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Llega sonriente a su cita con El Diario. En realidad nunca se le ha borrado la sonrisa y parece mentira que haya sido así durante ... los más de diez meses que se ha tirado sin aparecer en una alineación. Su nombre estaba en el once inicial que jugó ante Mirandés. «Tenía ciertas sospechas durante la semana y me hice alguna ilusión, pero no me lo creía», confiesa Jon Ander. Ser uno de los titulares del equipo ha sido para el vasco el último peldaño de la escalera. «Hemos ido dando pasitos; un día podíamos correr y otro jugábamos cinco o quince minutos, pero el jugar de inicio ha sido la confirmación de que sí, de que vuelvo a ser yo».
Sus dudas, sus miedos... Desaparecieron. «Me encontré mucho mejor de lo esperado. Quería saber si podía ir a las disputas, si no había perdido nada... Y la rodilla ya está bien. Ni me molesta ni me acuerdo de ella. Carpetazo». Sus palabras son convincentes. Apoya las frases mientras muestra el puño cerrado como si quisiera darle más contundencia a lo que dice. Y es que precisamente ahora que ve más cerca recuperar la identidad, su nombre suena como una de las posibles salidas en el mercado de invierno. El delantero se muestra tranquilo y niega que alguien le haya comunicado que el club quiera sacarlo en enero. «A mí no me ha dicho nadie nada y yo estoy aquí... Después de diez meses he vuelto a jugar de titular y estoy centradísimo en el Racing y en hacer las cosas bien aquí. Luego ya Dios dirá. Tengo la cabeza puesta aquí y nadie me ha dicho nada», admite. Lo mismo que antes, sus palabras convencen. El futbolista ha pasado por la cara más gris del fútbol -las lesiones- y ahora que comienza a ver la luz abandonar el Racing sería romper con todo lo establecido. «Después de todo lo que vivido. Además el Racing fue quien apostó por mí y me quiero quedar aquí e intentar ayudar hasta donde ellos quieran», añade Jon Ander.
Aun así, el fútbol es muy caprichoso y el vasco lo sabe. Acaban de despedir a Nuha, el delantero que más partidos ha disputado en lo que va de Liga y es probable que pensara como él; con apenas 26 años, el fichaje del catalán con el Racing fue el principio de un sueño que tan solo le ha durado tres meses y quién no va a pensar que el próximo pueda ser él. Jon Ander no sólo escucha su nombre entre los que pueden salir sino que también aparece en la lista de los pretendidos de varios equipos, como la Cultural Leonesa. «El representante y yo no hemos hablado de ello. He ido poco a poco jugando; el mes pasado ya jugué minutos, el día 5 de enero jugué de titular, el 2 se abrió el mercado... Prefiero estar centrado y ayudar en lo que pueda», insiste el vasco. Quedan veinte días para que finalice el mercado de invierno y pase lo que pase, Jon Ander seguirá estando en aire. Serán días de tensión por la necesidad de ganar que tiene el Racing, pero también por la incertidumbre para muchos sobre su futuro.
No se esconde y reconoce que «no son nada buenos los números» de los delanteros del equipo. Con él, son cuatro los atacantes que tiene la plantilla -ahora uno menos, tras la marcha de Nuha-, y entre todos han marcado cinco goles. No quiere utilizarlo de excusa, porque «el delantero vive del gol», pero señala al estilo poco habitual con el que juega el Racing. «Chocan los números. El equipo tiene una forma de jugar que no es habitual con media puntas que no son extremos puros. Yoda lleva ocho goles; Lombardo tres y Cejudo cinco. Tiene que ver con la forma de jugar que tienen los media puntas, pero es obvio que necesitamos goles». Ni más ni menos. Por esa urgencia su continuidad está en el aire. Sus otros dos compañeros, David Barral y David Rodríguez, llevan ya muchas tardes de fútbol de élite tatuadas y Jon Ander las demanda. «Tengo muchas ganas. Cuando el año pasado salió todo bien, lo que queríamos era que llegase cuanto antes la temporada para soñar». Y los sueños se rompieron como suele hacer el fútbol. «No, no imaginaba estar así a estas alturas. Bromeábamos con hacer lo del Mallorca, pero no imaginaba estar tan abajo», confiesa.
Se pone serio, pero tan solo unos segundos muestra debilidad. «Seguimos vivos. Estamos a tres puntos de la salvación y eso son dos partidos mal contados. Una racha buena y ya está», insiste con el optimismo necesario para una situación tan delicada como esta.
A Jon Ander el destino le obligó casi a disfrutar del éxito en Son Malferit con las muletas en la mano y a arrancar la temporada entrenando en solitario, «una auténtica impotencia». Ha tenido una perspectiva muy diferente a la de sus compañeros. «Siempre he dicho que prefiero estar en el campo, que fuera se sufre mucho más. Desde aquí lo ves todo y no puedes ayudar y es malo para un futbolista», indica el de Vitoria. El delantero no sorprende a nadie cuando admite que «el equipo ha tenido muy mala suerte. Ha tenido partidos para ganar y se le han escapado de las manos y eso te va metiendo en una situación difícil». El pensamiento del delantero es el mismo que el de cualquier aficionado, pero «esto es lo que es. No hemos ganado apenas partidos, aunque hayamos empatado trece». Jon Ander no quiere verlo todo gris, ni mucho menos. Todo lo contrario. «Somos un equipo que a sus rivales les cuesta mucho ganar y eso en Segunda es bueno». No cabe la menor duda que resulta complicado ganarle al Racing, de hecho varios clubes de la parte alta de la clasificación no han podido, pero «dos victorias son muy pocas». No invierte el tiempo en analizar los aspectos negativos, más bien lo que trata en todo momento es de rodearse de «positividad». Es muy probable que esta actitud haya crecido durante su estado de convalecencia donde agarrarse a cualquier signo de optimismo era una batalla ganada. «Claro que sí. Le he dado muchas vueltas a la cabeza, tienes tiempo para pensar y muchas cosas. Lo importante es que seguimos vivos, que estamos muy cerca de la salvación y que queda mucho».
El próximo jueves llega precisamente ese «punto de inflexión» en el que la temporada puede irse a pique. «No es una final porque quedan veinte partidos, pero es el día en el que nosotros tenemos que dejar que la moneda salga cruz de una vez y frenar esa pequeña racha que ha cogido el Dépor. Depende de nosotros».
Ha llegado la hora del cambio. Y Jon Ander confía en que sea para bien. «Hemos hecho cosas bien y estoy seguro de que podemos darle la vuelta a la tortilla». El vasco ha vivido un master desde que llegó a Santander. Primero un ascenso y luego un cambio de entrenador que vivió con pena. «Lo que habíamos vivido con Ania quedará para toda la vida. Ya sabemos lo que es el fútbol». Sin embargo, el delantero tiene claro que «por muy mal que hayamos hecho las cosas estamos a tres puntos y eso es que todo puede cambiar».
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