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Pudo ganar. Pudo empatar e ir a la prórroga. Al final, perdió. La Copa, esta temporada, es historia. El daño es menor, porque la parroquia verdiblanca sabe que lo importante regresa el próximo fin de semana. En Albacete. La Liga. La lucha por el ascenso. ... Por jugar la campaña que viene con el Celta en otras circunstancias. Lo de este domingo casi era una prueba para comprobar el retorno del Racing del parón invernal tras su profunda crisis. Se vio más chispa, más fuerza, más velocidad, más valentía... Brotes verdiblancos. La expulsión de Mantilla en el primer tiempo dejó el test en veremos. Yeso que los racinguistas fueron capaces de ponerse por delante con un futbolista menos. Al final, el Celta y un Alfon reivindicativo pusieron las cosas en su sitio. Fue bonito mientras duró. Ahora, a pensar en lo importante.
En esta ronda, ante un Primera, en casa y en fin de semana, si la Copa se rompe, no es que se tire; es que se cae. Aunque a las televisiones no se les ocurra nada mejor que ponerlo a las 15.30 de la tarde con los Reyes Magos llegando por Ontón. Así que el míster tenía cierta libertad para hacer la alineación. No hacía falta dar descanso tras el parón navideño. Es más, la cita podía servir de rodaje. Y José Alberto puso en liza un once que podía ser perfectamente titular en Liga. Lo más llamativo fue la presencia de Mantilla en el centro de la defensa, el regreso de Pablo Rodríguez a la línea de tres cuartos y que Karrikaburu estuviese en punta, por delante de Arana.
Enfrente, los Fran Beltrán, Alfon, Borja Iglesias... Futbolistas que el equipo cántabro se encontró en su penar por el agujero y que crecieron rápido. Y también los Marcos Alonso, Iago Aspas, Mingueza... Con los que esperan codearse los Íñigo Vicente, Andrés Martín y compañía a no mucho tardar. Tampoco reservó mucho el Celta.
Racing
Parera, Michelin (Marco Sangalli, min. 77), Saúl García (Salinas, min. 77), Mantilla, Javi Castro, Vencedor, Aldasoro, Andrés Martín (Pol Moreno, min. 84), Pablo Rodríguez (Manu Hernando, min. 46), Íñigo Vicente y Karrikaburu.
2
-
3
Celta
Iván Villar, Starfelt, Mingueza (Cervi, min. 46), Fran Beltrán, Iago Aspas (Williot, min. 56), Alfon, Pablo Durán (Borja Iglesias, min. 65), Marcos Alonso, Hugo Álvarez (Carreira, min. 46), Hugo Sotelo (Moriba, min. 71) y Javi Rodríguez.
Equipo arbitral: González Fuertes, del Comité Asturiano, asistido en las bandas por Bárcena Rodríguez y Porras Rico. Cuarto: Fernández Buergo.
Goles: 1-0, min. 7: Andrés Martín. 1-1, min. 18: Alfon. 2-1, min. 69:Javi Rodríguez, en propia puerta. 2-2, min,. 85: Javi Castro, en propia puerta. 2-3, min. 91: Alfon.
Amonestaciones: Amarilla a los locales Arana, Íñigo Vicente y Pablo Rodríguez y a los visitantes Hugo Sotelo, Borja Iglesias, Fran Beltrán, Williot y Mingueza. Expulsó con roja directa a Mantilla.
Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en aceptable estado, en una tarde nubosa y con viento Sur. 20.312 espectadores
La salida racinguista recordó a la de los no tan lejanos buenos tiempos. 45 segundos. Presión alta y Pablo Rodríguez a punto de hacerle el lío a Starfelt. Le rebañó el balón en el área, pero el sueco bloqueó el paso al canario en su camino hacia la portería. Un minuto después, Karrikaburu casi se la quita al meta Iván Villar en el área pequeña.
Los verdiblancos parecían los de la élite, pero hay argumentos que no tienen que ver con las senaciones. La primera vez que el equipo vigués pasó del centro del campo, Alfon acabó estrellando un zapatazo en el larguero de la meta de Parera. Hasta ahí, el talento, la pegada, porque las ganas locales eran muy superiores. Yel Racing pilló en un renuncio a la zaga gallega. Contra iniciada por Michelin; buen desmarque de Andrés Martín entre los dos defensas disponibles y el francés que sirve a la carrera del sevillano para que éste alcance el área y bata, raso, a Iván Villar.
Rugido en las gradas. El equipo de José Alberto se miró en el espejo, se reconoció al fin y besó el cristal. Lo fácil era ponerse la chaqueta atrás para intentar no pasar frío. Lo racinguista era seguir apretando. Más aún frente a un rival aturdido. Karrikaburu agarró un balón perdido en el área tras un error visitante y el duro disparo lo repelió Iván Villar.
