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Fuera del fútbol profesional hace mucho frío. Ycon el Racing malviviendo en la tercera categoría del balompié nacional, la hipoteca es cara y los ingresos mínimos. Si llega a fin de mes –o de temporada, en este caso– es por el préstamo de inyección ... continua del Grupo Pitma. Así, en medio de la situación de pandemia, restricciones y dificultades económicas, la deuda del club verdiblanco con su máximo accionista creció en el ejercicio 2020-2021 casi tres millones de euros. En concreto, 2.916.506,81, para dejarla, a 30 de junio, en 19.007.991,60 euros. Todo ello según las cuentas que el Consejo de Administración presentará en la Junta de Accionistas del próximo 27 de noviembre.
Una cifra a devolver a través de dos líneas de crédito al 4% y al 9% de intereses . En concreto, se trata de «préstamos a largo plazo, con dos años de carencia y pago posterior en ocho años, referidos al cierre del ejercicio 2018-19, a tipos de interés de mercado». Estas cantidades, lógicamente, van a aumentar la deuda global racinguista, pero además de permitir el funcionamiento diario del club, también ha conllevado que el endeudamiento sea con el máximo accionista y no con la Agencia Tributaria –como era hasta junio de 2019–, que apremia el pago hasta poder asfixiar.
El Grupo Pitma lleva a cabo este préstamo a través de dos empresas creadas ex profeso: Management and Professional Sports Development SL y Retlaw Cantabria SL. La primera de ellas, con la que Alfredo Pérez y Pedro Ortiz controlan el 75% del accionariado del club, ha prestado al Racing 17.759.838,11 euros. La segunda ha inyectado 1.248.153,49 euros a las arcas de la entidad racinguista.
Lógicamente, estas aportaciones ni son a fondo perdido ni le saldrán gratis al Racing en el futuro. Por eso se llaman préstamos. Al Grupo Pitma estas líneas de crédito le han supuesto, en el ejercicio 2020-21, unos intereses a cobrar de 670.162,46 euros –a lo que hay que añadir lo de los tres cursos anteriores hasta los 1,6 millones de euros–. Pero hace tiempo que este club vive en el ahora y lo que tenga que llegar, ya vendrá. Con sobrevivir tiene bastante.
Con el breve paréntesis de la temporada 2019-20, en Segunda División, que además tuvo la irrupción de la pandemia en marzo –sólo el dinero devuelto a los abonados por ese periodo supuso más de 600.000 euros de ingresos perdidos para el club–, el Racing en la tercera categoría del fútbol español, llámese Segunda B o Primera RFEF, es un auténtico agujero negro. O rojo, como sus números. Por eso, la actual deuda del Racing con el Grupo Pitma va a seguir en aumento. Porque sin el dinero prestado por los empresarios torrelaveguenses el club no es capaz de respirar.
Si en la 2020-21 aumentó en casi tres millones de euros la cantidad adeudada a su máximo accionista, aún habiendo percibido 1,8 millones de ayuda al descenso, esta temporada, sin ese importante apoyo económico el presente ejercicio se va a hacer aún más cuesta arriba.
Y es que la Primera RFEF va a traer más gastos, pero no tantos ingresos como se preveía. Es una categoría 'profesional', pero sólo a veces. Porque el desencanto general en El Sardinero y la pandemia, de momento, son más fuertes que el atractivo para muchos aficionados que, directamente, han pasado de sacar el carné de abonado. Si el equipo sigue en la parte alta, quizá alguno más se anime para el 'black friday' o de cara a la segunda vuelta, pero aún así será tiempo y dinero perdidos. Además, los partidos más atractivos de la campaña tradicionalmente, los del play off, se disputarán esta temporada en sede neutral. Adiós a las taquillas más importantes.
Lo que sí han aumentado son los gastos en desplazamientos con la puesta en marcha de esta nueva competición. Galicia, Extremadura, Madrid... El pasado curso todos los viajes de la Liga regular fueron en el día. Ahora unos cuantos requieren de noche de hotel.
Mientras tanto, el club ha perdido dos de los ingresos más importantes que podía prever. Por un lado, el de los derechos audiovisuales. La Federación Española anunció la Primera RFEF como una competición profesional y tenía previsto vender los derechos de retransmisión por 15 millones anuales y finalmente se ha tenido con conformar con la oferta de Footters, de 9.490.000 euros anuales a repartir entre 40 equipos. Así, el Racing en su presupuesto para la próxima temporada tiene previsto el ingreso de 380.000 euros por este concepto.
La otra pérdida es mucho más cercana. El bochorno de la derrota contra el Leioa tuvo, así de forma directa, una consecuencia de 12.000 euros menos para las arcas. Una cantidad que podría crecer en 30.000 más en caso de haber alcanzado la final de la Copa Federación o de 90.000 con un hipotético título. Eso y lo que no llegará a través de la visita de un equipo de Primera División en la Copa del Rey. ¿50.000? ¿100.000? ¿200.000 euros? Difícil de cuantificar.
Con estos bolos así pinados, esta temporada se antoja clave. El ascenso podría reequilibrar la situación económica del Racing, pero otra temporada más en el agujero puede ser muy peligrosa. Racing y Pitma están amarrados por una cadena. El club depende de su máximo accionista y los empresarios tienen demasiados huevos puestos en la cesta como para marcharse y dejarlos ahí. Y a ver quién les repone lo que han sacado de la billetera en una posible compra. Pero después de cuatro años en los que los cuartos se van por el sumidero, alguien se puede cansar.
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