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Con su publicación en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial, el Racing ya dispone oficialmente de la denominación 'Rayo Cantabria' que el club verdiblanco quiere recuperar para su equipo filial. Ahora, la entidad de los Campos de Sport sólo necesita el visto bueno ... de la Federación Española de Fútbol para poder inscribir al actual Racing B como Racing Rayo Cantabria de cara a la próxima temporada.
El club intentó el pasado verano implementar esta modificación, pero no hubo tiempo suficiente y la Federación Española rechazó el cambio de denominación. Sin embargo, ahora con tiempo suficiente hasta el arranque del próximo curso, todo apunta a que el filial verdiblanco comenzará a competir en la 2019-20 con su nuevo nombre.
Todo comenzó cuando el equipo heredero del Rayo Cantabria histórico se quedó fuera de la competición por sus deudas. La Federación, cumpliendo su normativa, rechazó su solicitud de inscripción para la nueva temporada y en consecuencia el club se quedó en un limbo. El Racing registró entonces la denominación -no lo estaba- y comenzó los trámites para renombrar al filial, pero dadas las fechas lo hizo ya con intención de formalizarlo en la próxima temporada, la 2019-2020, como confirmó en su día el director general del club, Víctor Alonso.
Sin embargo, la propia Federación Cántabra indicó al club que pese a la premura de fechas era posible intentar que la nueva denominación entrara en vigor ya este mismo año, motivo por el cual los verdiblancos aceleraron las gestiones durante este mismo mes de agosto. Sin embargo, a solo tres días para que arrancase la competición en Segunda B y Tercera División la RFEF comunicó la negativa por estar la solicitud ya fuera de plazo.
El cambio debe ser con nombre y apellido, porque en este tipo de casos la Española obliga a mantener la denominación del club madre. Así pues, el título del futuro equipo dependiente verdiblanco será Racing Rayo Cantabria. Así es con el Real Madrid Castilla, el Fabril Deportivo o el Valencia Mestalla, entre otros.
Desde la temporada 1950-51 y durante 42 años, el Rayo Cantabria fue filial del Racing, siendo cuna de grandes futbolistas de la cantera regional y consiguiendo algunos hitos para el balompié montañés, como en 1986, cuando se convirtió en el primer equipo cántabro en disputar la recién constituida Segunda B, aún con los históricos colores blanquiazules.
La Ley del Deporte de 1993 cambió muchas cosas en los clubes de fútbol profesional, entre otras, el concepto de filialidad. Y así, el 23 de junio de ese año, el Rayo disputó su último partido. Para preservar los antiguos colores, escudo y nombre, un grupo de antiguos socios comandado por Ángel Meñaca inscribió un nuevo equipo ese mismo 1993 para volver a competir en la última categoría del fútbol cántabro.
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