Santander celebra el ascenso

Bueno, en realidad, lo de que Ania sacará a los mejores es relativo. Porque el escenario no es un escenario cualquiera. Son Malferit no es un campo de fútbol. Allí se juega a otro deporte. Y el técnico verdiblanco tendrá que elegir a los que mejor se adapten a las extremas condiciones que se va a encontrar en el feudo del Atlético Baleares. El calor y la humedad parecen lo menos importante en un terreno de juego de pequeñas dimensiones y con terreno de hierba artificial que hace que el balón ruede como lo haría en cualquier patatal de Valderredible.

Además, Ania deberá tener en cuenta el estado físico de dos futbolistas que se antojan claves, por sus características, para la batalla que el Racing se va a encontrar en tierras baleares. El estado de Ritchie Kitoko y Jordi Figueras es una auténtica incógnita. Quizá no lo sepan ni ellos mismos. Si están bien, deben jugar. El congoleño en el centro del campo y el catalán en el eje de la zaga. Innegociable. El músculo de uno, el liderazgo del otro y el potencial en las alturas de ambos les convierte en idóneos. Pero salen de sendas lesiones y, con los antecedentes de problemas musculares de los dos, tal vez sea un riesgo que obligue a llevar a cabo algún cambio antes de lo previsto. Aunque también es verdad que si hay un momento en el que arriesgar, debe ser éste.

Pase lo que pase con Figueras, el fijo en la defensa es Olaortua. El vasco se ajusta bien a este tipo de juego. Y la línea de atrás verdiblanca tiene un compromiso complicado con tanto pelotazo que va a recibir y con la altura de los delanteros que tendrá delante. Buñuel y Julen Castañeda serán los laterales. Aunque también existe la opción de que el míster traslade a Olaortua a la banda derecha para dar entrada a Óscar Gil en el centro y dar aún más potencial aéreo a su defensa.

Si Kitoko está a tope, todo apunta a que Ania optará por un doble pivote con el congoleño y Mario Ortiz. Si el africano no está para la titularidad, será Sergio Ruiz el compañero del centrocampista santanderino. En un campo como éste, Rafa de Vicente y Quique Rivero parecen relegados al aburrimiento del banquillo. Y en las bandas, Nico Hidalgo es insustituible, y por la izquierda, Cayarga, Enzo Lombardo o Cejudo se juegan un puesto. El asturiano tiene como argumento sus lanzamientos a balón parado, el francés su regate imposible y el cordobés su experiencia y calidad.

Precisamente el andaluz también podría ser titular en la mediapunta. El puesto estará entre él y Noguera. Ania tendrá que decidir. Salvo que al entrenador verdiblanco le dé por cambiar el sistema y decida jugar con dos delanteros. No parece demasiado probable, pero el míster racinguista siempre tiene alguna sorpresa guardada en cada alineación.

Mientras tanto, en Son Malferit andan a lo suyo. Saben que el ascenso se jugará con las reglas del Atlético Baleares. Y eso les tranquiliza, aunque les coloca también en una supuesta condición de favoritos que puede traer presión. Manix Mandiola no piensa cambiar ni un ápice el modo de proceder que le ha traído hasta aquí. Pelotazo. Eso es lo que trabajó el pasado jueves durante hora y media. Tan simple como eficaz. Y tan complicado de frenar para un equipo hecho de otra pasta como el Racing.

El entrenador local cambiará de sistema. En casa se pasa al clásico 4-4-2. Rovirola pierde su puesto en el once titular para dar entrada al espigado Nuha, máximo goleador del conjunto balear con diez tantos esta temporada y 193 centímetros de estatura. A su lado, el 1,86 de Marcos.

La otra modificación, en este caso obligada, con respecto al choque de los Campos de Sport, será para sustituir al lateral izquierdo Peris, expulsado en el partido de ida. Tiene dos opciones, o coloca a un futbolista específico como Guasp, o traslada a Rubén a la banda e introduce a Vega en el centro de la zaga. Al final, todo son conjeturas. Da igual quién juege, lo importante es ganar, ganar y volver a ganar. No hay otra.