La pegada como argumento

Como en Logroño, Guillermo Fernández Romo le dio un retoque a su obra. El madrileño tiene las ideas más o menos claras, aunque sigue introduciendo matices. Esta vez sí, le dio la titularidad a Íñigo Sainz-Maza en el doble pivote, en detrimento de Fausto Tienza. Por lo demás, el mismo once que en Las Gaunas. En el minuto 4, el de Ampuero arrancó el primer aplauso de la grada. Zapateó hacia atrás para recuperar, le robó toda la documentación a Ceberio y sacó la pelota jugada desde atrás. Lo cierto es que Tienza, hombre de la confianza del míster, aún no ha justificado la, hasta ayer, la suplencia del canterano.

Con el Talavera empujando a Pablo Torre lejos de su área y colocando doble vigilancia sobre el de Soto de la Marina, el Racing buscó las bandas. Soko y Álvaro Bustos protagonizaron las dos primeras llegadas verdiblancas, aunque los centros se quedaron en nada. Pero los locales habían recalculado el recorrido y encontrado una vía alternativa ante el denso tráfico hacia la portería manchega.

Pero de nada vale encontrar la cambera correcta si acabas en la cuneta por mala conducción. Otra vez la izquierda. Ni Álvaro Bustos ni Isma López se hacen cargo de Dani Pichín; a Satrústegui que se le acumula el trabajo y el extremo visitante la pone atrás para la carrera de David Añón. Ni una sola ocasión de gol hasta entonces. En 22 minutos. El Talavera, en la primera, premio.

En 1994, Carl Lewis, con una especie de bañador femenino y unos zapatos de tacón rojo, protagonizó la campaña publicitaria de una marca de neumáticos. «La potencia sin control no sirve de nada». Para control, orientado y para poner repetido en una pantalla gigante en La Albericia, el de Cedric apenas seis minutos después del gol del Talavera. Centro de Soko desde la derecha; Álvaro Bustos, en el segundo palo, devuelve de cabeza hacia el corazón del área y Cedric, con una reinterpretación de la cola de vaca, se libra del barullo para poner el empate.

El Racing quiso repetir jugada. Soko galopó por la derecha, cambió el juego hacia Cedric y el nigeriano abrió hacia el adelantamiento por la izquierda de Álvaro Bustos. El duro disparo del asturiano lo repelió Edu Sousa a córner. Otra vez por las bandas. Íñigo Sainz-Maza, Sergio Marcos y Pablo Torre llevaban ya un rato prácticamente desapercibidos. Pero los buenos futbolistas, sin balón, se aburren. Y más si son adolescentes. Así que Pablo Torre debió pensar: «Yo también quiero jugar». Así, en otra internada de Bustos por la izquierda, el chaval se metió en la línea del área chica a esperar. A ver qué pasa. El extremo vio a su compañero, que sólo tuvo que empujar.

El gol encajado en Las Gaunas ya le generó dudas sobre Isma López al míster y el de ayer le pasó factura al navarro. Al descanso, Fernández Romo retiró al único lateral zurdo de la plantilla, dio entrada a Mantilla y mandó a Satrústegui a la banda izquierda. Y precisamente una falta lateral desde ese lado, justo tras el intermedio, estuvo a punto de dar el empate al Talavera. El centro de Víctor Ruiz no encontró ni rematador ni despejador.

Soko encontró las dos cosas. La enésima cabalgada del camerunés por la derecha terminó con un centro magnífico hacia Cedric que, antes, Javi Domínguez mandó a su propia portería en su intento de mandarlo fuera. 3-1. Otra cosa no, pero el Racing andaba ayer fino en cuanto a pegada.

En el minuto 57, a Pablo Torre le dieron a tomar un gel. Para supervitaminarse y mineralizarse que decía Super Ratón. Y eso que cuatro minutos después iba a ser sustituido por Manu Justo. Y Sergio Marcos, por Borja Domínguez. El caso es que ambos estuvieron prácticamente ese tiempo esperando en la banda a que el Talavera finalizase una larguísima posesión después de que el Racing se desentendiese de la pelota.

Pero mira lo que son las cosas, que cuando peor estaba el equipo cántabro, los verdiblancos sacaron de nuevo su máxima eficacia. El recién entrado Manu Justo lanzó un magnífico libre directo que entre el meta y el larguero mandaron a córner. Desde la esquina, el balón lo alcanzó de cabeza Pol Moreno para mandarlo a la escuadra del palo largo.

Javi Domínguez pudo resarcirse, con un remate de testa que sacó la defensa racinguista sobre la línea. Y en la contra posterior, a Soko le sobró velocidad y le faltó calidad. El camerunés ayer fue el 'rider' del Racing. Repartió para todos, pero se quedó sin marcar. Y eso que la tuvo clarísima. Se plantó solo ante el portero, pero se aturulló y le acabó tirando a dar.

Sin embargo, el africano aún tuvo tiempo para sumar otra asistencia. Otro desborde. Su balón, rasito, lo logró meter en la meta de Edu Sousa Álvaro Bustos pese a la oposición del meta y de Javi Domínguez. Agotado, Soko fue sustituido poco después por Diego Ceballos, que ayer disputó sus primeros minutos de la temporada.

Con el Talavera ya rendido y pidiendo permiso para marcharse al autobús, el equipo verdiblanco jugó prácticamente a placer, aunque la relajación estuvo cerca de costarle una bronca a Satrústegui tras regalar un balón. Rápido, supo enmendar el error. Y ya en el noventa, Rodrigues mandó un remate al larguero ante la falta de intensidad de los zagueros locales. Justo antes, Pol Moreno volvió a elevarse sobre la zaga rival en un balón parado, pero su cabezazo se marchó cerca del travesaño.

Fueron los estertores de un choque en el que el Racing, además de presentar credenciales a la parte alta de la clasificación, firmó un triunfo de esos que aportan confianza. Cuando la flecha está hacia arriba, lo más importante es mantenerla en esa dirección.