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Prisa por ascender

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Roberto Ruiz

Prisa por ascender

Los Campos de Sport celebran un nuevo triunfo verdiblanco, con un gol en el primer minuto y con el sabor del retorno al fútbol profesional cada vez más cerca

Sergio Herrero

Santander

Sábado, 16 de abril 2022

Usain Bolt iba tan sobrado en ocasiones que siempre dejaba unas decimucas para citas que, además de la gloria, le apeteciese dar el máximo de su don. Ahí se dejaba la vida. En las demás competiciones, le daba para frenar un poco, mirar por el retrovisor y no tener ni que bajar el busto para cruzar antes la línea. A este Racing, aunque la ventaja le da para dejarse llevar, tiene demasiada prisa por sellar el objetivo. Ha costado mucho llegar hasta aquí como para ahora andar especulando. Hay prisa por ascender. Por eso este equipo no falla, no baja el ritmo y hasta solventa los compromisos por la vía rápida. Un gol en el primer minuto y que venga el siguiente. Así, hasta que el salto a Segunda División sea un hecho irrefutable.

Racing

Parera, Unai Medina, Satrústegui, Bobadilla, Pol Moreno, Fausto Tienza (Mantilla, min. 92), Íñigo Sainz-Maza, Soko (Marco Camus, min. 74), Pablo Torre (Borja Domínguez, min. 74), Arturo Molina y Cedric.

1

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UD Logroñés

Daza, Paolo (Arregi, min. 81), Rueda, Herrando, Fer Cano (Siddiki, 69), Aridane (Rodri, min. 49), Guarrotxena, Alfaro, Iñaki, Javi Castellano y David Ramos (Íñigo, min. 81).

  • Equipo arbitral Ramo Andrés, del Comité Aragonés, asistido en las bandas por Sanz Torcal (Aragonés) y Novoa Hernández (Asturiano).

  • Goles 1-0, min. 1: Fausto Tienza.

  • Amonestaciones Amarilla a los locales Bobadilla y Pablo Torre y a los visitantes Rodri, Javi Castellano y Herrando.

  • Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado, en una tarde fresca y con algo de niebla.

  • El público 13.721 espectadores en las gradas de los Campos de Sport. La buena dinámica y la cercanía del ascenso animan a sumar nuevos aficionados a los habituales.

Sin sanciones ni lesiones ni inoportunas convocatorias internacionales, alineación de gala. La tripulación titular de la 'Romoneta'. Reciten conmigo: Parera; Unai Medina, Satrústegui, Bobadilla, Pol Moreno; Íñigo Sainz-Maza, Fausto Tienza; Soko, Pablo Torre, Arturo Molina y Cedric.

Pero en la alineación racinguista había ayer unos cuantos más que esos. Los del banquillo, que también. Pero en la grada, además de los habituales impenitentes, los que se ven arrastrados por la ola del éxito y se acercan hasta los Campos de Sport a ver qué se cuece, porque hay ganas de fiesta después de dos años de tedio e incertidumbre. Hasta los racinguistas en el exilio aprovecharon el puente de Semana Santa para acudir al templo a venerar a su equipo. Porque el racinguismo barrunta que se viene algo bueno. No un ascenso de esos de la lotería del play off. Sorteo al cincuenta por ciento. Un regreso al fútbol profesional trabajado, merecido y por anticipado. Hay que finiquitarlo aún, pero si el Racing de Guillermo Fernández Romo deja escapar esto es para cerrar el chiringuito y dedicar el estadio a otros menesteres.

Alguno no había terminado de recitar el once verdiblanco. Otros, ni siquiera se habían sentado en su asiento, porque la tarde invitaba a previa pausada. Este Racing no está dispuesto a esperar a nadie. Tiene prisa por sellar el ascenso y adelantar las vacaciones. Un minuto y veintitantos segundos habían corrido en el videomarcador. Soko forzó un córner; Pablo Torre colgó y, tras un rechace, la pelota le llegó en la frontal al diésel del equipo. Al que saca la mejor nota en la evaluación continua. Fausto Tienza la pegó con el alma. Adentro. No hay tiempo que perder.

El Racing de 2021 habría guardado el 1-0 como el tesoro de Gollum. El actual ni se conforma ni deja prisioneros. Primero la tuvieron Soko y Cedric en una contra lanzada por Pablo Torre que terminó en saque de esquina. Posteriormente, Íñigo Sainz-Maza lo intentó con un disparo desde la frontal que no encontró portería. Pero la Unión Deportiva Logroñés no había venido a ver la segunda playa de El Sardinero y si Aridane no hizo el empate fue porque le falló la puntería. Lo tenía todo a su favor. Aunque El Sardinero fuese uno de los pocos puntos de Cantabria con niebla, el sol, ese al que tanto hacía referencia Manolo Preciado, brilla con fuerza para el equipo cántabro.

