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El Racing vuelve a los Campos de Sport, a su casa, a donde mejor rinde, un mes después. Y lo hace ante un Cartagena que «viene en buen momento, con nueve puntos de los últimos quince». Un duelo que vaticina «muy complicado, porque viene jugándose ... la vida y esos equipos son siempre muy peligrosos». Pero mirando hacia dentro, lo que tiene claro el entrenador verdiblanco, José Alberto, es que sus hombres deben «demostrar que después del tropiezo de Eibar queremos retomar la buena senda. Ser otra vez un equipo intenso, atrevido y que tiene claro a lo que juega».
Además, sobre el cuadro murciano destacó que se trata de un equipo «muy peligroso en centros laterales y a balón parado. Tiene mucho poderío en acciones aéreas», por lo que «tendremos que estar muy atentos en esas acciones».
La principal novedad de la semana ha sido la llegada de Roko Baturina. El técnico asturiano afirmó que, «antes de su llegada, yo no he hablado con él». «He dado mi opinión cuando Mikel -Martija- me lo planteó y di el visto bueno», agregó. José Alberto valoró que el croata, «el año pasado estuvo aquí y estuvo contento». Lo que sí reconoció es que «en verano sí que hablé mucho con él, de cara a intentar mantenerle en la plantilla». Ahora «viene a aportar competitividad y características diferentes a la delantera», en lo que el míster calificó como «una incorporación de calidad para el mercado de invierno, porque conoce lo que queremos, la plantilla y la ciudad. La adaptación será rápida y de rendimiento inmediato y en el mercado de invierno no es fácil acertar».
Cuestionado sobre su continuidad, aunque no aportó nada nuevo, sí que confirmó que «puede estar cerca, pero eso es cosa de mis agentes». «Ya lo he dicho muchas veces. Ellos quieren que continúen, yo quiero continuar y se está negociando», añadió.
Rememorando la derrota en Ipurua, el asturiano dijo tener «una sensación en directo y después de ver el partido, hay cosas que se confirman y otras que no me gustaron». «No me gustó el partido, no estuvimos cómodos con balón, no fuimos nosotros...», afirmó. Aún así, intentó sacar la lectura positiva: «No siendo nosotros y haciendo un mal partido, estuvimos siempre dentro del mismo, hasta el minuto 80, hasta el penalti». Pero insistió en que «tenemos que ser nosotros, respetar lo que hacemos y cada jugador mostrar su mejor nivel. Ese es el camino. A nivel colectivo, sabemos lo que tenemos que hacer. Si a nivel individual no llegamos al 7 u 8 de intensidad, concentración, va a ser difícil ganar partidos». Un aviso a navegantes de cara al domingo, porque «el partido que nos viene es muy difícil, ante un equipo que se esta jugando la vida, con grandes jugadores. Como no contagiemos a la afición, va a ser realmente dificil. Que conecte a la grada rápido. Nos va a empujar como siempre hace, pero nosotros somos los que tenemos que alimentar eso».
Con la llegada de Roko Baturina y el rendimiento de Arana, la opción de jugar con dos delanteros «me la puedo plantear, y también a quien quitamos». «Dependerá del partido, del momento, de lo que vayamos viendo en cada situación. Busco potenciar las características de nuestros jugadores», analizó, antes de reconocer que el 4-2-3-1 no es mi sistema preferido, pero sí el que creo que nos da más equilibrio para que nuestros jugadores diferenciales aparezcan más veces. Pero no es inamovible«, aseguró.
El asturiano insistió en que no hay diferencia entre el Racing de casa y el de fuera, pese a que los números digan lo contrario. «Como todos los equipos de la categoría. Si queremos hacer un trauma de que el equipo tenga peores números fuera de casa, es que en casa son difíciles de mejorar», comentó. «Debemos tener más regularidad, es evidente, pero es lo normal. Lo que no es normal, porque es extraordinario, es lo que el equipo está haciendo en casa. Que los puntos sean en casa o fuera de casa, me da lo mismo», agregó.
Y puso de ejemplo el partido de Eibar: «El otro día el Eibar no intentó jugar ni una sola vez. El equipo no es más valiente en casa o fuera de casa. Depende del rival. Si el rival no juega, no puedes robar. Nosotros proponemos lo mismo. No cambiamos nuestra manera de ver las cosas por jugar en casa o fuera. Solamente matices, pero la idea es la misma». Sí que valoró como diferencial «el efecto ambiental de jugar en nuestra casa; todos lo deseamos». «Llevamos desde el 19 de diciembre sin jugar en El Sardinero. Siempre que lo haces ahí, independiente de lo que pase, tienes esea sensacion de estar cómodo, feliz. Fuera, la afición empuja a su equipo». En definitiva, «¿cómo podemos mejorar? No lo sé, porque nuestra propuesta es la misma. Por suerte, nosotros en casa somos un equipo fiable».
Por último, de vuelta al tropiezo de Eibar, el técnico afirmó que «fue un tema colectivo. No de los quienes. No estuvimos bien ubicados. Ipurua también es un campo difícil. Y hubo mérito del rival. Que juega, tiene sus ideas y te pone en dificultades. El Eibar hizo un gran partido a nivel defensivo, pero con lo que nosotros hicimos también facilitamos lo que sucedió».
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