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El Racing declina el mano a mano

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Roberto Ruiz

El Racing declina el mano a mano

El equipo de Romo, fallón y desordenado, se queda a seis puntos del Deportivo tras empatar contra el San Sebastián de los Reyes

Sergio Herrero

Santander

Domingo, 9 de enero 2022, 16:46

Un campeonato de Liga es un todos contra todos en el que sólo puede quedar uno. Eliminación. Selección natural. Badajoz, Unionistas, Real Unión, Racing de Ferrol, Unión Deportiva Logroñés... Todos iban cayendo como fichas de dominó. El Deportivo, que ganó a mediodía por la mínima al Talavera, lanzó un guante por la A-8. El mano a mano está servido. Si lo quieres, claro. Y el Racing declinó la invitación. Fallón y desordenado no fue capaz de superar al segundo peor visitante de la categoría: el San Sebastián de los Reyes. A seis puntos de la cabeza, las rayas blanquiazules empiezan a distinguirse peor.

Para la cita de de este domingo el que fue puntual fue el covid. Apenas una hora antes del partido, el club dio la noticia. Guillermo Fernández Romo vio trastocados sus planes. Unai Medina, positivo. Para un día que la alineación estaba más o menos clara... El técnico tiró de Álvaro Mantilla para cubrir la ausencia en el lateral derecho.

Vistos los antecedentes, para el Racing ya fue un hito llegar al minuto cinco del partido sin goles en contra ni contratiempos de difícil franqueo. A ver si 2022 trae mejoras. Eso en un choque que empezó raro. Raruno. Sin un dominador claro, con muchas imprecisiones sobre un césped muy rapido y con intensidad para repartir. El primero que aprovechase un error rival...

Al final, en esto del fútbol hay una receta infalible. Aparezcan los buenos. El San Sebastián de los Reyes comenzó a recular. En parte, porque el Racing enseñó los dientes. Primero, los laterales, los colmillos. Sendas galopadas de Marco Camus, por la izquierda, y de Soko, por la derecha, avisaron a los madrileños. Y después el equipo cántabro trató de hincar el incisivo. Pablo Torre se revolvió en el área y sacó un medio disparo medio centro que se paseó por delante de la meta de Miguel Bañuz. Hay que morder más fuerte.

Racing

Parera, Mantilla, Simón, Pol Moreno, Satrústegui, Íñigo Sainz-Maza, Borja Domínguez, Soko (Manu Justo, min. 79), Marco Camus (Álvaro Bustos, min. 61), Pablo Torre (Yeray, min. 84) y Cedric (Jack Harper, min. 61).

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S.Sebastián de los Reyes

Miguel Bañuz, Barreda, Juanra, Llorente, Jime (Molina, min. 63), Borja Martínez, Baro, Fer Ruiz, Jáuregi (Arturo, min. 76), Raúl (Mario González, min. 88) y Borja Sánchez (Carlitos, min. 88).

  • Equipo arbitral Muñoz Pérez, del Comité Valenciano, asistido en las bandas por Martínez Caballero (Valenciano) y Gómez Landazábal (Vasco).

  • Amonestaciones Amarilla al local Íñigo Sainz-Maza

  • Incidencias Campos de Sport de El Sardinero. Tarde desapacible, con lluvia y viento, sobre un terreno de juego muy rápido pero en aceptable estado

Porque si la presa se escapa únicamente magullada, luego pasa lo que pasa. Dicen que un no hay animal más peligroso que uno herido. Pues en esas circunstancias, el Sanse estuvo a centimetros de hacer mucho daño. Una falta directa, lejana, botada por Borja Martínez, se estrelló contra el poste izquierdo del arco de Parera y se marchó por línea de fondo después de rebotar en el cogote del portero.

Los madrileños volvían a perder el respeto y, si bien el Racing estaba más cerca del área rival, los atacantes verdiblancos hacían poco más que ronear la portería visitante, porque a Pablo Torre le sobraron regates y a Marco Camus le faltó otra pierna izquierda cuando la pelota le cayó para rematar a la mala.

