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S. HERRERO | A. FALAGÁN
Jueves, 21 de febrero 2019, 07:51
La directiva del Racing ocultó en las juntas de accionistas de 2016 y 2017 que el Grupo Pitma era ya propietaria de Inmoarrabi, con lo que se había convertido de hecho en accionista mayoritaria del Racing con más de la mitad del capital social, ... tal y como reveló este periódico durante el pasado mes de diciembre. Este miércoles, el presidente del club y copropietario del conglomerado empresarial, Alfredo Pérez, fue cuestionado sobre este asunto durante la presentación de los actos que se celebrarán el próximo sábado en los Campos de Sport con motivo del 106 cumpleaños de la entidad verdiblanca.
«La versión es que, antes de entrar en el Racing, lo que hicimos fue asegurarnos de que el resto de accionistas que estaban en el Racing, no sólo Inmoarrabi, más accionistas que estaban en los primeros puestos por volumen, no tenían ningún inconveniente en que nosotros entráramos de accionistas». Según Pérez, fue la propia empresa vasca la que ofreció sus participaciones al Grupo Pitma: «Lo que nos encontramos es que unos cuantos accionistas nos propusieron la venta de sus participaciones». Así que calificó todo lo sucedido como «una operación empresarial, sin más». «No tiene más secreto que asegurar la inversión» posterior que la empresa cántabra está realizando en el Racing. Es la primera valoración procedente de los máximos accionistas verdiblancos, después de que fuentes del anterior Consejo de Administración asegurasen que todos ellos desconocían la situación.
Inmoarrabi era propietaria del 20% del capital social tras el impago de una operación crediticia de la era Pernía (sirvió para articular la operación de Alí Syed), y con su integración en el Grupo Pitma se terminó definitivamente con el objetivo de que el capital social estuviera atomizado. En aquel momento el entonces presidente verdiblanco, Manolo Higuera, negociaba aún un contrato de patrocinio a tres bandas con el conglomerado de Alfredo Pérez y Pedro Ortiz y con el Gobierno de Cantabria. Cuando Pitma era ya dueño de un paquete que le permitía controlar la Junta sin el apoyo de ningún otro accionista se presentaba aún a los dos copropietarios del grupo como «mayoritarios minoritarios».
Ocho meses después de esa compra, Higuera anunciaba que el Gobierno de Cantabria había incumplido su palabra y que en consecuencia el Grupo Pitma se veía obligado a asumir la deuda y tomar el control del club. El paso del tiempo ha demostrado que así era en lo referente a abrir una línea de crédito, pero cuando Higuera anunciaba que Pitma daba «un paso adelante» para hacerse con el control del club Pérez y Ortiz tenían ya desde aquel 27 de octubre la mayoría absoluta.
Ni en aquella rueda de prensa ni en la Junta se informó de las fechas de compra de Inmoarrabi. Y con ella la situación de acreedor preferente del Racing en la cantidad que le correspondía. En el momento en que se produjo la compra Higuera era aún presidente del Racing, con Víctor Diego como vicepresidente. Alfredo Pérez y Pedro Ortiz ya habían entrado semanas antes en el Consejo (cuando firmaron el documento privado para el préstamo participativo de 1,2 millones), pero aún con un papel discreto. Fue precisamente a raíz de entonces cuando progresivamente se fue recortando el poder de Higuera en la que hasta entonces había sido una gestión necesariamente muy presidencialista hasta la salida del abogado del órgano directivo al final de la temporada pasada, con el fracaso deportivo que supuso no clasificarse siquiera para la fase de ascenso.
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