Entonces sí, el Racing dio algún paso atrás, pero obligado por la vergüenza torera de un Celta que, en desventaja y por potencial, debía llevar el mando. Y ahí, ya sí, iban a tener repercusión los galones. Lo intentó Fran Beltrán con una volea desde treinta metros, centrada, que atajó bien Parera. Ni ante un equipo de Primera el equipo cántabro iba a retrasar su línea defensiva. Y esta vez la propuesta le iba a jugar una mala pasada ante la continua superioridad numérica que generaba por ahí el enemigo. El Celta trabó despistada a la zaga racinguista y Alfon acabó marcando el empate. Se reivindicó en los Campos de Sport tras su infructuoso paso por Santander.
El Racing no se arredró y la contienda se volvió a igualar. Hasta que en el 35, Mantilla cometió un error. Haya mano previa o no. Alfon le ganó la espalda, el camargués, que era el último, le agarró ligeramente en su camino hacia la portería y el manchego se fue al suelo. Puesto el árbitro en la tesitura y sin VAR que decida, González Fuertes –que más allá de que en esta acción se lo pusieron fácil fue el que menos parecía de Primera División de todos los protagonistas– mandó al capitán verdiblanco a la ducha. Y al Racing se le complicó altamente el torneo.
A partir de ahí, era ir a la guerra con tirachinas. Aguantar hasta donde se llegase. El Celta encadenó tres ocasiones consecutivas. En la primera, Parera tapó bien el tiro de Pablo Durán; como poco después lo hizo con la tentativa de Alfon. Y en medio, Marcos Alonso iba a enviar otro balón al larguero. Así llegó descanso. Empate en el marcador y mucho que remar aún.
Aguantó hasta el intermedio José Alberto para reestructurar el equipo. Su propuesta fue la de retirar al mediapunta, Pablo Rodríguez, para dar entrada a Manu Hernando en el centro de la zaga. El partido estaba entre el orgullo verdiblanco y el prácticamente soliloquio gallego. Con la pinta de que, tarde o temprano, la balanza se iba a inclinar hacia el lado visitante. Un cabezazo centrado de Starfelt lo agarró bien Parera. Poco después, un latigazo cruzado de Alfon se iba a marchar cerquita del poste.
Transcurrían los minutos con poco que contar, más allá del dominio celtiña. Así que, cuando la Gradona empezó a aplaudir, el personal salió del ensimismamiento. José Alberto había llamado a Juan Carlos Arana. El canario iba a sustituir a Karrikaburu en una punta de ataque que hacía tiempo que ya no existía en el equipo verdiblanco. Parera tuvo que sacar, junto al poste, un golpeo de Alfon que tocó en un defensa y que estuvo a punto de colarse en la portería. Minuto 65 y el empate seguía vivo.
El manchego, seguramente con ganas de demostrar que en el Racing se habían equivocado con él, se erigió en el mascarón de proa del Celta. Otro tiro suyo pegó en las piernas de Aldasoro y estuvo cerca de hacer el segundo. De repente, siglos después de la última incursión en territorio gallego, el Racing apareció por allí. Jugadita en banda. Dobla Saúl García y centra. Regular. Cerrado y al segundo palo, donde no había nadie. El resto de la acción fue un despropósito. Unos que no controlan. Los otros que no despejan. Rebote. Error. Choque. Al final, Arana intenta ponerle un poco de cordura a la jugada. La pega. Mal. Tan mal, que el balón tropieza en un rival y, llorando, como pidiendo perdón, o como disfrutando del paseo, se cuela en la portería. Ahí va, lo que cambia la película. Con uno menos, sí, pero en ventaja y con veinte minutucos por delante. Y, sobre todo, con otro ánimo.
El Racing implementó el plan de seguridad. Proteger el resultado y hacer correr lo más rápido posible las manijas del reloj. José Alberto pensó que lo mejor para ello era dar entrada a Marco Sangalli y Jorge Salinas por Michelin y Saúl García. Reforzar la retaguardia en las bandas. Sin embargo, ese paso atrás iba a ser el principal defecto verdiblanco.
El tanto local había dejado tocado a un Celta que ya no tenía tanta gracia. Por momentos, la desigualdad numérica parecía haber desaparecido. Y eso que a Ilaix Moriba le dejó Salinas un balón en el área que era para mandarle un christmas navideño el año que viene. El remate del guineano fue horrible, a las manos de Parera.
Por unos momentos se detuvo el encuentro después de que las asistencias tuviesen que acudir a atender a un aficionado en la Esquina Nando Yosu. Momento que aprovechó José Alberto para apretar a Pol Moreno. Sustituyó a un Andrés Martín que se engarró con media provincia de Pontevedra antes de abandonar el terreno de juego. Sin embargo, el candado catalán no pudo cumplir su objetivo. El córner que iba a reanudar el juego iba a acabar en gol. Un tanto en propia puerta de Javi Castro. Muy blandito el Racing, que se encaminaba a una prórroga agónica. Más los ocho minutos que se iba a comer de añadido.
Pero Alfon se lo iba a ahorrar al equipo cántabro. Vaya si se vengó. Apenas comenzado el tiempo añadido, el manchego hizo el tercero para dejar prácticamente definida la eliminatoria. El Racing echó lo que le quedaba ante el rondo que montó a última hora el Celta. No estará la bola racinguista en el próximo sorteo. Donde debe estar, donde debe mantenerse, es en la parte de arriba de la clasificación. De aquí a junio.
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