La competencia abre el abanico en el once

El míster, ayer, en una sesión más corta de lo habitual porque el menor tiempo entre partidos, apenas dejó pistas de cuál puede ser el equipo titular. Pero las dudas se centran, principalmente, del doble pivote hacia delante. Porque, aunque Ezkieta haya demostrado tener capacidad suficiente para ser titular en este equipo, no parece entrar dentro de los posibles un cambio de roles en la portería después de que Parera haya cumplido su partido de sanción. El balear volverá al arco.

Y la defensa será la misma que frente al Granada: Dani Fernández y Saúl García en las bandas y Germán Sánchez y Pol Moreno, en el centro de la zaga. La dupla formada por el catalán y el andaluz disipó el pasado domingo las dudas sobre su rendimiento juntos y, aún esperando la recuperación de Rubén Alves, repetirán. El hispanobrasileño avanza favorablemente en la recuperación de su rotura de fibras de grado I en el bíceps femoral de la pierna izquierda, pero parece prematuro que vuelva ya al equipo -al menos, no más allá del banquillo- y la idea es que regrese en plenitud de facultades para otro encuentro crucial, como será el de la semana siguiente, en Anduva, contra el Mirandés.

Al doble pivote regresa Íñigo Sainz-Maza tras su castigo por la expulsión de Zaragoza. Y al de Ampuero se le ha complicado la titularidad. Entre que el capitán, aquejado de sus dolores de rodilla, no pasa por su mejor momento de rendimiento y que sus competidores andan a un gran nivel, no se barrunta fácil que pueda ser titular frente al Ibiza. Porque quitar de ahí a Aritz Aldasoro, a día de hoy, sería muy complicado de justificar, visto el momento de forma que vive el vasco. Su partido contra el Granada fue descomunal. Y lo que aporta Juergen Elitim en el centro del campo racinguista, al ser además un futbolista diferente al resto de mediocentros, está fuera de toda duda. Así que ahí, en lugar del colombiano, podría encontrar un resquicio Íñigo Sainz-Maza para recuperar su puesto, mas el de Cartagena de Indias parte un poco por delante.

A priori, Jordi Mboula ya se encuentra al cien por cien para regresar tras su lesión muscular. Estuvo en el banquillo frente al Granada, pero se antojaba prematuro haber forzado. Con unos días más de puesta a punto, ya nada desaconseja la participación del catalán. Eso sí, será José Alberto el que deba tomar la decisión. Y, con lo que hay en juego, tiene pinta de que el extremo diestro será para Mboula. Queda la duda de si el entrenador pueda ser más conservador en cuanto a los problemas físicos del futbolista y se decante por Marco Sangalli, que también está disponible tras abandonar la enfermería y disputar unos minutos el pasado domingo. Otras opciones, como la última empleada de un doble lateral con Unai Medina; la de Yeray; o la de trasladar a Juergen Elitim, Peque o Pombo, parecen más remotas, porque el entrenador no las testó en la sesión de ayer. Ni la de Arturo Molina, que fue titular y dio muy buena imagen contra el Albacete en ese flanco diestro del ataque, y aunque ayer se ejercitó con normalidad, sigue renqueante de sus molestias en el pie izquierdo.

En lo que respecta a la mediapunta, tiene pinta de que Peque ha entrado para quedarse. O, al menos, hace méritos para hacerse fuerte en la parcela. Tuvo una buena actuación frente al Granada y, como mostró en el último entrenamiento, se encuentra en un gran momento de forma. Por delante de Pombo en las quinielas, la duda la genera la posible opción, si José Alberto desea incluir en el once a Íñigo Sainz-Maza, de colocar a Juergen Elitim por detrás del punta, como ya hizo en la contundente victoria contra el Albacete.

Queda la delantera, donde tras esa efímera aparición de Matheus Aiás como titular en Zaragoza -fue sustituido tras poco más de veinte minutos, después de la expulsión de Parera-, Roko Baturina vuelve a ostentar la vitola de titular en la punta de ataque verdiblanco. Espoleado, además, por el gran gol que marcó el domingo y que le dio la victoria al Racing frente al Granada. Los otros dos arietes, Sekou Gassama y Cedric, ni siquiera entran en la ecuación.