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Las convocatorias suelen responder a decisiones técnicas del entrenador o a obligaciones por lesiones o castigos disciplinarios. Es lo habitual. Pero cuando llega el mercado invernal, las citaciones pueden llevar un mensaje encriptado. Más aún en un Racing con un director deportivo tan intervencionista como ... Chuti Molina. Y la expedición del pasado sábado a Anduva, para el choque frente al Mirandés, dice más por las ausencias que por quienes se subieron al autobús. Kitoko estaba en la enfermería, Manu Hernando acaba de aterrizar y Moi, sancionado. Pero Óscar Gil, Cayarga, Barral y Nuha lo que ven de frente es la puerta de salida.
El caso del central no es nada que pille por sorpresa. Menos aún cuando acaba de llegar del Castilla Manu Hernando para reforzar el centro de la zaga. Y eso que al técnico, Cristóbal Parralo, no parece que la incorporación le colme de satisfacción. Se antoja decisión única y exclusiva de Molina. Óscar Gil cayó en desgracia en los últimos compases de la pasada temporada. Tuvo un gran protagonismo en el curso anterior, pero salió de algunas alineaciones en el tramo final de la competición y no entró en vigor la cláusula por la que su contrato se mejoraba tras una cantidad de minutos. Desde entonces, no contó nada para Iván Ania y casi nada para Cristóbal. Ha disputado 12 minutos en el choque frente al Fuenlabrada, en Liga, y los noventa del partido de Copa contra el Murcia.
Se da la circunstancia de que Óscar Gil comparte representante -Armando Ufarte- con Asier Villalibre, el delantero del Athletic al que Molina vetó este pasado verano, supuestamente por su negativa a trasladarse a Santander cuando Jon Ander cayó lesionado de larga duración. «Es imposible que un jugador que nos desechó el año pasado venga estando yo, para esto tendría que marcharme yo primero. Además, no es superior a lo que tenemos», dijo el director deportivo en agosto.
Vamos, que la relación entre ambas partes es de todo menos cordial. Y así, en esta tesitura, el futbolista no está dispuesto a perdonar nada del contrato que le resta hasta el 30 de junio de 2021. Para darle salida, o el Racing paga hasta el último euro o le encuentra un acomodo que satisfaga a todo el mundo. Algo complicado, teniendo en cuenta que Óscar Gil, que tiene un salario de unos 130.000 euros por temporada, desea continuar con su carrera en Segunda División.
Otro de los señalados tras la convocatoria de Anduva es Cayarga. El asturiano ha ido de más a menos en cuanto a protagonismo esta temporada. No partía como titular habitual, pero en el primer tramo de la competición sí que iba teniendo minutos de forma paulatina. Hasta la jornada 9. Dispuso de un cuarto de hora en la jornada 15 contra la Ponferradina y, a partir de ahí, con la llegada de Cristóbal, no ha vuelto a contar en Liga. Únicamente disputó 57 minutos en Copa, en la Nueva Condomina. En total, 306 minutos repartidos en ocho encuentros.
El avilesino termina contrato el próximo 30 de junio, por lo que cualquier tipo de salida será definitiva. Ya sea cesión o acuerdo de libertad. A estas alturas es una auténtica utopía hablar de traspasos. Con Cayarga o con la gran mayoría de jugadores que componen la plantilla. Lo más beneficioso para el Racing sería alcanzar un trato con algún equipo que esté dispuesto a hacerse cargo de la ficha del jugador y liberar, además de una ficha, algo de margen salarial para el presente mercado. No será mucho, pero en esta situación cada euro cuenta.
El mensaje más claro de la citación de Miranda de Ebro fue para los dos delanteros que se quedaron fuera de la convocatoria: Nuha y Barral. Ambos se quedaron en casa y quien sí viajó fue el jovencísimo Rafa Tresaco. Más claro, el agua.
El del ariete catalán es quizá el caso más sencillo. Básicamente porque, con tres temporadas y media más de contrato, el club cántabro podría buscar una cesión al menos hasta el final de la campaña. Además, su salario es ligeramente superior al mínimo estipulado para los futbolistas de Segunda División -unos 77.000 euros-.
Este periódico contactó con el director deportivo del Atlético Baleares, Patrick Messow, para cuestionarle sobre un posible interés de recuperar a un delantero muy querido en el club balearico, del que procede. Según el responsable técnico de la entidad blanquiazul, Nuha siempre será bienvenido, aunque negó haber iniciado conversaciones para su vuelta. Está claro que el mejor acomodo que podría encontrar el Racing para el espigado nueve sería en un equipo fuerte de Segunda División B.
Dentro del bajísimo rendimiento de los delanteros verdiblancos esta temporada, Nuha es el que números menos malos tiene. Ha jugado 19 partidos, doce de ellos como titular. En total, 1.095 minutos, en los que ha anotado tres goles. Pero en los últimos encuentros se ha quedado directamente fuera de la convocatoria.
Con David Barral la historia se complica, especialmente por el salario del futbolista, uno de los más altos de la plantilla. Con ese condicionante, a sus 36 años y su bajo rendimiento, se antoja complicado encontrarle un destino que permita al Racing darle salida y liberarse de carga salarial. Eso aboca la situación a un hipotético despido, que supondría o llegar a un acuerdo o pagar lo que le queda de contrato hasta el 30 de junio de este año -tiene una cláusula por la que renovaría automáticamente en caso de disputar 25 encuentros-.
Barral ha disputado nueve partidos esta campaña. Ocho en Liga -dos de ellos, apenas con un minuto sobre el terreno de juego- y uno en Copa. En total, 406 minutos en los que ha marcado un tanto, el logrado frente al Cádiz en la jornada 4 del campeonato.
Esos son los señalados por la convocatoria del pasado sábado, aunque no los únicos con posibilidades de salir. Jon Ander, por ejemplo, puede tener su mercado en Segunda División B. Tiene contrato hasta 2021 y una cesión podría satisfacer a ambas partes después del largo periodo de lesión del futbolista. Pero en Anduva fue titular, en un nuevo intento de Cristóbal de buscar algo que mejore la delantera. Todo dependerá, lógicamente, de lo que llegue durante el mercado invernal.
También un Ritchie Kitoko que sigue lastrado por las lesiones. Ha actuado habitualmente cuando ha estado en buenas condiciones. El problema es que esos momentos son minoría y vive más en la camilla del fisioterapeuta que sobre el terreno de juego. Y con exceso de centrocampistas defensivos y la práctica imposibilidad de sacar a los cedidos Nkaka y Dani Toribio, la del congoleño parece la opción más viable en esa demarcación, si Molina decide reforzarla. Son dos nombres más, aunque el director deportivo siempre ha dejado alguna sorpresa en los mercados de fichajes desde que llegó a Santander.
El otro mensaje que quedó del partido de Anduva fue el transmitido por Cristóbal en su gestión de los cambios. El desencuentro entre técnico y director deportivo es más patente que nunca, si es que en algún momento hubo sintonía. Las decisiones del míster pueden tener dos posibles lecturas. O un 'esta plantilla no da para más' o un 'tú mandas, pero yo también tengo cosas que decir'. A saber.
El entrenador cordobés no realizó el primer cambio hasta el minuto 82. Dio entrada a Rafa Tresaco en sustitución de Jon Ander. Y los otros dos cambios les hizo de forma casi testimonial y para perder tiempo. En el 89 y el 90. Carmona por Yoda y Dani Toribio en lugar de Mario Ortiz. Cada uno que lo interprete como pueda.
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