Jorge Pombo: «Tenemos que ser más determinantes»

-¿Qué le pasa a este Racing que no mete un gol?

-Qué te voy a decir, ¿suerte? Pues no. Hay que ser más determinantes y meter las que tienes. El otro día se da la casualidad de que ellos tampoco las meten. Estuvo Miqui -Parera- muy acertado, pero son cosas que pasan. Está claro que no todos los días van a ser así. No es normal tener tantas y tan claras.

-¡Y la de Juergen al larguero! Ver para creer...

-La de Juergen fue clarísima. El que la tiene es el que la tiene que meter y sólo él lo sabe. Al final, 0 a 1 y te vas contento a casa.

-¿Hay alguna explicación?

-Lo único es que no estamos siendo tan determinantes. Llegará un día en que las tengan los contrarios y las meterán porque hay jugadores que tienen olfato de gol y la meten.

-Lo que parece que sí ha cambiado es la mentalidad.

-Sí. Si te pones desde los últimos cinco partidos y has ganado uno, dos empates y una derrota. Tienes que darte cuenta de que acabas de ascender y necesitas un tiempo de adaptación, con gente nueva. Poco a poco estamos encontrando esa sinergia que nos vendrá muy bien para cuando lleguen los momentos de presión.

-¿Esta categoría trae muchas sorpresas?

-Hay muchos equipos como el Levante, o el Zaragoza, que viene ahora, o el Málaga, que ha hecho un proyecto enorme, que están ocupando puestos que no deben. El Racing va por buen camino, el de estar tranquilo y hacer su partido. Y el de aprovechar el momento cuando llega.

-Están en ese momento en que están deseando jugar ya, ¿no?

-Al final, no somos equipos que juguemos ni Champions ni Eurpa League y es complicado. Tenemos ocasiones y los partidos se están poniendo de cara a pesar de no tener la posesión, pero ese es nuestro juego.

-Desde el césped, ¿cómo se vio la jugada de la expulsión de Juergen?

-Él aplaude porque se va por la zona de los del Racing. Eso es lo que vemos. El árbitro le saca la roja y no sé porqué. Sólo sé lo que dice Juergen y no sé más. No tiene porqué mentir.

-Y lo que pasó después en los banquillos, eso sí que se debe evitar...

-El partido estaba muy loco; hubo una roja a Aldasoro; es un estadio con mucha gente, que vive el fútbol, últimos minutos... Te lo digo yo, que soy de sangre caliente, pero hay que tener otra cosa. Juergen no tiene porqué mentir.

-Juega usted mañana con el Zaragoza, el equipo donde se formó.

-Es especial y me será algo difícil. Ha pasado tiempo, pero sigo siendo zaragocista. Veo los partidos siempre que puedo, lo sigo y hablo con compañeros y sé que será especial y bonito.

-Vaya partido el de mañana. Lástima que sea en Segunda, ¿no?

-Son dos equipos que tienen una afición muy grande detrás. Es un duelo que pinta a Primera, pero los dos tienen que hacer las cosas bien para volver. No hay que tener mucha prisa; el Racing lleva años en Segunda B y el Zaragoza en Segunda y hay que pensar más en el presente y no tanto en el pasado.

-Y usted, ¿qué tal lo lleva? Parece que está muy a gusto en el Racing.

-Un jugador necesita confianza y continuidad. He venido a un buen lugar para sentirme importante y eso me está pasando; el míster y los jugadores me lo están dando y estoy muy a gusto.

-El Racing necesitaba un jugador que la pida cuando no la quiere nadie. Parece que con usted lo ha encontrado.

-En eso nunca me escondo. Más allá de eso, estamos haciendo un buen equipo, prácticamente cada día nos congeniamos mejor.

-Es un mediapunta al uso...

-En esa posición siempre me he encontrado bien. Creo que entre líneas me sé mover y girar rápido y creo que ahí lo estoy haciendo bien.

-¿Le va a tocar sufrir al Racing?

-Eso como a todo el mundo. Hasta la última jornada tocará estar atento. Pero no tiene porqué ser así, lo mismo te puedes salvar cinco jornadas antes.

-El Racing se quedó nada menos que sin Pablo Torre y llegó a esa mediapunta...

-Pablo Torre es un jugador muy bueno; ya sabéis de él, está en un equipo muy grande y yo debo hacer mi papel. Cada jugador es diferente.

-¿Cree que Santander es ese sitio en el que a usted le van a salir las cosas de una vez?

-Sí. Para eso he venido. No me lo pensé ni un poco cuando me ofrecieron venir.