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El año 2024 no le está sentando nada bien al Racing. No ha ganado un solo partido en las tres jornadas que ha disputado, se ha descolgado de la fase de ascenso, no ha sido capaz de mantener la portería a cero, el casillero de ... goles a favor desde la vuelta del parón navideño muestra un solitario 'uno' y el de puntos sumados en enero está más brillante que la paellera de Villarriba en aquel anuncio de Fairy. Vamos, la imagen opuesta al Racing al que se habían acostumbrado los aficionados en el primer tramo de temporada. Aunque en realidad, y a pesar de no haber ganado un partido desde que retomó la competición ante el Eibar, esta no es la peor racha del equipo.
Ya entre los pasados meses de octubre y noviembre, los de José Alberto habían acumulado otros tropiezos. Encadenaron cuatro derrotas consecutivas. Bueno, en realidad tres en Liga y una eliminación de Copa mediante. Un partido ante el Zamora que no se perdió en sentido estricto, ya que se empató (2-2) e incluso se llegó a la prórroga y se dirimió en los penaltis. De aquellas, en Liga cayó ante Racing de Ferrol (1-3), Alcorcón (3-1) y Valladolid (2-3). Justamente el mismo rival ante el que el pasado domingo en el José Zorrilla encajó su tercera derrota del año. Antes fueron Eibar (2-0) y Cartagena (0-2).
El caso es que algo tiene que cambiar en el equipo. Cuestión de actitud, de forma física o tal vez una ansiedad por la obligación autoimpuesta de verse y mantenerse en los puestos de play off. Que el fútbol es un estado de ánimo es ya una ley no escrita y una frase que hizo celebre Jorge Valdano. Sea lo que sea, el Racing no está fino. La defensa hace aguas y el ataque no tiene la frescura que solía mostrar. Las cosas no salen y toca resetear. Quizá Mikel Martija aparezca con una sorpresa que rinda desde el primer día en el ampliado mercado de invierno, pero mientras tanto José Alberto tiene que apañarse con lo que tiene y enderezar el rumbo. Aunque sea para calmar ese batiburrillo de emociones que provocan las derrotas encadenadas entre algunos racinguistas, que ya empiezan a refunfuñar con esa ánimo un poquito bipolar del que hacen gala a veces.
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Aunque lo cierto es que si se toma como referencia esta segunda vuelta el Racing sería ahora mismo colista, con Andorra y Albacete como compañeros que tampoco han sumado un punto. Pero no hay que alarmarse. No hay que levantar el teléfono rojo, como hacía Peter Sellers por triplicado en la famosa película de Stanley Kubrick. No es una emergencia. Al menos no todavía.
3 derrotas
consecutivas acumula el Racing desde que ha arrancado la segunda vuelta de la competición. En 2024 ha caído ante Eibar, Cartagena y Valladolid
36 goles
en contra tiene el conjunto de José Alberto. Uno más que el colista, el Amorebieta, su próximo rival.
En Lezama los cántabros tienen una nueva oportunidad para sumar los primeros puntos del año. Allí les espera el colista, el Amorebieta, al que por cierto el Racing ya supera en goles encajados. Los de Haritz Mujika cuenta con 35 dianas en contra, mientras que los de José Alberto, con las tres que le hicieron a Ezkieta en Valladolid, tienen 36. El partido ante el cuadro vasco es clave para recuperarse. Sumar puntos en el campo vizcaíno este domingo supondría un respiro, una bocanada de aire anímica, para un equipo que en la siguiente jornada tiene que recibir al Espanyol en El Sardinero (10 de febrero, 21.00 horas). El calendario no es mucho más benevolente con los cántabros. Una de cal y otra de arena. Tras la vista de los catalanes toca viajar hasta el Carlos Belmonte para medirse al Albacete, (18 de febrero, 14.00 horas), que tampoco ha ganado un partido este año, y después el Leganés, el actual líder de Segunda, llega a los Campos de Sport (24 de febrero, 16.15 horas) para poner a prueba a un Racing que actualmente no pasa por su mejor momento. Pero hasta entonces hay margen de mejora.
Ahora toca pensar en el Amorebieta y en Lezama. Y en esas anda José Alberto, en darle la vuelta al asunto. Y en encontrar sustituto para Íñigo Vicente, que se va a perder el partido después de ver su quinta tarjeta amarilla ante el Valladolid. Tampoco estará Andrés Martín, al que todavía le queda por cumplir un partido de sanción tras ser expulsado ante el Cartagena; y el asturiano cuenta con las dudas de Mantilla y Arana, que se probarán en los entrenamientos esta semana para ver si son capaces de llegar al encuentro. Si las dificultades ayudan a ser mejores, el Racing tiene una magnífica oportunidad para despejar dudas y volver a ser el que era. O al menos empezar a serlo.
Algunos se acordarán de aquel famoso anuncio de la década de los ochenta en el que Carmen Maura repetía aquello de «tacita a tacita» y en el que con los céntimos que se ahorraba usando la marca 'Monky' para el café de su marido en lugar de la que usaba habitualmente, podía comprarse un Rolls-Royce. Vamos, que poco a poco se llena la saca. Y eso mismo hacía el Racing. Punto a punto iba alejándose del descenso y acercándose a la permanencia. Y en eso debe centrarse otra vez. «Tacita a tacita» o de tres en tres, lo importante es aumentar el colchón y escalar en la tabla.
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