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El discursito sobado y resobado del 'partido a partido' está muy bien para que los entrenadores le den un capotazo a los periodistas en las ruedas de prensa, pero en esto del fútbol, muchas veces, hay que ver y analizar más allá. Porque en ocasiones surgen contradicciones como la de este domingo. El Racing volvió a caer a posiciones de descenso. Eso es malo. Indudable. Obvio. Sin embargo, el punto arrancado de Las Palmas, frente al líder de la categoría es bien rico. Y valioso. Quizá no este domingo, pero sí mañana. Sobre todo, porque más allá de la unidad agregada a la clasificación, fue la confirmación de la mejoría de juego y ánimo del equipo de un José Alberto invicto en sus dos encuentros ligueros y con un balance de cuatro de los seis puntos posibles.
Al entrenador asturiano le han salido de la enfermería, con un lacito, dos futbolistas a los que llevaba tiempo sin ver su predecesor en el cargo:Cedric y Juergen –ambos suplentes en Gran Canaria, el colombiano sí tuvo rato y aportación–. Pero, además, el míster ha añadido una cara nueva al álbum de cromos racinguistas. Yeray ha entrado en la rueda para quedarse y este domingo el míster, con Íñigo Vicente tocado por el proceso gástrico que ha sufrido, le dio la titularidad al canterano en la banda izquierda del ataque. Una decisión valiente que, además, deja en una situación comprometida a otro cántabro, Marco Camus, que no tuvo minutos en Copa y ha visto cómo le adelantan en la jerarquía del puesto. La otra novedad del once fue la puesta en escena de Sekou Gassama en la delantera.
Las Palmas
Domínguez, Sergi Cardona (Sidnei, min. 89), Álex Suárez, Enrique Clemente, Fabio, Moleiro (Jonathan Viera, min. 60), Loiodice, Óscar Clemente (Álvaro Jiménez, min. 71), Marc Cardona (Andone, min. 89), Coco y Pejiño (Sandro, min. 71).
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Racing
Parera, Dani Fernández, Saúl García, Germán Sánchez (Pol Moreno, min. 87), Rubén Alves, Íñigo Sainz-Maza, Aldasoro (Juergen Elitim, min. 67), Mboula, Yeray (Íñigo Vicente, min. 56), Pombo y Sekou Gassama (Matheus Aiás, min. 56).
Eqipo arbitral Milla Alvendiz, asistido en las bandas por Tejero García y Ríos Vargas, todos ellos del Comité Andaluz. Cuarto: Madrid Martínez (Murciano); VAR: Vicandi Garrido (Vasco) y AVAR: Galech Apezteguía (Navarro).
Goles 1-0, min. 24: Pejiño. 1-1, min. 85: Pombo, de penalti.
Amonestaciones Amarilla a los locales Domínguez, Álvaro Jiménez y Sergi Cardona y a los visitantes Aldasoro, Dani Fernández, Parera, Matheus Aiás y Pombo.
Incidencias Estadio de Gran Canaria. Césped en buen estado en una tarde agradable. 22.494 espectadores.
Además de lo nominativo, el Racing cambió con respecto al triunfo de Cartagena la línea de presión. En bloque medio, que dicen ahora. Más a la expectativa. En cuanto a posesión, tampoco se notó mucho el cambio de entrenador. Yeray, que es un chaval atrevido y confía enormemente en su golpeo con la zurda, agarró un balón a unos 30 metros y se la jugó. Sin éxito. Fácil para Domínguez, pero la intención es lo que cuenta, dicen.
Porque en ese momento el líder pareció entender que este Racing mantiene el orden defensivo, pero además se ha afilado un poco –no mucho, tampoco se vengan arriba– el colmillo en ataque. Cree más en sus opciones. Fe. Mboula, tras un buen control, la puso atrás y Sekou Gassama remató defectuoso. Los canarios dominaban. Los cántabros daban la lata. Hasta el minuto 16, cuando Fabio González, desde Maspalomas, sacó un zapatazo que se marchó cerca del larguero.
Acto seguido se evidenció la mano del nuevo míster. Sekou Gassama lleva un gol en Liga. ¿Bajo rendimiento? En parte. Pero si no le llegan balones, a pedir milagros a La Aparecida. Para eso ha entrado Saúl García en las alineaciones. Un fantástico balón del de Vioño desde la izquierda iba teledirigido a la cabeza del catalán y sólo el oportunismo del central Coco evitó que el ariete verdiblanco ampliase su cuenta goleadora.
Hasta que la Unión Deportiva Las Palmas hizo patente la gran diferencia de talento en los metros decisivos. Pejiño le hizo un roto a un Saúl blandito dentro del área. Se busca prótesis de cadera. Y con una definición magnífica, puso por delante al cuadro canario. La capacidad de reacción de José Alberto y sus hombres, a prueba.