Pese a que el meta madrileño estuvo a punto de liarla parda, los golpes del San Sebastián de los Reyes al mentón parecían más certeros. Jime disparó alto desde la frontal y, posteriormente, un error en la marca de Simón terminó en los pies de Raúl, que estrelló la pelota en el pecho de Pol Moreno. El catalán se hizo enorme para tapar la portería. Igual que Satrústegui para sacar sobre la línea de gol un centro de Borja Martínez que se malintencionó tras tocar en la cabeza de Mantilla. Qué miedito.

Marco Camus intentó reconciliarse con su pierna diestra, pero su tiro, lo último de la primera mitad, se marchó bastante lejos de la escuadra del palo largo que buscaba el canterano. Descanso y mucho que hacer para Guillermo Fernández Romo.

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Pero, o no hizo nada o lo que hizo no sirvió para nada, porque el Racing salió horrible después del intermedio. En la primera jugada, fue incapaz de despejar el balón de su área; Íñigo cometió una falta sobre Baro en la frontal y se llevó una cartulina amarilla, la quinta, que le impedirá estar en el próximo partido ante la Sociedad Deportiva Logroñés, y el lanzamiento de libre directo de Llorente se estrelló en el travesaño de la meta de Parera.

Acto seguido, Satrústegui estuvo a punto de introducir el balón en la portería madrileña al empujar un córner botado por Pablo Torre al segundo palo. Lo mismo que Borja Domínguez, minutos después, en otro saque de esquina que dejó el esférico muerto en el área. O como Cedric en la siguiente acción, que se durmió cuando se plantaba solo ante Miguel Bañuz. Y como 'uy' no es gol, el equipo cántabro debía hacer bastante más para no pinchar.

La lluvia, el viento y el desacierto general eran el caldo perfecto para un partido con cierto aspecto caótico. Despeinado. Poco conocible. Como el juego de Cedric últimamente. El nigeriano no está. Es verdad que el equipo le olvida demasiado, pero sus intervenciones acertadas, hoy, estaban en peligro de extinción. Cuando se perfiló para chutar, alguno recordó el golazo de la primera jornada frente al Tudelano. Esta vez, su tiro se marchó, botando, conejo, muy desviado.

Y allí se quedó mirando el hombre, esperando su oportunidad para la redención, cuando Soko se marchó de toda la banda derecha del Sanse, pero el camerunés se aturulló a la hora de centrar. Así que Cedric, cabizbajo, vio cómo el delegado, Delfín Calzada, mostraba su número en la tablilla. Jack Harper fue su sustituto. Y Álvaro Bustos reemplazó a Marco Camus.

El Racing perdió la pelota y el choque bajó por completo de revoluciones. Al ralentí, con veinte minutos aún por delante. El empate a cero estaba claro a quién beneficiaba. A Guillermo Fernández Romo le empezó a dar vueltas la pizarra como la cabeza a la niña de 'El Exhorcista' y decidió retirar a su velocista, Soko, para dar entrada a Manu Justo en punta y colocar a Harper pegado a la banda derecha. Oye, si le sale bien... pero a simple vista, chirría. Un tiro de Álvaro Bustos pegó en un defensa y lo atrapó, relativamente fácil, Miguel Bañuz.

Pablo Torre ya se había llevado antes del minuto 70 la mano a la parte posterior del muslo. Escuchó desde la grada el «hay que echarle huevos» y dio lo último que le quedaba. En el 82, cayó al suelo rendido. Entró por él el llamado a ser su sucesor: Yeray. Tiene maneras el chaval.

El hasta entonces intrascendente Borja Domínguez pudo cambiar por fin el partido, con un remate de cabeza tenso pero centrado, que el meta visitante sacó con una buena mano. Acto seguido, el colegiado anuló un tanto de Harper por una falta bastante clara sobre el propio arquero.

El último arranque de casta de un alborotado Racing estuvo a punto de tener premio. Primero, en un disparo de Manu Justo que Bañuz repelió con una exagerada palomita. Posteriormente, con un centro de Simón que tocó en una testa rival y se fue al larguero. Pero, una vez más, como 'uy' no es gol, el equipo verdiblanco se quedó con un pobre empate que le hace perder comba con el líder y quedarse en el grupo de 'los demás'. Y para el racinguismo, especialmente en esta categoría, su equipo no es como los demás.

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