Comienza la «reprogramación» del Racing

La entrada de Cantabria en la fase uno desde hoy, permitiría un alivio en las medidas de seguridad, sin embargo todos los equipos se regirán por el mismo protocolo, independientemente de la región en la que se encuentren. Por eso, los jugadores del Racing desde hoy no podrán compartir vestuarios, ni coincidir en recintos del edificio cerrados, así como tampoco realizarán ejercicios conjuntos si no es respetando la distancia. Se incorporará la plantilla al completo, ya que en el comunicado que ayer hizo público LaLiga no figura ningún futbolista del conjunto verdiblanco como positivo.

Las normas que tendrán que cumplir no sólo se circunscriben al recinto interior de las instalaciones Nando Yosu, sino que también corresponden a los aledaños. De esta manera, no podrán sacarse fotos desde fuera del edificio deportivo. La zona anexa y que corresponde a las dependencias de la Policía Nacional se habilitará como parking para que junto al aparcamiento interior de La Albericia se puedan repartir para estacionar los vehículos de los futbolistas y empleados del club.

Comienza, por tanto, una pretemporada que realmente nadie sabe con certeza si durará poco más de un mes -como espera LaLiga, ya que en sus previsiones confía en empezar el campeonato el 19 de junio- o se extenderá mucho más en función de la evolución de la pandemia.

El trabajo al que se enfrenta el Racing responderá a un único objetivo: «Adaptarse lo antes posible y de la mejor manera para cuando regrese la competición», adelanta Marcos Chena, preparador físico del equipo, que se encargará de programar los entrenamientos en colaboración con José Luis Oltra. Chena recuerda que «todo lo que se va a hacer ya estaba incluido en un plan a medio plazo que consiste en que los jugadores estén a punto para el primer partido». No habrá ninguna improvisación. «Seguiremos las pautas y el protocolo que tenemos establecido. Ahora hay que garantizar la seguridad y la salud de los deportistas y los profesionales», añade el preparador físico. Es evidente que el primer reto es poder superar las limitaciones que impone la nueva situación. «A diferencia de una pretemporada normal, tenemos unas limitaciones, pero las utilizaremos para ajustar ciertas cosas a nivel individual que en situaciones normales no podríamos», explica Chena. El cuerpo técnico lo que pretende es sacarle el mayor partido a cada futbolista haciendo con cada uno un trabajo a la carta. Potenciar sus virtudes y minimizar sus debilidades siempre «en función de cómo se encuentre cada jugador y cómo se presente tras casi dos meses de encierro».

La intención es superar las adversidades y convertirlas en «oportunidades». Chena y el equipo de Oltra quieren «ver la manera optimista de las cosas». Todo el trabajo que empieza hoy y que irá cumpliendo etapas perseguirá «una progresión». «Esta fase individual la vemos como una oportunidad para reprogramar a los deportistas. Es una semana en la que analizaremos cómo vienen los futbolistas y manipularemos el entrenamiento para darles lo que necesitan para estar bien», señala Chena. 'Reprogramar al jugador'. Sin duda el término suscita un nuevo escenario, pero define a la perfección la prioridad. El futbolista ha estado dos meses sin hacer lo que siempre ha hecho y ahora se pretende que vuelva a retomar la actividad. Es decir, hay que programar al cuerpo de nuevo para lo que antes hacía... Sin que se lesione.

«Seguiremos los principios de progresión, de carga, de la alternancia... Intercalaremos sesiones neuromusculares o de fuerza con otras cardiorrespiratorias o de resistencia, Alternaremos esto en volúmenes bajos», advierte. Además del riesgo del contagio, que permanecerá latente siempre, la vuelta al trabajo entraña un riesgo de sufrir daños físicos por la inactividad, de ahí que «haya que ir con cuidado y construyendo progresivamente». Para evitar estos problemas, el cuerpo técnico espera «hacer sesiones cortas casi todos los días o incluso alguna vez introduciremos dobles sesiones para trabajar, pero sin sobrecargarse».

Así las cosas, Chena resume lo que se hará en esta primera semana de trabajo: «Individualizaremos en base al perfil de cada jugador. Las repeticiones, la intensidad, la recuperación, la distancia, la velocidad...».

Pese a todo, el regresar a La Albericia es la mejor manera de positivizar la situación. «Aunque sea de manera individual, poder trabajar con las indicaciones de los técnicos siempre cambia la cosa. El Covid-19 nos ha cambiado los hábitos de vida y en el fútbol pasa lo mismo. Tendremos que mantener las distancias y hacer cosas que son nuevas, pero es lo que hay», asegura Crespo, uno de los 16 jugadores que terminan contrato el próximo 30 de junio y a quien le gustaría -como ya ha repetido en varias ocasiones- terminar su carrera deportiva «en el Racing».