El desastre que viene dejará diez náufragos

Sin embargo, sea como fuere, el club -salvo milagro- debe ir estudiando qué es lo que pretende ya que se aproxima el momento de tomar las decisiones más importantes de la temporada ¿Quién se encargará de construir la plantilla? ¿Qué jugadores deben continuar? ¿Quiénes deben salir? ¿Qué profesionales deben ser los responsables del proyecto? ¿Qué papel tendrá a partir de ahora la cantera? Muchas preguntas sin resolver todavía.

Nadie quiere oír la palabra descenso, pero sólo los necios evitan su destino. El Racing, a diez puntos de la salvación e incapaz de ganar a nadie no sólo no se ha acercado tras el confinamiento al sueño si no que se ha alejado -de siete a diez-. Por eso, a un año vista, el club debe pensar en quién acometerá el regreso a la Segunda División. En apenas cuatro días finaliza el contrato del director deportivo, Chuti Molina, a quien el más que posible descenso le desvincula de la entidad -al margen de que su continuidad estaba muy complicada- y con su salida el Racing se queda descabezado deportivamente.

La contratación de alguien que planifique la parcela deportiva es urgente. Actualmente, salvo 'Cali' Trueba, el club no tiene a nadie que asesore en este apartado sobre qué hacer y hacia dónde dirigir los esfuerzos. En cuanto a la plantilla del primer equipo, entre los que finalizan contrato y los que acaban sus cesiones, 18 futbolistas se marcharán en cuanto se jueguen las siete jornadas de Liga que quedan por disputar. Tan solo permanecerán, pase lo que pase, diez jugadores -salvo que se llegue a un acuerdo bilateral de rescisión de contrato-: Jordi Figueras, Alexis Ruano, Álvaro Cejudo, Mario Ortiz, Ritchie Kitoko, Abraham Minero, Lucas Díaz (portero), Nico Hidalgo, Sergio Ruiz y Jon Ander. De ellos, los seis primeros superan los 30 años y mientras que algunos han demostrado que la edad no les impide seguir rindiendo a un nivel alto, otros en cambio no lo han dejado tan claro y las lesiones y la irregularidad han demostrado que su rendimiento no ha sido el esperado.

En principio, el castigo de volver a Segunda B y el peso de regresar al fútbol profesional recaerá en ellos seis y en los cuatro más jóvenes: Nico Hidalgo, Lucas Díaz, Jon Ander y Sergio Ruiz. Todos a excepción de este último tienen una temporada más firmada y sólo el de El Astillero tiene dos, tras la ampliación de contrato que selló la pasada campaña tras demostrar su salto de calidad. La entidad necesita una secretaría técnica que decida si cuenta con todos ellos para el proyecto de ascender y si no, acometer cuanto antes unas difíciles negociaciones para dar salidas. El Racing en Segunda B seguirá siendo un equipo atractivo y con ello, no le será difícil convencer a los jugadores para recalar en Santander, ahora bien el tiempo pasa y este año todo estará más comprimido, aunque precisamente la Segunda B no comenzará hasta octubre.

Quedan siete jornadas para una hazaña inédita. Luego abandonarán el equipo los cedidos Luca Zidane, David Carmona, Manu Hernando, Moi Delgado, Ari Nkaka, Dani Toribio, Borja Galán, Papu y Enzo Lombardo, algunos con más gloria que otros. También lo harán si no se abordan sus renovaciones Iván Crespo, Iñaki Olaortua, David Rodríguez, David Barral, Nando García, además de Guillermo, que sólo renovaría si se lograse la salvación. Mención aparte tienen Rafa Tresaco y Javier Siverio, quienes también quedan libres y el Racing aún no se ha acercado a ellos para ofrecerles la continuidad pese a que la Segunda B sería una categoría donde, a priori, tendrían un hueco. Al no existir una persona en quien recaiga el poder de decisión, existen muchos frentes abiertos. Uno de ellos responde a la falta de interés -al menos desde fuera- por retener a Javi Siverio, que ya le ha comunicado al club que no prorrogará su relación para jugar con el filial el play off de ascenso, pero que no se ha pronunciado sobre si aceptaría una posible ampliación de contrato para jugar con el primer equipo. El delantero canario ha marcado 24 goles en Tercera División.

Pero no sólo es la parcela deportiva la que hay que planificar, también el peso de la cantera, el organigrama, cuerpo técnico e, incluso, las aspiraciones aunque dada la inversión y los esfuerzos de los actuales propietarios sería una sorpresa que el club no apostara por un proyecto ambicioso. En resumidas cuentas, el 'marrón' de jugar en Segunda B y de volver a empezar por el momento recae en una decena de futbolistas, el resto se irá; algunos con la conciencia tranquila y otros con un hormigueo extraño en el cuerpo.