El partido entró en la zona de confort racinguista. Con los de Romo cómodos y el rival frustrado. Porque a los riojanos no les salía lo que intentaban y los cántabros permanecían a la espera de que uno de sus aceleradores metiese la quinta y el segundo en la portería contraria. Una volea de Guarrotxena que atrapó sin problemas Parera fue lo más parecido a una ocasión en ese rato que ni chicha ni limoná. No hubo más. Como mucho, una posible mano de Pablo Bobadilla ahí entre dentro y fuera del área que los visitantes protestaron pero que al colegiado no le hizo ni inmutarse. Al descanso se llegó con el 1-0. Bien, porque el triunfo estaba en camino. No tanto, porque la exigua ventaja podía ser neutralizada en cualquier acción aislada. Pero este Racing hace tiempo que ofrece argumentos para confiar.

Gran parte de la niebla levantó sobre el estadio verdiblanco. Sin embargo, el equipo de Romo no tenía mucha pinta de que fuese a alumbrar mucho más que la solidez ya habitual. A la Unión Deportiva Logroñés le volvió a faltar la pólvora. Un disparo desviado de Fer Cano no acertó a embocarlo delante de la portería un Rodri que acababa de saltar al campo sin ni siquiera calentar por la lesión de Aridane. El equipo verdiblanco, a lo suyo. Cuando aprieta el acelerador, pasan cosas. Un tiro de Arturo Molina pudo hacer el segundo si no fuese porque tocó en un defensa antes de irse a saque de esquina. El partido seguía sin ser bueno, pero ganando y con el ascenso cerca de la puntita de los dedos, como si se pone a cantar Omar Montes sin autotune. Enrique Iglesias no, que ya tuvo su oportunidad en El Sardinero.

Hay cosas que tienen causa efecto. A La Gradona no le hace falta darle a un botón para sonar bien. Desde la platea de Preferencia Norte rescataron un éxito de antaño. El 'Couly is on fire', adaptado a los nuevos tiempos. Cedric sí que anda a fuego últimamente. Un pase de Pablo Torre al corazón del área lo mandó el nigeriano a la cepa del poste izquierdo de Daza. Minutos después, una acción similar, la mandó un poco más lejos. Aún tenía tiempo –prácticamente media hora– para tener una cita íntima con el gol, ese con el que anda en pleno idilio. Como el racinguismo con su equipo. Amor del bueno. Ola en las gradas. Tsunami anímico. El choque estaba en un momento en el que la Unión Deportiva Logroñés, si no aportaba algo más, podría estar seis meses jugando en los Campos de Sport sin que pasase nada ante un Racing inmutable. Tan inmutable que hasta pasado el minuto 70 a Guillermo Fernández Romo no le dio por hacer un cambio. Marco Camus fue el elegido. Y el presunto sustituido, Patrick Soko. Pero de repente Pablo Torre quedó tendido sobre el terreno de juego. El chaval debía tener los gemelos de cinturón. Borja Domínguez se agregó a las novedades.

Lo que son las cosas. Entre los dos recién ingresados estuvieron a punto de hacer el segundo. Cedric pasó en profundidad para Marco Camus. El canterano, en su profunda carrera, centró al área, donde Borja Domínguez remató forzado, asequible para el meta rojiblanco. En la siguiente acción, el tiro de Cedric lo paró también Daza.

Visto que no iba a cambiar gran cosa, pese a que el equipo riojano agotase sus cambios, Guillermo Fernández Romo optó por refrescar el equipo para mantener la renta. Si llega el segundo, genial, pero nada de dejarse dos puntos. Enfilado el tramo final del choque entraron en el terreno de juego Javi Vázquez y Manu Justo por Arturo Molina y Cedric. Esta vez el africano no pudo marcar. Su racha se quedó en seis choques consecutivos viendo puerta. No está nada mal.

Marco Camus tuvo una. El chaval se marchó con tal superioridad de los futbolistas visitantes que llegó al área sorprendido. Su disparo con la derecha, sin mucha confianza, se marchó al lateral de la red. Llegó el tiempo añadido, con la salida de Sergio Mar... No, espera, que Romo cambia de opinión, Álvaro Mantilla, para cerrar un poco más el partido. Momento también para que la afición racinguista comenzase a cantar, cada vez con más argumentos eso de «que sí, joder, que vamos a ascender».

El Racing no pasó más apuros. En parte también porque la Unión Deportiva Logroñés tuvo la misma escasa fe del resto del choque. Ni con los seis minutos de más que dio el colegiado ni con tres acciones a balón parado consecutivas ni con la tangana de última hora. Y eso que en el banquillo verdiblanco se vivieron los últimos instantes como un juicio sumarísimo. Y como tal se celebró el veredicto positivo del final. Con Íñigo Sainz-Maza al mando de la megafonía; con cientos de personas en las gradas media hora después de terminar el partido y con los futbolistas saliendo del vestuario por petición popular. En un racinguismo desgraciadamente acostumbrado a que lo único que aumente de tamaño sean los problemas, aún es difícil de creer que son las alegrías las que crecen. Semana a semana. Frótense los ojos. Está ahí. Cada vez más cerca. Poco importa lo que hagan los demás.

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