba a estar peleando por la permanencia, en La Coruña el objetivo marcado no era otro que el ascenso. Por eso la situación es aún más grave en casa del enemigo racinguista.
De hecho, el Racing vive una ya conocida precariedad, con un presupuesto para su plantilla de 5,078 millones de euros -el cuarto más bajo de la categoría-. El Deportivo, sin embargo, tiene más del doble -11,314 millones de euros-, una cifra poco acorde con la actual clasificación blanquiazul.
Si el fútbol es ese deporte que se gana en las áreas, en la propia y en la rival, Racing y Deportivo no lo están haciendo especialmente bien en este primer segmento del campeonato. Los verdiblancos, aunque no son de los menos goleadores, sí que evidencian un problema claro frente a la portería del contrincante. Más que nada porque los delanteros racinguistas tienen la pólvora mojada -sólo cuatro goles entre tres futbolistas- y son los trescuartistas -Yoda, Cejudo y Enzo Lombardo- los que están sosteniendo al equipo de Ania a nivel ofensivo. Trece goles lleva el Racing a estas alturas. Y sólo once ha marcado el Deportivo, que cuenta en su nómina de arietes con el exverdiblanco Koné -podría volver al equipo mañana tras una lesión-, lo que le convierte en el tercero que menos anota.
En el capítulo defensivo, aunque el conjunto cántabro no da la sensación de ser excesivamente débil, son 16 los tantos encajados. El quinto que más recibe en una clasificación negativa que encabeza con holgura el Deportivo. 22 veces ha sacado el balón de su portería.
En lo que a rachas respecta, el Racing llega al partido del sábado después de dos empates consecutivos fuera de casa. Dos resultados que serían hasta positivos de no ser por las circunstancias. En Huesca cedió dos puntos en el minuto 95 y en Tenerife, pese a lograr la igualada en el tiempo añadido, las sensaciones fueron nefastas. Por mirar la botella medio llena, sólo ha sufrido una derrota -contra el Girona, 0-3-, en los siete últimos compromisos. Cinco empates y una victoria. Por su parte, el cuadro coruñés arribará a Santander después de dos derrotas consecutivas y sólo un punto en las últimas cuatro jornadas.
Así que este duelo de desgraciados se antoja como una cita idónea para convertirla en un punto de inflexión para ambos contendientes. El que gane, saldrá reforzado. El que pierda, se hundirá un poco más. Y por fortuna el Racing juega con la ventaja de actuar ante su público. Debería ser una ventaja. Porque la afición cántabra también sabe de la trascendencia del choque y tratará de empujar a su equipo. Y también son conocedores de ello en La Coruña. Antoviolencia ha declarado el partido de Alto Riesgo en previsión de un importante desembarco de seguidores blanquiazules en Santander. Una cifra que podría superar los 300 con holgura.
La última vez que ambos equipos se enfrentaron fue el 17 de abril de 2011. Entonces, el Deportivo venció por dos goles a cero al Racing en Riazor. El equipo dirigido por Miguel Ángel Lotina, que contaba con el cántabro Antonio Tomás en el once, ganó a los de Marcelino, en la segunda etapa del técnico asturiano en Santander. Los cántabros finalmente salvaron la categoría, pero los coruñeses cayeron a Segunda División. Ahí separaron sus caminos hasta mañana, cuando volverán a encontrarse en una situación diametralmente opuesta. Vistos los antecedentes, el menos malo saldrá triunfante.
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