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La solidez defensiva del Racing roza la perfección. Una de las grandes noticias de este equipo es precisamente el muro que los racinguistas han sido capaces de construir en torno a Iván Crespo y ante el que chocan irremediablemente su rivales. Aunque el de ... Viveda también tiene gran parte del mérito. Es una pieza fundamental en el Racing. Un cerrojo para la portería verdiblanca y hasta ahora casi ninguna llave ha sido capaz de doblegar esa cerradura. Y eso que mantener la portería a cero no es tarea fácil, pero para Crespo esa regla no vale. El Racing lleva los últimos cuatro partidos sin que le endilguen un solo tanto.
Uno de los pilares de cualquier equipo campeón es el portero y Rozada tiene a uno de los más solventes. El meta es el menos goleado de su grupo con una sola diana encajada en las cinco primeras jornadas. En total 436 minutos imbatido. El último que logró romper su barrera fue el jugador del Portugalete, Thaylor, en el minuto catorce de la primera jornada de Liga. Y por si fuera poco, Crespo se ha convertido en el portero menos goleado de Primera, Segunda y Segunda B. El cancerbero más fiable de los 144 equipos que conforman las tres categorías junto a los metas, Germán, del Ibiza -que además ha disputado seis jornadas en lugar de cinco-, y de Carlos Abad, el portero del Deportivo.
Con estos números el Racing de Rozada ha logrado mejorar al de Iván Ania, que a estas alturas, en las primeras cinco jornadas de la última temporada en Segunda B, había encajado tres goles. Y a pesar de las probaturas y los cambios de dibujo en la pizarra del míster asturiano, la solidez defensiva se ha mantenido persistentemente. Permanece inmutable. Incluso a pesar de las lesiones, como la que ha sacado a Jordi Figueras de la ecuación momentáneamente. Y eso es una señal de que el equipo transita la autopista indicada y el peaje es el esfuerzo diario. Otra de las tildes de este Racing que a veces se pone el disfraz de broker y encuentra la máxima rentabilidad a sus acciones.
Rozada ha tenido que adaptarse. Hasta ahora los tres zagueros (Matic, Figueras y Gil) eran el trío encargado de salvaguardar las espaldas del equipo. Armaban una retaguardia sólida y contundente que ofrecía garantías. Pero al sistema de tres centrales y dos carrileros, para propiciar la profundidad por las bandas, que utilizó en el tramo inicial de la temporada -ante Portugalete, Bilbao Athletic y Alavés B- se le cayó una pieza fundamental: Jordi Figueras. Por veteranía, por saber hacer y por contundencia la misión del catalán en el Racing está clara: organizar una defensa de garantías. Y mientras ha estado sobre el campo ha cumplido con creces. Pero el central se lesionó durante un entrenamiento y el técnico asturiano reorganizó el escudo en torno a la portería de Crespo.
Ante Laredo y Barakaldo pasó a una zaga de cuatro jugadores y la nueva fórmula, lejos de ser un parche circunstancial, también resultó ser una apuesta ganadora. Todo en orden. Matic y Óscar Gil son otros dos fijos. El navarro es serio, solvente y por ahora no está cometiendo errores. Mientras que con su 1,94 el croata suma fortaleza en el juego aéreo y también en la salida de balón, donde arriesga con conocimiento.
Pero por mucho que Matic aporte su granito de arena gracias a su envergadura, el talón de Aquiles de la defensa queda al descubierto en los campos de dimensiones más reducidas. Tanto en los córners como en los saques de banda que se pueden convertir en saques de esquina. Ahí los de Rozada sufren con el juego aéreo. Y a veces más de la cuenta, como ocurrió en el derbi cántabro ante el Laredo. En San Lorenzo el Charles hizo que el Racing las pasara canutas, sobre todo a costa de los laterales. Y eso es precisamente lo que los verdiblancos tendrán que evitar mañana en Sarriena (19.00 horas) frente al Leioa. En un campo pequeño y ante un equipo con un fútbol directo.
Los de Rozada visitan al equipo vasco sin apenas tiempo de descanso en una semana que bien podría ser su pequeño Tourmalet. Después de recibir al Barakaldo en El Sardinero el pasado sábado los cántabros tienen por delante dos salidas: la primera a Sarriena y la segunda, el domingo, a Zubieta, ese campo ya maldito en la memoria de los racinguistas, para medirse a la Real Sociedad B.
El choque de mañana, que se debería haber jugado el pasado 7 de noviembre pero tuvo que ser aplazado por un caso positivo de covid en el equipo local, es una nueva reválida para los de Rozada. Están convencidos de saltar al terreno de juego con hambre y vocación de triturar al rival, 'erre que erre' en su afán por conseguir esa primera plaza que da el pasaporte a la siguiente fase y después, si todo va bien, al ascenso. Se trata de sortear cuanta zancadilla se atraviese en su camino. Por su parte, los vascos pondrán a prueba la muralla verdiblanca. Y lo cierto es que necesitan franquearla. Hasta ahora los de Iker Bilbao solo han marcado un gol. Salió de las botas de Morante precisamente en Sarriena ante el Bilbao Athletic, en un choque que acabo en empate.
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