El tanto no tuvo efecto rebote. Más bien lo contrario. Al Racing le entró el miedo y su rival encontró la serenidad necesaria para hacer lo que le gusta: sobar la pelota, someter al enemigo y aburrir a las ovejas. Los verdiblancos, a la espera de una acción aislada. Mboula andaba fino, desbordó por la derecha y puso un centro genial al segundo palo, donde Pombo, en lugar de cabecear hacia la portería, devolvió la pelota al centro del área y la zaga acabó desbaratando.
A Mboula le ha pasado lo contrario que a Sansón. Se ha quitado las trenzas y se ha vuelto más todo, porque hasta este domingo había sido casi nada. El extremo realizó un fantástico control orientado hacia dentro a un buen cambio de juego de Pombo. Entró en el área, caracoleó y su duro disparo se lo tuvo que quitar de encima Domínguez para evitar el tanto racinguista. Qué delicioso habría sido ese goluco justo antes del descanso.
El Racing dio un ligero paso hacia adelante tras el intermedio, pero Las Palmas, con una fuerte presión, no dejó crecer a los verdiblancos. Además, a los de José Alberto les llegó el contratiempo de la lesión de Sekou Gassama, aquejado de un pinchazo en el muslo izquierdo. Así, el técnico asturiano sustituyó al catalán por Matheus Aiás y aprovechó la ventana para dar entrada a Íñigo Vicente en lugar de Yeray.
Llegó la cita nuestra de cada día con la ininteligible norma de las manos. Esta vez, para perjudicar al Racing. Un disparo de Pombo desde la frontal de Pombo se estrelló en las extremidades superiores de Enrique Clemente. Como la que sí le pitaron a Satrústegui en Ibiza en un centro lateral. Que sí, que el zaguero amarillo las tenía detrás de la espalda y no tenía intención, pero evitó que el balón se encaminase hacia la portería. Quien lo entienda que lo explique.
Entre unas cosas y otras, la vida siguió como si nada. Los minutos corriendo y el equipo cántabro incapaz ya no de generar peligro si no de ser protagonista en medio del monólogo dominador –y poco más– de una Unión Deportiva Las Palmas conformista –esa especulación le iba a pasar factura–. Quizá para cambiar ese sino José Alberto dio entrada al retornado Juergen Elitim en lugar de Aldasoro.
Seguramente no fuese la causa, pero acto seguido a la entrada del colombiano, el Racing tuvo dos. La segunda, buenísima. Faltó fortuna. Pombo se marchó en velocidad, pero llegó muy forzado al área y su tiro se marchó muy alto. Después, un pase atrás de Mboula lo remató de primeras Matheus Aiás y el balón se estrelló, de forma violenta, en el travesaño, pegadito a la cruceta. La mala suerte de casi siempre.
Si a José Alberto le ponen delante del banquillo de Las Palmas y le dicen 'coge al que quieras', quizá le habría costado decidirse. Mucho lujo. García Pimienta puso sobre el terreno de juego a Álvaro Jiménez, Jonathan Viera y Sandro. Y apretó las tuercas verdiblancas. Un duro disparo lejano del último de ellos volvió a poner a Parera en alerta. Sólo en alerta, porque el balón no encontró portería.
Saúl García puso un centro magnífico desde la izquierda que se paseó por el área y justo antes de salir por la línea lateral del rectángulo, Dani Fernández llegó rápido, listo, tocó la pelota y Sergi Cardona le arrolló. A Milla Alvendiz le llamaron del VAR. Tras mucha duda y aún más debate, el colegiado se fue a la pantallita y, cuando eso ocurre, todo apunta a que lo va a señalar. Se cumplió el tópico. Ahora el miedo del racinguista medio era pensar en que su equipo es muy de desperdiciar. Pero como Pombo es del Zaragoza desde chiquitito, no se puso ni nervioso. Bien tirado. Empate.
Con aparentes problemas físicos, Germán Sánchez fue sustituido por Pol Moreno. Se avecinaba un largo tiempo añadido y el puntuco en casa del líder era demasiado bueno como para dejarlo escapar. El cuarto árbitro reveló el añadido: ocho minutos, que al final iban a ser nueve.
Mboula estuvo a punto de estropear su gran actuación. Un balón perdido de forma absurda en ataque permitió una doble ocasión del cuadro canario que hizo peligrar el empate. Por fortuna, los canarios no tuvieron acierto. Como tampoco tuvo suficiente tino Jonathan Viera tras una fantástica maniobra dentro del área. A sufrir. Las Palmas tuvo más remates en cuatro minutos que iban de añadido que en el resto del encuentro.
Lo que quedaba, los de José Alberto lo gestionaron de manera impecable para llevarse un punto de la casa del líder. Que si bien no sirve de mucho en lo clasificatorio, es un botín importante en un feudo complicado. Y todo lo que sea sumar es vital. De aquí, hacia arriba. A ver la nueva cara de este equipo en los Campos de Sport.
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