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El Racing ya no llora; el Racing factura

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Daniel Pedriza

El Racing ya no llora; el Racing factura

El equipo de José Alberto, en un fantástico partido, gana con solvencia al Sporting y sale de los puestos de descenso

Sergio Herrero

Santander

Sábado, 14 de enero 2023, 18:25

Venga, vamos a tratar de escribir una crónica y que no la salpique el tema de la semana. 'Menún' meneo le pegó el Racing este sábado al Sporting. En una jornada de fútbol de las que enamoran –sobre todo cuando gana tu equipo–, de las que llevan la contraria al fútbol negocio de Rubi, Tebi y los demás. El equipo cántabro sale del descenso. Ni Ferrari ni Twingo. La JALgoneta va como un tiro. El Racing ya no llora; el Racing factura.

Tres partidos después, José Alberto ya tiene prácticamente compuesto su equipo base. La gente casi se sabe la letra de memoria. Le queda encajar al tocado Juergen Elitim en el doble pivote –Aldasoro volvió a acompañar a Íñigo Sainz-Maza en el doble pivote– y decantarse por uno de los nueves disponibles. De momento, las circunstancias dejan a Matheus Aiás como el primero de la lista. Con Cedric, que hoy retornó, en la recámara.

Racing

Parera, Dani Fernández, Saúl García, Germán Sánchez, Rubén Alves, Íñigo, Aldasoro, Mboula (Yeray, min. 73), Íñigo Vicente, Pombo (Arturo, min. 83) y Matheus (Cedric, min. 83).

2

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Sporting

Cuéllar, Guille Rosas, Insúa, Bruno (Rivera, min. 32), Gragera, Aitor (Jony, min. 46), Pedro Díaz (Cristo, min. 32), Juan, Milovanovic (Jordan, min. 63), Diego Sánchez y Nacho Méndez (Zarfino, min. 46).

  • Equipo arbitral: Moreno Aragón, del Comité Madrileño. Asistido en las bandas por González Narváez (Extremeño) y Jara Cordobés (Andaluz). Cuarto: Conejero Sánchez (Extremeño); VAR: González Francés (Canario) y AVAR: Sagués Oscoz (Vasco).

  • Goles: 1-0, min. 12: Mboula. 2-0, min. 23: Matheus Aiás

  • Amonestaciones: Amarilla a los locales Íñigo Sainz-Maza y Dani Fernández y a los visitantes Zarfino, Rivera y Juan.

  • Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado, en una tarde fresca pero apacible. 18.402 espectadores.

Quizá a los de la Kings League no les mole el Betis-Rayo o el Sevilla-Getafe, pero ya les gustaría tener un Racing-Sporting, con un ambientazo espectacular. Lo que faltaba era que los del césped estuviesen a la altura. Motivación no faltaba. Y ambos equipos salieron fuertes. Metidos. Con ganas de... Pombo, desde el Alto Miranda, disparó de falta, muy centrado.

También había nervios que hicieron fallar hasta al infalible. Por fortuna, sin consecuencias. Saque corto de Parera, Íñigo Sainz-Maza que se lía, su pase golpea en Milovanovic y se marcha cerca del poste derecho de la meta verdiblanca. En el otro área, Matheus Aiás hizo un retrato robot de sí mismo. Peleó el balón, le comió el bote de mermelada a Bruno y cuando se plantó ante Cuéllar le tiró a dar. En el rechace, tiro lejano de Pombo que atrapó sin problemas el arquero visitante. Con tantos sucesos, no piensen que el choque llevaba 56 minutos. Tres cincuenta lucían los marcadores.

Un intento de Germán probó de nuevo al portero rojiblanco y otro de Guille Rosas, centrado, a Parera. El partido estaba bonito. El Racing era ligeramente mejor. Y luego está Mboula, que si ve un partido suyo de hace mes y medio ni se reconoce a sí mismo. No porque se haya rapado las trenzas, sino porque ha pasado de estar ausente, como David Guetta, a firmar un éxito tras otro como Bizarrap. De BZRP a MBL. Enigma. El catalán cogió el balón en su casa, galopó y galopó. Tenía dos compañeros. Uno a la derecha. Otro a la izquierda. Se le fue haciendo de noche. «Suéltala», gritó alguno desde la grada. No hizo caso. Vio un resquicio entre tres zagueros y por ahí se metió. Y salió. Su primer disparo, al muñeco. El segundo, 'pa' dentro.

Al Sporting le tocó espabilar. Por la cuenta que le tenía. Los asturianos empezaron a forzar saques de esquina y a colgar balones al área. Más que peligro, tensión. Y con las prisas del rival, una oportunidad verdiblanca para encontrar huecos a la contra, que eso también le gusta a José Alberto. Dani Fernández coló un balón fantástico a la frontal del área. Eso lo lleva ensayando el equipo verdiblanco desde la llegada del míster. Y Matheus aprovechó para hacer unos retoques a su retrato anterior. Porque falla mucho, eso es así, pero también es capaz de cosas geniales. Casi inesperadas. Controló el pase y, según caía, la pegó a puerta para hacer el 2-0. No sé si el Racing se las da de campeón o no, pero sí, cuando más lo necesitaba, estaba siendo capaz de dar su mejor versión.

