Una cuesta no tan pindia para el Racing

Sí, Las Palmas. Y sí, los isleños no pierden su primer partido del año desde 2017. Fue frente al Atlético de Madrid en Copa del Rey (0-2) cuando estaban en Primera División y Quique Setién se sentaba en el banquillo. Casi nada. Y seguramente querrán que siga la racha, por supuesto, pero no se puede olvidar que cuando los de Pimienta estuvieron en septiembre en los Campos de Sport no pasaron del empate (0-0) y el Racing, que era vicecolista, desaprovechó sus oportunidades y sufrió la expulsión de Pombo –justa en esa ocasión–, tuvo que defender el punto tirando de orgullo. En los último minutos se sufrió ante los canarios, pero a base de casta y de no bajar los brazos el punto se quedó en casa. Si en esas circunstancias se pudo, al Racing no le queda otra que tratar de repetir fórmula. La del coraje, claro, porque futbolísticamente todo apunta a que lo que se verá sobre el campo va a ser muy distinto.

José Alberto buscará la tecla para intentar dejar atrás la fina línea que separa a los verdiblancos del descenso. Y eso pasa, como ya ha comentado el propio entrenador y también algunos jugadores, por cambiar el estilo que el Racing solía usar hasta ahora. Año nuevo, pizarra nueva. Eso es lo que ha debido pensar el míster asturiano, que en realidad ya maduraba la idea desde que se sentó por primera vez en el banquillo verdiblanco ante el Cartagena. Presión alta y más descaro. Si logra robar el balón más arriba, el equipo está más cerca de hacer goles, eso está claro. Y precisamente eso es lo que le hace falta al Racing, meter goles. Ya sean de cabeza, de fantasía, de chilena, bonitos, feos, de empujar... Da igual. El caso es marcar y poder sumar los tres puntos. Esos que los de José Alberto necesitan para poner tierra de por medio entre el equipo y la zona de descenso.

En el estadio de Gran Canaria el asturiano no contará ni con Medina, que todavía se está recuperando de su lesión muscular de grado II en el bíceps femoral de la pierna derecha, ni con Bobadilla, que será operado a causa de una luxación en el hombro derecho el próximo día 11. Aunque el riojano no ha jugado ni un minuto en lo que va de temporada. Ni con Romo, ni con José Alberto.

Después del viaje a Las Palmas toca lo que puede casi casi considerarse un derbi. El Sporting visitará El Sardinero el sábado 14 y el Racing, que necesita hacerse fuerte en casa, ya sabe además lo que es ganar a los asturianos este curso. Ya lo hizo en la primera vuelta (0-2) y cuando más lo necesitaban los cántabros. Porque después de la traca que el equipo había quemado en Tenerife, esos tres puntos fueron el bálsamo que pedían a gritos las heridas racinguistas.

Si el camino de la permanencia pasa por El Sardinero, los de José Alberto no pueden hacer concesiones en su estadio y frente a su afición. Y esta es una buena ocasión para demostrarlo, el primer partido como local del equipo en la 'Era José Alberto'.

Luego toca hacer la maleta de nuevo. Eso sí, el viaje es cortito. De los de unas pocas horas, apenas dos, en autobús, que es lo que se tarda en llegar a Mendizorroza desde Santander. Allí les espera el Alavés, y nadie discute que ahí el Racing tendrá que picar piedra, que la roca vasca es de las duras. El equipo de Luis García Plaza es quinto con 34 puntos, y quiere estar aún más arriba; pero igual que Las Palmas, el Alavés, que era colíder cuando pisó El Sardinero en noviembre, solo se llevó un empate (1-1) y al Racing le anularon dos goles y no le señalaron un penalti a favor.

Enero termina para el Racing con la visita del Tenerife a los Campos de Sport el fin de semana del 28-29. Y ahí el equipo solo puede ir a mejor, porque, francamente, hacerlo peor que en el partido de la primera vuelta es imposible.