Comienza el desembarco verdiblanco en Burgos

Lo hacía en la bolera del Centro Regional Montañés de Burgos, la denominación oficial de lo que todo el mundo conoce como Casa de Cantabria, que tiene la Sede social en la Avenida del Cid, a pocos metros del bar de Fede Castaños. Se habían apuntado a una pequeña quedada con la que celebrar que el Racing visita su ciudad. «En el centro somos unos 150 socios, pero cada familia cuenta como uno solo, así que en realidad somos muchos más», explica Carlos Ruiz, que lleva desde 1975 en Burgos, desde que llegó desde Mataporquera para los estudios de aparejador. Pero como Octavio, lo tiene claro. Simpatía hacia el Burgos, pero va con el Racing.

Beltrán Sarabia también se ha apuntado a verles echar unas bolas. Es un racinguista impenitente que ha enganchado a toda su familia. «Las entradas nos las consigue un amigo, así que ya de paso venimos toda la familia a pasar el día, aunque al partido solo vamos mi padre y yo. He conseguido arrastrar a toda la familia». Para ver un partido «difícil, porque el Burgos tiene aquí un fortín y va a ser complicado».

Son algunos de los miembros de una pequeña avanzadilla de la multitudinaria expedición que visitará este domingo Burgos (las previsiones más pesimistas calculan 2.000 personas, y el Racing maneja unas 3.000) ya está en la ciudad castellana. Las primeras bufandas y camisetas verdiblancas ya se han dejado ver por el centro de la ciudad; las de decenas de racinguistas que han optado por pasar el fin de semana completo a la orilla del Arlanzón. Repartidos por el casco viejo y diversas zonas de la ciudad, incluso en Gamonal. Llegados en coches particulares (el viaje organizado partirá a primera hora del domingo) e incluso en el autobús de línea.

Además de las mil entradas que el Burgos envió a Santander, se vendieron aproximadamente más de 1.300 en taquilla, la mayor parte de aficionados cántabros que, al no haber venta electrónica, viajaron expresamente a Burgos aprovechando la jornada festiva del lunes pasado.

Al ambiente de tapeo en Burgos se unían racinguistas y despedidas de soltero. Una de ellas, muy en verdiblanco. Junto a la Catedral, una docena de santanderinos celebrara una de ellas. Recién llegados de casa y con una lista de tareas para el novio, entre ellas conseguir una entrada. Todos los demás ya tienen. En esa task list añadieron aparecer en El Diario Montañés, casilla que también han rellenado.

«Tenemos entrada todos menos el novio; él tiene que conseguirla, si es que quiere ir al partido. Hemos salido hoy mismo y nos quedamos hasta el lunes, porque estaremos reventados. La mayoría somos socios del Racing y todavía nos queda gente por llegar», explican en la calle Diego Porcelos.

No son los únicos cántabros de despedida. Otra, esta con frailes y un obispo, rondaba por la Plaza del Rey San Fernando. Muchos habían tenido la misma idea: qué mejor que Burgos y un partido para aderezar la fiesta, como las cientos, miles de personas, que desembarcarán en la mañana del domingo en ese mismo casco viejo, en la zona de El Plantío. En todo Burgos.

También parejas que acaban de llegar en autobús empiezan a disfrutar del ambiente: «Hemos llegado hace veinte minutos, acabamos de pedir algo y ahora iremos hacia la plaza de la Catedral. Hemos quedado mañana -el domingo- con mucha gente; nosotros vamos de avanzadilla, pero ya hemos empezado a ver gente de Santander», explicaba a primera hora de la tarde una de ellas.