El Sporting quedó noqueado y los cántabros, crecidísimos, ahora clara-mente mejores, tampoco se conformaron. Cerca estuvo de asomar el tercero. A un pase interior de Íñigo Vicente no llegó por muy poco su tocayo de Ampuero ante la salida de Cuéllar. El Pitu Abelardo, despechado, introdujo dos cambios ya en el minuto 32. Casio, Rolex... El Racing daba la hora más puntual que nunca y su rival llevaba ya más de media hora –y dos goles– de retraso.

Si no llegó el 3-0 fue porque los racinguistas escucharon por enésima vez el sonido del balón estrellándose contra el metal esta temporada. Hay cosas que no cambian. Jugada de estrategia. Pombo saca en corto un córner hacia un Saúl García sin compañía. El de Vioño la puso de primeras y Germán Sánchez, en el segundo palo, cabeceó al travesaño. Qué mala suerte. Un centro peligroso de Diego Sánchez que atrapó Parera fue lo más potable de un Sporting ofuscado antes antes del descanso.

La actuación verdiblanca estaba siendo tan buena que hasta el intermedio se hizo más largo de lo habitual, pese al entretenimiento del nuevo juego de luces. Ahora tocaba mantener lo cosechado. De momento, Abelardo gastó otras dos balas. Veía a la bruja asomada en el banquillo cántabro y le dio susto. El Racing, con la línea de presión un pelín más atrás, seguía a lo suyo. Dani Fernández, fantástico, sacó el balón desde el lateral. Combinó con Matheus Aiás. El brasileño le hizo el lío al primero que le salió al paso y, osado, se plantó en la frontal y se pasó de confiado. Su tiro con la izquierda, poco ofensivo, lo agarró Cuéllar. Por contra, Juan tuvo una ocasión acorde al partido del Sporting. Su tiro se marchó a Tribuna Norte. Un poco más certero fue el de Zarfino, que Parera atrapó abajo.

Los comienzos suelen ser lo más bonito y este Racing, con José Alberto, ha dejado atrás la monotonía. Le gusta a los que pagan por ver y también a los que cobran por jugar. Pombo abrió a banda para la carrera de Mboula y el extremo cedió de nuevo al aragonés, en la frontal, cuyo tiro, defectuoso, no encontró portería. Dicen que cuando le sonríes a la vida, esta te devuelve la sonrisa. Debe ser. El Sporting, al fin, la tuvo, pero el cabezazo de Jony se fue a la cepa del poste.

Entre desesperado y desesperado intento de arreón sportinguista, el Racing seguía golpeando. Pombo le dio un fantástico pase a Matheus Aiás. El brasileño se abrió hueco, pero esta vez no tuvo tanta puntería. Los mismos protagonistas en la siguiente. Cúlmen a una magnífica jugada desde atrás de los verdiblancos. El paulista mandó el cuero a las manos del arquero.

El árbitro y el VAR obviaron un posible penalti sobre Dani Fernández. Con 2-0, no hubo muchas protestas. Y el recién ingresado Jordan se sacó un duro disparo que Pombo repelió cuando se encaminaba hacia la portería con Parera ya batido. Con algo más de veinte minutos por delante, el Racing de José Alberto parecía empezar a desempolvar el manual de supervivencia de su predecesor. De momento, su equipo pedía algún cambio de refresco. Un centro peligroso al segundo palo no llegó a empujarlo Cristo por el filete de un cachopo.

El míster llamó a Yeray y sacó a calentar a Cedric, entre el jolgorio de la grada verdiblanca. El canterano sustituyó a un Mboula que se llevó la ovación del personal. Merecida. El chaval lo intentó a la primera que tuvo. Su especialidad de la casa. Recorte hacia adentro y pegar con la zurda. Dura, pero a las manos del portero.

Minuto 77. Llegó el momento. Sesión número 9. Un nuevo viejo éxito: el 'Cedric is on fire' volvió a sonar, con fuerza, en El Sardinero. El hispano-nigeriano sustituyó a Matheus Aiás y junto a él salió Arturo Molina en lugar de Pombo. Mientras tanto, Parera detenía con comodidad un tiro desde la frontal de Gragera. Y luego, con un poco más de apuro, otro a la media vuelta de Juan.

El Sporting, flojo, pobrín, tampoco inquietó mucho. Balones al área, tiros con poca fe... Aún así, José Alberto decidió ponerle un par de candados más a la caja fuerte. Pol Moreno y Fausto Tienza reemplazaron a Íñigo Vicente y Aritz Aldasoro. Cinco defensas. Manual de supervivencia, sí, pero con anotaciones nuevas en los bordes. Ya en el añadido, un lanzamiento de falta de Cristo que sacaron entre el poste y Parera fue lo realmente peligroso, pero los asturianos estaban de 'no' y los racinguistas, en el 'trending topic'. Con el ánimo bien arriba y fuera de los puestos de descenso. Así se ven las cosas infinitamente mejor. El Racing y el racinguismo ya no lloran. Ahora facturan y también de tres en tres.

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